Apenas una semana después del polémico tema de las “listas negras”, el Presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a encender el discurso al acusar que el feminismo, el ambientalismo, la defensa de los derechos humanos y de los animales, entre otros avances, son un invento del neoliberalismo y la derecha para permitir saqueos, un discurso que ha esgrimido periódicamente desde marzo de 2019, cuando inició su quiebre con los movimientos de las mujeres.
Mientras el titular del Ejecutivo abre frentes con sectores tradicionalmente de izquierda, los sectores más radicalizados de la derecha han intentado ganar los sectores abandonados, tal como ocurrió en vísperas de las pasadas elecciones, cuando Cristian Camacho, excoordinador de redes sociales de los senadores del PAN, responsabilizado por el encuentro con VOX, llamó a la comunidad LGBT+ a votar por ellos a pesar de que estaba claro no apoyan su agenda de derechos.
José Manuel Urquijo, estratega político por la Universidad George Washington, comenta a Reporte Índigo que “hay que ver quién está ganando a esas personas que deja fuera el discurso lopezobradorista, son huérfanos políticos y alguien les va a hablar”.
El experto es enfático en que una expresión populista, como la del actual gobierno, no se puede combatir con otra, como sería la intentona de acercamiento al extremo opuesto.
Sobre por qué el bloque al que da voz Camacho intentaría atraer a un sector de la población al que permanentemente antagoniza, Urquijo explica que “es mucho más complicado que ellos puedan obtener electores del centro o que no sean totalmente del polo opuesto al lopezobradorismo. ¿A quiénes sí van a recoger en términos de posición electoral? Literalmente a quienes odian a López Obrador y sabemos que, en este país, no son mayoría ya que un 60 por ciento de la población lo apoya”.
Por otro lado, el profesor Javier Santiago Castillo de la Universidad Autónoma Metropolitana, recuerda a Reporte Índigo que el primer mandatario también ha abierto frentes con las clases medias y los universitarios, llamándoles “aspiracionistas” y “derechizados”.
“Yo no veo la necesidad de hacerse de más adversarios de los que ya tiene en sectores sociales que han simpatizado y votaron por él”, dice el académico.