El 16 de octubre de 2019 Carlos Antonio Romero Deschamps salió de la escena pública al renunciar en asamblea extraordinaria a la secretaría general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), cargo que ocupó durante 26 años, tres meses y 23 días.
Su partida la comunicó a través de un desplegado en los periódicos de circulación nacional en el que expuso: “No hay condiciones favorables”.
Al dejar el cargo, quedaron acumuladas en su contra cientos de denuncias por fraude y desvío de dinero en la Fiscalía General de la República; además, se abrió una investigación de dos de sus cuentas bancarias en la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Tres años después, ninguna de estas pesquisas ha ocasionado el llamado a cuentas del exdirigente ni ante un juez ni ante los 89 mil afiliados al sindicato del oro negro.
Con la ausencia del exdirigente también están perdidos 668 millones 540 mil 849 pesos que Petróleos Mexicanos (Pemex) le entregó de manera discrecional entre 2016 y 2018 a través de la cláusula 251 bis, conocida como la “caja chica” del sindicato.
En total, en esos años y sólo a través de esa estipulación, el sindicato recibió 944 millones 42 mil 745 pesos, monto del que hasta ahora se han comprobado 275 millones 501 mil 896 pesos.
Lo anterior resulta de la extracción de datos del portal de transparencia del sindicato petrolero.
Se trata de la única fuente pública disponible del gasto de los recursos que alguna vez, la cúpula dorada del STPRM recibió a caudales.
Los datos están disponibles desde 2016, cuando se iniciaba la última etapa al frente del sindicato de Carlos Antonio Romero Deschamps, el hombre que fue vendedor ambulante y un día logró regalarle a su hijo un auto Ferrari Enzo edición limitada.
El secreto que generó millones de pesos
En 2013, el entonces presidente Enrique Peña Nieto, impulsó una reforma energética para abrir la participación de empresas privadas en la explotación y venta de hidrocarburos.
Ese año, en la euforia de los cambios legales que se discutían en el Congreso, Carlos Antonio Romero Deschamps, dirigente del STPRM, y Emilio Lozoya Austin, director de Pemex, se reunieron para revisar el contrato colectivo de trabajo.
Fue una negociación histórica. Se alcanzaron acuerdos sin precedentes respecto a la cláusula 251 bis. Uno fue un aumento anual y el otro, el ocultamiento del contenido del contrato colectivo de trabajo. Para ello se añadió la cláusula 258 en la que se estableció que esa cláusula quedaría en un anexo junto con otros convenios confidenciales.
Conforme a esos acuerdos, el afluente de millones de pesos de Pemex para la “caja chica” del sindicato fue en 2016 de 296 millones 533 mil 90 pesos. Para 2017, esa cantidad aumentó a 314 millones 325 mil 75 pesos. Y en 2018, la cifra fue de 333 millones 184 mil 580 pesos.
¿Por qué y para qué se entregó este dinero?, son preguntas que quedaron bajo discreción, lo cual consta en los contratos colectivos correspondientes a los bienios 2013-2015, 2015-2017 y 2017-2019 en el archivo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Cambio de rumbo
Después de algún tiempo, el destino viró para los protagonistas de aquella negociación. Lozoya Austin dejó la dirección de la petrolera en febrero de 2016 envuelto en un escándalo. En YouTube se difundieron una serie de audios. Se mencionó que apoyó a Obrascón Huarte Laín (OHL, hoy Aleática) en la obtención de contratos con el gobierno. En particular, el exfuncionario habría ayudado para que la constructora ganara la licitación de la Central de Ciclo Combinado Empalme I.
Pemex presentaba un declive en la producción, importación récord de gasolinas y refinación en mínimos históricos.
Con ese panorama, marcado como uno de los momentos más críticos de la petrolera, José Antonio González Anaya asumió la dirección. Respecto al sindicato nada cambió. Los acuerdos pactados en 2013 se respetaron. Así, “la caja chica” recibió cada año, más millones de pesos.
El 12 de febrero de 2020 Emilio Lozoya Austin fue detenido en Málaga España, acusado de la compra irregular de la planta chatarra de fertilizantes Agronitrogenados, además de cohecho, asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita en la recepción de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Ahora pasa sus días en el Reclusorio Norte en prisión preventiva por el caso Agronitrogenados. Por las acusaciones sobre Odebrecht logró un amparo para enfrentar el proceso en arresto domiciliario.
Meses antes de la detención del exdirector de Pemex, Romero Deschamps acudió a la reunión para revisar el contrato correspondiente al bienio 2019-2021. Octavio Romero Oropeza era el nuevo director de Pemex. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador iniciaba sus gestiones. A partir de entonces, Pemex modificó la cláusula 251 bis. El flujo de dinero a la “caja chica” se detuvo.
Luego, el poderoso líder presentó su renuncia. Este octubre está por cumplir 78 años de edad en plena libertad.
La perpetuación de Romero Deschamps
Símbolo de poder ilimitado, opulencia de origen inexplicable y lujos desbocados, Carlos Antonio Romero Deschamps sigue presente en el sindicato.
Uno de los pocos gastos comprobado de la “caja chica” es el realizado a la constructora Estrategia Estructural que tiene a su cargo la edificación de un megadeportivo en Cárdenas, Tabasco. La obra llevará el nombre del exdirigente.
Desde 2016, esa constructora se ha llevado 148 millones 297 mil 129 pesos. De la cantidad, el 86.9 por ciento fue para “obras de infraestructura”. El sindicato no especifica si se trata de la construcción del megadeportivo, pero de acuerdo con la sección 26, la organización gremial se ha abocado a la edificación de esta obra en los últimos cinco años.
El aniversario del sindicato apenas ha significado un gasto de 3 millones 448 mil 997 pesos.
La COVID-19 representó una erogación en 2020 de 1 millón 141 mil 440 pesos. Se compraron caretas protectoras de PVC y cubrebocas NK95.
El resto de erogaciones de la “caja chica”, negociada por Carlos Antonio Romero Deschamps, se desgrana en compra de periódicos, revistas y folletos, así como mantenimiento de edificios, según datos del propio sindicato.
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