Este 2024, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) registró algunos hallazgos arqueológicos trascendentales en el país. A la par del trabajo de salvamento arqueológico que realizó en la Península de Yucatán durante la construcción del Tren Maya, la dependencia encargada de la protección del patrimonio paleontológico, arqueológico e histórico en México recordó en su recuento de actividades de este año que incorporó a su acervo relevantes vestigios que permitirán entender distintos aspectos de los antiguos habitantes del territorio nacional.
Uno de esos notorios descubrimientos fue el del llamado ‘Hombre de Bilbao’, un individuo que caminó por el desierto que hoy forma parte del estado de Coahuila, entre 700 y 1000 años antes del presente (a.p.). Su esqueleto, dado a conocer en julio, fue hallado en las orillas de la antigua laguna de Viesca, Coahuila, casi de manera fortuita, pues fueron turistas quienes reportaron a la Fiscalía de Personas Desaparecidas de la entidad la presencia de restos humanos en ese sitio.
Cuando expertos de esa dependencia atendieron el reporte, se dieron cuenta que se trataba de un esqueleto antiguo. En el lugar también se encontraron vestigios de un taller de cazadores-recolectores, donde se elaboraba herramienta lítica de características similares a los tipos Cueva de la Candelaria y la región Lagunera
Una playa en Chapultepec
Otro de los hallazgos más sonados fue el registrado recientemente en Chapultepec, donde investigadores del INAH registraron un muelle y un canal del periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), en lo que fue la playa de una península ubicada al pie del cerro del Chapulín. Este descubrimiento se dio cuando la arqueóloga María de Lourdes López Camacho y su equipo supervisaban las obras de construcción de un paso a desnivel, contiguo al paradero de la estación Chapultepec del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Ahí identificaron, según el INAH, varias secciones del cauce artificial y un pequeño puerto, del que debieron arribar y partir canoas rumbo al lago de Texcoco. El segmento mejor conservado del canal, el cual está flanqueado por una fina capa de arena, yace bajo el arroyo vehicular de la avenida Chapultepec, a un costado del edificio que ocupó la Secretaría de Salud.
López Camacho, directora del proyecto Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec, consideró una fortuna el hallazgo de esta playa, “debido a su ubicación en un espacio sumamente intervenido desde finales del siglo XIX, cuando desapareció el pueblo de indios de San Miguel Chapultepec al fraccionar sus terrenos y edificarse la Secretaría de Salud”, reportó el INAH.
Hallazgos en la zona maya
En la Península de Yucatán, donde el INAH ha concentrado sus esfuerzos en los últimos años debido a la construcción del Tren Maya, también se reportaron descubrimientos trascendentales, algunos ligados con el proyecto ferroviario y otros totalmente fortuitos.
Es el caso de una nueva ciudad maya prehispánica ubicada en la frondosa selva de Campeche, bautizada como Valeriana. El asentamiento, que fue ocupado entre el 250- 900 d.C., se extiende a lo largo de 16.6 kilómetros cuadrados, con una densidad arquitectónica similar a otras ciudades mayas, como Calakmul.
Hasta ahora, el sitio sólo ha sido identificado a través de imágenes LiDAR por arqueólogos del INAH y académicos de las universidades estadounidenses de Tulane, del norte de Arizona y de Houston. Ahora el INAH debe hacer un reconocimiento de campo y garantizar su conservación.
La “Roca de la fundación” en Cobá
En esa misma región del país, durante la realización de trabajos de mejoramiento en la Zona Arqueológica de Cobá, Quintana Roo, especialistas localizaron también un relieve de gran formato con jeroglíficos mayas. El panel, de unos 4.30 metros de ancho por 3.50 de alto, tiene una antigüedad de más de mil 500 años y contiene 123 cartuchos jeroglíficos que aluden a la fundación del pueblo Keh Witz Nal, en el año 569 de nuestra era.
El tablero fue bautizado por expertos del INAH como la “Roca de la fundación”. Ese hallazgo relevante para comprender la escritura maya y la historia de esas ciudades antiguas se registró como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) en sitios cercanos a la ruta del Tramo 5 del Tren Maya.