De los grupos de autodefensa a la “polícia del aguacate”

Cansados de la inseguridad y las extorsiones, los residentes del municipio de Tancítaro crearon un policía creada para proteger a los productores de aguacate de la localidad.
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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El llamado “oro verde” representa un millonario negocio para miles de personas, con ganancias tan altas que los agricultores y productores de aguacate se han convertido en blancos específicos del crimen organizado.

Michoacán es una de las regiones más importantes de la industria aguacatera nacional.

Es el único estado que cuenta con la certificación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos para exportar la preciada fruta al vecino país del norte.

Tan solo en el 2016, ‘la fiebre del oro verde’ dejó ganancias de 2 mil 200 millones de dólares, según el Sistema de Información Arancelaria (SAVI) y la Secretaría de Economía de México. 

Ese mismo año, los productores de aguacate colocaron en el mercado norteamericano más de 814 mil 379 toneladas del fruto, lo que representó un crecimiento de casi el 500 por ciento en relación a las ventas realizadas en el 2006.

Estos ingresos han cambiado la vida los cientos de productores y terratenientes, quienes vieron como una generación tomó el aguacate como su alimento ícono, aumentado sus ventas a niveles nunca esperados, a vivir con el miedo permanente de ser secuestrados.

Recientemente, la BBC realizó un reportaje sobre Tancítaro, uno de los 113 municipios de Michoacán y que es conocido por muchas personas como la capital del aguacate de México.

Este municipio de 30 mil personas produce suficientes aguacates para satisfacer la demanda total de California.

Pero lo que realmente hace de Tancítaro un municipio singular, es su Cuerpo de Seguridad Pública (CUSEPT), conocido por algunos como “la policía del aguacate”.

Como muchas localidades de Michoacán, en 2013 los residentes de Tancítaro crearon grupos de autodefensas para proteger del crimen organizado a los agricultores y productores del municipio.

Pero mientras en otras partes del estado los grupos de autodefensas se vieron infiltrados por grupos criminales o desmantelados por el gobierno, los residentes de Tancítaro hicieron algo diferente: “La policía del aguacate”.

“Los grupos de autodefensa liberaron al municipio del crimen organizado y luego, junto al gobierno, trabajamos con los productores de aguacate para reclutar policías”, explica José Hugo Sánchez Mendoza, jefe de CUSEPT

“El primer requisito era que la fuerza estuviera compuesta por personas de este municipio”, agregó en entrevista con la BBC.

La fuerza policial es, en parte, financiada por productores de aguacate, que pagan un porcentaje de sus ganancias dependiendo de la cantidad de hectáreas que poseen. El gobierno municipal también contribuye y ​​sus miembros reciben capacitación de las fuerzas federales.

Todos en CUSEPT están conectados al comercio de aguacate de alguna forma, lo que el alcalde de Tancítaro considera su receta para el éxito. La gente tiene mucho que perder y quiere protegerlo, explica.

Los policías gana bien o tienen tierras donde siembran esta preciada fruta. Todos portan armas, usan chalecos antibalas y una camioneta blindada.

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