Los militares ‘rescatando’ a la Guardia Nacional del fracaso

La reforma para que la Guardia Nacional forme parte del Ejército podría servir para ‘rescatarla’ de la corrupción y los malos resultados
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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El avance de la reforma constitucional que incorpora la Guardia Nacional a la Secretaría de Seguridad Nacional (Sedena) ocasionó encono y una lluvia de críticas ya que el carácter civil de la institución de seguridad pública se terminaría.

Incluso, el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que la reforma se realizó para evitar que la Guardia Nacional se “destruyera”.

Detrás de ese movimiento, además de dotar de mayor poderío y recursos a las Fuerzas Armadas del país, sí estaría una estrategia para rescatar a la Guardia Nacional ya que 6 de cada 10 efectivos no cuentan con las certificaciones necesarias para poder operar, en sus filas no hay elementos suficientes y durante los últimos años la institución ha acumulado diversas denuncias ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos por probables violaciones a los derechos humanos.

Actualmente, el dictamen de la reforma constitucional para transferir la adscripción de la Guardia Nacional a la Sedena fue avalada en la Cámara de Diputados y se prevé que en los próximos días sea aprobada en el Senado de la República pese a los reclamos de un amplío sector de la sociedad y de la oposición de que con este cambio constitucional se terminará de militarizar en el país.

De esta manera se abre el debate de si el objetivo de la polémica reforma es la profesionalización y rescate de la Guardia Nacional o efectivamente la militarización del país.

Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador celebró que se haya aprobado la reforma en la Cámara baja y alertó que si el mando de la Guardia Nacional se hubiera quedado en la Secretaría de Gobernación o en la de Seguridad se corría el riesgo del surgimiento de otro Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública del sexenio de Felipe Calderón y quien espera el inicio de su juicio en Estados Unidos donde es acusado de nexos con el narcotráfico, desvío de recursos y lavado de dinero.

“Yo estoy muy contento porque si queda la Guardia Nacional dependiendo del Ejército larga vida. Sino nos va a salir otro García Luna. Es un riesgo que se hubiese quedado en Segob o en la SSP. Si se queda en Sedena tenemos la garantía que va a permanecer y actuar con rectitud”, dijo el político tabasqueño.

Durante el próximo sexenio Omar García Harfuch, hombre de confianza de Claudia Sheinbaum, pero no de López Obrador, será el secretario de Seguridad. Por su parte, Rosa Icela Rodríguez la de Gobernación.

Adelantándose a las discusiones que vienen López Obrador pidió a los gobernadores del país apoyar a la Guardia Nacional y la reforma.

“Mi recomendación a los gobiernos estatales es que se apoyen más en la Guardia Nacional. Hay una razón, los policías municipales viven ahí, están más expuestos, es muy difícil no someterse a la delincuencia porque hay amenazas. La Guardia Nacional, como en la Marina y el Ejército, los rotan y esto ayuda mucho a que no se corrompan”.

Finalmente, reconoció que tal vez no le dará tiempo de publicar las modificaciones a la Carta Magna antes de terminar su sexenio, ya que deberá procesarse en las legislaturas locales.

La reforma que modifica 12 artículos de la Constitución fue avalada con 353 votos a favor y 126 en contra de la oposición el pasado jueves en la Cámara de Diputados.

Los graves problemas de la Guardia Nacional

Con la nueva reforma la primera característica del génesis de la Guardia Nacional “el carácter civil” desaparecería, pero a lo largo de más de cinco años desde su creación la institución ha presentado diversas fallas y tiene muchas carencias.

De acuerdo con la investigación “Elementos para la evaluación de la Guardia Nacional” elaborado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, la Guardia Nacional nunca ha sido una corporación de carácter civil, en los hechos siempre ha sido una institución militar ya que 8 de cada 10 de sus elementos incluidos casi todos los mandos provienen de las Fuerzas Armadas.

La Constitución también mandata que la Guardia Nacional debe ser una institución profesional, sin embargo sólo 4 de cada 10 efectivos cuentan con la certificación que los acredita con las habilidades, conocimientos y aptitudes necesarias para desempeñar sus funciones.

Los integrantes de la institución deben de contar con el Certificado Único Policial (CEP), pero hasta finales de 2022, solamente 54 mil 889 elementos de la Guardia Nacional contaban con CEP, es decir, el 41 por ciento del total.

Otro de los problemas para la institución, es la deserción de elementos, según el Censo de Seguridad Pública Federal del INEGI, en el 2022 renunciaron 6 mil 784 elementos de la Guardia Nacional.

También, aunque la Constitución señala que la perspectiva de género es uno de los principios que la GN debe observar en su conformación y desempeño, todos sus altos mandos (comandancia general y coordinaciones estatales) están ocupados por hombres.

Finalmente, en menos de cuatro años, la Guardia Nacional se posicionó en el listado de las 10 instituciones con mayores quejas ante la CNDH por probables violaciones a los derechos humanos.

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