Los lujos del Senado, legisladores se olvidan de la austeridad

A pesar de ir en contra de la Ley de Austeridad que ha promovido el Gobierno federal, los gastos de la Cámara alta en servicios generales, así como el presupuesto que destina a bebidas y alimentos para los legisladores aumentaron
Daniel Flores Daniel Flores Publicado el
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La Cámara alta ha gastado a lo largo del sexenio millones de pesos en la compra de café, equipo de seguridad de última generación, bonos y prestaciones para los 128 senadores y en remodelaciones para el recinto legislativo.

A pesar de estar sujetos a la Ley Federal de Austeridad Republicana, esto no ha impedido que se destinen bolsas presupuestales de miles de pesos en rubros que poco o nada tienen que ver con el quehacer legislativo.

Desde 2019, la Cámara de Senadores ha destinado en promedio 20 millones de pesos para comidas y bebidas para los 128 senadores que asisten los martes y jueves a sesionar diferentes asuntos de la vida nacional.

Lo que demuestra que a pesar de las modificaciones que se han hecho a la ley para evitar gastos onerosos y de los compromiso de todos los Grupos Parlamentarios para generar un ahorro en todas las áreas de la Cámara Alta, se siguen haciendo gastos innecesarios.

Tal es el caso del servicio de cafetería y snacks, pues en esta Legislatura las bolsas económicas han ascendido a poco más de 50 millones de pesos anuales, esto de acuerdo a los contratos publicados por el Senado en su página oficial.

Para este año, el Senado ha firmado diversos contratos para contar con este servicio, por ejemplo, otorgó un contrato a la empresa Café 1810 S.A de C.V  con costo máximo de hasta un millón 200 mil pesos.

Este es uno de varios contratos que se han firmado para abastecer de café, alimentos y bebidas a los senadores en estos años, los cuales ascienden en promedio a más de un millón de pesos por adjudicación.

Senadores de distintas fracciones parlamentarias gozan de prerrogativas y ayudas económicas para comer en restaurantes, además de remuneraciones para salarios de asesores y personal a su cargo. Foto: Especial
Senadores de distintas fracciones parlamentarias gozan de prerrogativas y ayudas económicas para comer en restaurantes, además de remuneraciones para salarios de asesores y personal a su cargo. Foto: Especial

Mientras tanto, de acuerdo con información entregada a diversas solicitudes de información hechas a través de la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), a este gasto se suma otro bajo el concepto de bocadillos y bebidas libres de alcohol que se ofrecen en esta sede durante los días de trabajo, lo que suma un total de 100 millones de pesos de 2020 a 2023.

El reglamento interno de esta cámara establece que los senadores tienen derecho a solicitar al Comité de Eventos el servicio de alimentos y cafetería para las reuniones de trabajo que se desarrollan dentro de este inmueble legislativo e incluso para las comisiones que se realizan al exterior del recinto, a pesar de que desde el 2016, se aprobaron una serie de lineamientos en materia de austeridad.

Elevadores, solo para unos cuantos

Aunado a todos estos gastos superfluos, también se han erogado millonarios recursos para la adquisición de varios elevadores en la sede que se ubica sobre Avenida Paseo de la Reforma e Insurgentes Sur en la Ciudad de México, y edificios alternos del recinto.

No obstante, su uso causó polémica hace unas semanas, luego de que se diera a conocer que los trabajadores de limpieza tienen estrictamente prohibido hacer uso de ellos o son sancionados.

En la Plataforma Nacional de Transparencia aparecen al menos cuatro contratos en lo que va de este año para el mantenimiento y adquisición de elevadores de pasajeros para la Cámara alta.

La Secretaría General de Servicios Administrativos y la Dirección General de Recursos Materiales del Senado reportaron un contrato de un millón 626 mil pesos para la instalación de un elevador de pasajeros para el inmueble alterno al recinto legislativo, ubicado en la calle Madrid 35, en la alcaldía Cuauhtémoc.

También se destinaron recursos públicos para la instalación de detectores de metales y explosivos, esto a petición de las fracciones parlamentarias para reforzar la seguridad.

“Contratación de los Servicios de Mantenimiento Preventivo a 29 Arcos Detectores de Metales, 12 Máquinas de Inspección por Rayos “X” con Banda y 1 Detector de Explosivos Portátil, ubicados en distintos edificios de la Cámara de Senadores”, según refiere uno de los contratos que se firmaron este año.

Opacidad y discrecionalidad

Los derroches y la falta de transparencia en el gasto del Senado de la República son una constante desde hace varias legislaturas, por lo que organizaciones civiles han exigido en varias ocasiones que se obligue a los senadores y al recinto legislativo a dar cuenta de cada peso que se gasta.

De inicio, toda la información que tiene que ver sobre la gestión administrativa de los Grupos Parlamentarios se mantiene en la opacidad. Y a pesar de las distintas solicitudes de información que se realizan al mes para conocer en qué se gastan los recursos públicos, no se sabe con exactitud a dónde va a parar este dinero.

De acuerdo con el presupuesto que se otorga cada año a la Cámara alta, alrededor del 20 por ciento del total se destina solamente a las fracciones parlamentarias, las cuales rara vez transparentan la totalidad de sus gastos.

Los grupos parlamentarios del Senado reciben alrededor del 20 por ciento del presupuesto total que se le otorga al órgano legislativo, sin embargo, no se sabe a ciencia cierta cómo se gastan estos recursos. Foto: Especial
Los grupos parlamentarios del Senado reciben alrededor del 20 por ciento del presupuesto total que se le otorga al órgano legislativo, sin embargo, no se sabe a ciencia cierta cómo se gastan estos recursos. Foto: Especial

En la emergencia sanitaria, cuando se ordenó detener las actividades no prioritarias en el país para frenar el esparcimiento del virus, el Senado desembolsó casi 400 millones de pesos para remodelar su sede en la Ciudad de México.

El Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. (IMCO) aseveró que el despilfarro y falta de rendición de cuentas en que incurre el Senado agravan el deterioro que ya existe en la confianza ciudadana.

El estudio ‘Diagnóstico de Parlamento Abierto’, revela que el Senado reprobó en transparencia de la información presupuestal y administrativa, pues tiene una calificación de 42 por ciento.

Esto significa que no publican ni divulgan información oportuna y detallada sobre la gestión, administración y gasto de sus recursos, así como de los organismos que lo integran: comisiones legislativas, personal de apoyo, grupos parlamentarios y representantes populares en lo individual, explica el IMCO.

“Los grupos parlamentarios mantienen el control de una buena parte de los recursos de la Cámara alta. Bajo este escenario, resulta muy complicado que el Senado contribuya a la restauración de la confianza ciudadana hacia las instituciones y los servidores públicos”, sentenció el Instituto Mexicano para la Competitividad.

Para este año, el presupuesto que recibió el Congreso de la Unión tuvo un crecimiento de 4.5 por ciento en términos reales, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) que se aprobó en San Lázaro.

Niegan dispendio

Legisladores rechazaron que existan gastos de recursos públicos superfluos en el Senado de la República; por el contrario, aseguran que en ocasiones ni galletas ofrecen en las sesiones que describen como “maratónicas”.

Afirmaron que, a diferencia de legislaturas anteriores, a partir de 2018 la austeridad republicana se aplica rigurosamente en la Cámara alta sin excepciones.

En entrevista con Reporte Índigo, Mónica Fernández Balboa, senadora del Grupo Parlamentario de Morena, sostiene que la época de bonanza en el Poder Legislativo quedó en el pasado.

“Pregúntame cuántos viajes de trabajo al extranjero he realizado siendo la presidenta del Senado o integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores: nunca”, dice Fernández Balboa.

Senadores de distintos partidos y corrientes aseguran que los gastos en la Cámara alta han disminuido y que no se cuenta ni con café ni galletas durante las sesiones. Foto: Especial
Senadores de distintos partidos y corrientes aseguran que los gastos en la Cámara alta han disminuido y que no se cuenta ni con café ni galletas durante las sesiones. Foto: Especial

La legisladora y los coordinadores de las bancadas del PAN y el PRD, Julen Rementería y Miguel Ángel Mancera, así como la morenista Antares Vázquez Alatorre, coincidieron en señalar que desde el inicio de la actual legislatura todos aprobaron un acuerdo para eliminar los privilegios.

Antes de 2018 había salón de belleza, restaurantes, vinos, edecanes, etcétera, acusa Mónica Fernández y deja en claro que “yo al menos no he visto gastos superfluos. El café que tomo lo traigo de mi casa”.

Julen Rementería, militante del PAN y acérrimo opositor de Morena, concuerda con que se aplica la austeridad en el Senado y, si hubiera alguna situación de dispendio, las y los senadores del PAN lo estaríamos denunciando.

“No he visto edecanes, pastelillos o comida gourmet. No tengo por qué inventar algo que no es cierto”, dice el legislador por Veracruz y agregó que, “por el contrario, he visto que se ha recortado mucho el gasto interno en el Senado”.

Por su parte, Antares Vázquez reconoce que “con dificultad hay café y mucho menos comida gourmet en reuniones de comisiones o sesiones del Pleno; las galletas son de caja y no siempre hay.

“Las y los senadores nos sujetamos a la austeridad, no como antes que ni siquiera sabíamos cuánto ganaba un senador y cuánto había en prebendas. Ahora si alguien tiene galletas gourmet, que por favor las comparta”, comenta.

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