Los desafíos para abastecer de agua a Guadalajara

La capital de Jalisco pierde casi una tercera parte de todo el líquido que extrae en fugas, tomas clandestinas, consumos excedentes y por otras causas; además enfrenta la contaminación de sus cuerpos de agua y una menor disponibilidad de este recurso por el cambio climático
Luis Herrera Luis Herrera Publicado el
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La Agenda de Resiliencia Hídrica para el Área Metropolitana de Guadalajara, que elaboraron las autoridades de Jalisco, advierte que la ciudad enfrenta múltiples desafíos en esta materia, que incluyen desde los efectos del cambio climático, una demanda creciente de agua potable, condiciones de contaminación, hasta graves deficiencias en los servicios públicos del sector.

La introducción del gobernador, Enrique Alfaro Ramírez, del documento es elocuente en este sentido: “La disponibilidad del agua se encuentra bajo amenaza debido a diversos factores como: la crisis climática; el abandono de la infraestructura hidráulica y su consecuente deterioro; así como la falta de coordinación entre el sector productivo, la sociedad y los tres niveles de gobierno”.

El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, realizó la introducción de la Agenda de Resiliencia Hídrica para el AMG. Foto: Especial
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, realizó la introducción de la Agenda de Resiliencia Hídrica para el AMG. Foto: Especial

El principal organismo que dota de agua a la metrópoli de Guadalajara, el Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), se encuentra en una situación paradójica, pues, por un lado, cada vez extrae más agua de las fuentes de abastecimiento, y al mismo tiempo, casi una tercera parte de todo este líquido termina perdido en fugas, tomas clandestinas o en consumos fuera de la vista de las autoridades.

Entre el 2011 y el 2022, el incremento del consumo total promedio de agua causó que la tasa anual de extracción total de SIAPA aumentara 1.5 por ciento; sin embargo, mucho de lo extraído acaba como “agua no contabilizada”:

“La diferencia que existe entre los 10.18 m³/s de agua extraída por el SIAPA en promedio (…) y los 6.6 m³/s de agua facturada en promedio (…), se conoce como el agua no contabilizada (que) no se ha podido reducir a un porcentaje aceptable. Esta incluye agua que se usa, pero no se cubre debido a fugas, consumos excedentes en tomas de agua de cuota fija, tomas clandestinas, evaporación en canales abiertos, pérdidas en los procesos de potabilización, alteraciones y mal funcionamiento de medidores, entre otros”.

Este volumen de “agua no contabilizada” en promedio es de 32 por ciento; tuvo una tendencia creciente hasta el 2012 que se logró detener con programas de mantenimiento, y desde el 2015 presenta una reducción, sin embargo, aún falta trabajo para hacer.

“No ha sido reducida significativamente debido a las inversiones, recursos humanos y técnicos que se requieren para sustituir o rehabilitar la infraestructura que está al límite de su vida útil (más de un 70% de las tuberías de la red de agua potable y alcantarillado tienen más de 30 años) y se requiere sustituir e instalar medidores”.

Clima y contaminación

Las autoridades también están proyectando que el cambio climático impactará negativamente la disponibilidad de agua para la ciudad, particularmente por dos de sus efectos: la disminución de las precipitaciones pluviales y el incremento de la temperatura:

“Estimaciones recientes sugieren que el cambio climático expondrá a más personas a la escasez de agua, lo que, combinado con otros factores, conduciría a una mayor demanda de aguas subterráneas ya de por sí sobre explotadas”.

El Análisis de Riesgos Climáticos de la metrópoli identifica estas variaciones climáticas: “En el escenario pesimista para mitad de siglo los pronósticos apuntan una tendencia más clara hacia la disminución de los valores de precipitación anual de entre 5 por ciento y 7.5 por ciento en el extremo oriental de Zapotlanejo en el AMG. De igual manera, para el caso de la temperatura anual máxima se estima que podría tener un incremento de 1.3°C hasta 3.3°C”.

Otro elemento relevante considerado en la “Agenda de Resiliencia Hídrica” es la contaminación de los cuerpos de agua. La metrópoli, señala, “enfrenta desde hace años una problemática de contaminación de los ríos y arroyos que abastecen y circulan por dentro y alrededor de esta área. Un 91 por ciento de los cauces de agua del AMG estarían contaminados, de acuerdo con información de la Conagua”.

Tanto el Río Verde como el Río Santiago reciben descargas de aguas residuales municipales, agropecuarias e industriales sin tratamiento; y en la ciudad existen 30 puntos de descarga de aguas residuales municipales sin tratar (24 son vertidos en los ríos o arroyos, uno en presa y cinco en gran colector; todos en el sistema del Río Santiago y sus canales tributarios).

Esta contaminación persistirá pues el porcentaje de aguas residuales municipales tratadas en el Área Metropolitana es del 69.8 por ciento; el resto, por lo tanto, se sigue descargando sin ningún tratamiento por parte de las autoridades. Actualmente, las plantas de El Ahogado y Agua Prieta tienen una capacidad de tratamiento de 2.25 m³/s y 8.5 m³/s, y un caudal tratado promedio de 2.25 m³/s y 4.5 m³/s, respectivamente.

Agua y futuro

En unos pocos años, hacia el 2037, y ante el crecimiento de la demanda de agua potable entre los tapatíos, al SIAPA podrían resultarle insuficientes sus concesiones de extracción de agua, según se advierte en el documento:

“La extracción total de agua a cargo del SIAPA ha incrementado 19 por ciento entre 2011 y 2021. (…) El SIAPA cuenta con un volumen máximo de extracción de aguas superficiales de 332,820,800 m3/año o 10.55 m³/s y 94,608,000 m3/año o 3.00 m³/s de aguas subterráneas directamente concesionadas (…). Esto resulta en un valor de extracción máximo de 13.55 m³/s lo cual, manteniendo la misma tasa de crecimiento lineal, se superaría en el 2037 sin considerar la incorporación de nuevos municipios a la red del SIAPA”.

En este sentido, el proyecto en marcha más relevante es el sistema Zapotillo-El Salto-La Red-Calderón, que permitirá aprovechar parte del volumen de agua concesionado del Río Verde (aportará 3 m³/s adicionales para la metrópoli, de los cuales 2 m³/s provienen de la presa El Zapotillo y 1 m³/s de la presa El Salto).

Alfaro Ramírez, quien participa en la Conferencia Global del Agua de Naciones Unidas, en Nueva York, señaló el 22 de marzo: “El compromiso es muy sencillo. Al final de mi gobierno habremos podido habilitar las acciones para tener el doble de agua disponible en nuestro sistema metropolitano y con eso garantizar los próximos 50 años de desarrollo de la ciudad”.

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