El asesinato de Ana Lizbeth no solo ha causado conmoción social, también dejó al descubierto negligencias y otras fallas como el que el presunto asesino tiene a un familiar que trabaja en la Fiscalía General, lo que levanta preguntas que deberá responder esa instancia.
Han comenzado a surgir más dudas que certezas, pese a que ayer por la mañana Juan Fernando Ruiz Ramos, presunto asesino de la menor, fue detenido. Más tarde fue vinculado a proceso por los delitos de feminicidio y secuestro agravado y recluido en el penal de Topo Chico.
La Fiscalía General tiene mucho que explicar sobre la relación familiar entre el detenido de 37 años y su empleado, cuyo nombre no se dio a conocer, pero trascendió se trata de Víctor Alfonso Ruiz Ramos, quien estaba asignado a la Fiscalía del municipio de Juárez, pero aparentemente fue movido al área central en Monterrey.
Ayer Luis Enrique Orozco Suárez, vicefiscal de la instancia encabezada por Gustavo Adolfo Guerrero, confirmó el vínculo familiar con el funcionario y dijo que este colaboró para la detención del presunto homicida, por lo que se descartó su complicidad.
“Efectivamente esta persona tiene un parentesco con un elemento de este instituto, la persona ha sido entrevistada por el Ministerio Público, ha colaborado activamente en la investigación, insisto ha colaborado para la resolución de este caso”, dijo Orozco Suárez.
Las inconsistencias surgen cuando se sabe que Juan Fernando Ruiz Ramos, señalado como presunto homicida de Ana Lizbeth, era buscado desde el 2014, incluso se llegó a pedir una recompensa por él de 275 mil 889 pesos, en esa ocasión por abusar de una menor de edad, hecho que ocurrió en el municipio de García, en septiembre de ese año.
Ayer la Fiscalía informó que gracias a la colaboración de uno de sus elementos se logró dar con el asesino de la menor, caso que ha impactado a Nuevo León y el país, pero ahora deberá explicar por qué uno de sus trabajadores calló durante años sobre el nexo con un delincuente buscado desde 2014, acción que pudo haber evitado la tragedia de ahora.
“No fueron fructíferas esas tareas (órdenes de aprehensión anteriores), la tarea que fue fructífera fue la que el día de hoy presenta el fiscal general y su servidor”, señaló el vicefiscal ayer al informar públicamente sobre la aprehensión de Juan Fernando, por quien se ofrecía una recompensa de 500 mil pesos.
El presunto homicida, quien asesinó a la menor por medio de asfixia, fue policía de Seguridad Pública en Nuevo León. Aparentemente la vivienda donde cometió el crimen pertenecía a un elemento de la Agencia Estatal de Investigaciones, pero esa versión fue negada por el director de esa corporación, Esteban Cantú, quien dijo que era de su pareja sentimental.
Ana Lizbeth fue secuestrada el domingo pasado y los policías de Juárez se tardaron más de 12 horas en notificar el hecho, por lo que la activación de la Alerta Amber fue tardía, pese a que en 5 municipios de Nuevo León, entre ellos en el que ocurrieron los hechos, ya fue declarada desde hace un año y 8 meses la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM).
Presumen modernidad
Los padres de la menor lanzaron una alerta por la red social Facebook por la desaparición de Ana Lizbeth desde el pasado domingo, pero pese a su viralización no le importó mucho a los elementos de la Fiscalía General, ya que se lanzó la Alerta Amber hasta el lunes.
Lo anterior pese a que el fiscal Gustavo Adolfo Guerrero ha presumido que la instancia que encabeza vive tiempos más modernos y ciudadanos.
“Quiero resaltar el apoyo que realizó la Fiscalía Antisecuestros, ya que a través de un trabajo de inteligencia y científico se llegó a estos resultados, también quiero resaltar la participación de la ciudadanía por difundir (redes sociales) la oferta de recompensa que se ofreció”, indicó el fiscal.
“La época moderna de la Fiscalía será de inteligencia y científica, nosotros íbamos a combatir la delincuencia a través de inteligencia y no con balas, estamos convencidos que es la nueva forma de hacer justicia en un estado vanguardista como es Nuevo León”, presumió.
Aunque los dichos no concuerdan con los hechos, ya que ni la inteligencia ni la modernidad se utilizó para detectar el llamado de auxilio de los padres de Ana Lizbeth.
El fiscal ha justificado la negligencia por el error de los integrantes del Grupo Especializado de Búsqueda Inmediata (GEBI) en atender con prontitud el caso.
Gustavo Adolfo Guerrero justificó no emitir la Alerta Amber porque los policías de Juárez no lo dieron a conocer a tiempo.
Familiares, amigos y vecinos de Ana Lizbeth Polina la despidieron ayer, quien fue sepultada en el Panteón Jardines de la Sierra, en el municipio de Juárez.
Sin novedades en casos de bares
Mientras la Fiscalía General de Justicia presume la rápida captura del presunto homicida de la niña Ana Lizbeth, aún no presenta avances o detenidos sobre los ataques a antros de distintos puntos que ocurrieron hace dos semanas, en donde murieron 12 personas.
La instancia encabezada por Gustavo Adolfo Guerrero solo ha informado que se está investigando de manera inteligente y científica este caso, pero no ha anunciado algo nuevo.
No se proporcionado fotos o imágenes de las personas que actuaron en los crímenes, a pesar de que varios establecimientos cuentan con cámaras de seguridad.
Reporte Índigo adelantó que una vez más los centros nocturnos de Monterrey están bajo alerta de las autoridades por la disputa de venta de drogas.