Hace más de cuatro meses, un tribunal ordenó el retiro de cinco plumas, casetas de vigilancia y un sistema de telepeaje implementado por la Asociación de Colonos de Bezares y el Comité Ciudadano.
“(…) exhortamos a la Delegación Miguel Hidalgo a hacer cumplir el mandato judicial y evitar que vecinos vean afectado su patrimonio económico e inmobiliario en Lomas de Bezares, se evite la privatización del espacio público y se terminen las extorsiones bajo el pretexto de brindar seguridad”, detalla el comunicado oficial emitido a principios de año.
La semana pasada, la jefa delegacional Xóchitl Gálvez envió a María del Carmen Cervantes Peña, jefa de Unidad de Recuperación de Espacios Públicos, a retirar dichas estructuras.
Sin embargo, la funcionaria se fue del lugar sin retirar ni las plumas que controlan el acceso vehicular ni las casetas de vigilancia.
Además, acudió a la colonia sin el personal de la Secretaría de Movilidad (SEMOVI) ni elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSP) como lo ordena la resolución.
Hoy, los vecinos de la delegación Miguel Hidalgo aún padecen por la falta de movilidad ya que estas estructuras impiden, limitan y restringen el libre tránsito.
“La jugada de Xóchitl consistió en enviar a alguien de la delegación para justificar que vino a la colonia con la intención de retirar y que una vez aquí se lo impidió el grupo vecinal que está a favor de ese negocio ilegal de las casetas que la misma delegada avala”, explicó Mónica del Castillo, residente y nieta de uno de los fundadores de esa colonia.
La resolución de principios de año ratificó la orden de ejecución de una sentencia de amparo que data del 7 de diciembre de 2015, pero desde ese entonces, los vecinos han señalado a Gálvez de no querer cumplir la disposición.
Julián Reyes, vocero de los residentes inconformes que ganaron el amparo, acusó a la titular de Miguel Hidalgo de poner en marcha una estrategia de prórrogas para dilatar el procedimiento y no hacer efectiva la orden del juez.
“Es una clara estrategia, sin embargo podrían caer en inejecución de sentencia pues se dio una prórroga de tres días y no han señalado ni el día ni la hora para retirar las plumas y el plazo ya venció el miércoles pasado”, explicó Reyes a Reporte Indigo en enero de este año.
En marzo, Ricardo Gallardo Vara, juez décimosexto de distrito en materia administrativa en la Ciudad de México, apercibió por segunda vez a Gálvez para que retirara las plumas, casetas de vigilancia y sistemas de telepeaje. Evidentemente sin resultados.
Ante el juzgado, la delegación Miguel Hidalgo ha señalado que no se ha cumplido la sentencia debido a la ausencia de personal capacitado, falta de grúas e incluso bajo el argumento de que sólo se trata de un conflicto entre grupos antagónicos.
Reyes insiste en que, a pesar de la desobediencia de Xóchitl Gálvez y su estrategia para desgastar a los quejosos, no cejarán hasta pasar de la fase de inejecución de sentencia a la destitución de la delegada.
Un problema de décadas
Las plumas que impiden el paso a residentes de la colonia Lomas de Bezares están ahí desde 1997.
Sin permisos o algún otro tipo de autorización la Asociación de Colonos de Bezares AC las colocó para “protegerse de la delincuencia”.
Pero desde entonces hubo colonos que no estuvieron de acuerdo. En octubre del 2014, la Secretaría de Seguridad Pública le solicitó a la Delegación Miguel Hidalgo el retiro de las estructuras, lo cual no ocurrió y no ha ocurrido.
Mediante el oficio SSP/SCT/11500/2014, la Policía capitalina señaló en aquel entonces, que dichos dispositivos eran causa de abusos, agresiones y faltas violatorias del libre tránsito.
En enero del 2015, la Asociación Colonos de Bezares A.C no solo no retiró las plumas si no que instaló casetas de vigilancia, identificación de rostro, sistemas de fotoceldas y lectura de placas en la colonia. Para sostener esos servicios implementaron un cobro de 4 mil 300 pesos trimestrales.
En julio de ese mismo año, el director del Espacio Público ordenó el retiro de las estructuras, sin embargo, se promovieron juicios por parte de la Asociación Colonos de Bezares, que dirige Jaime Cordero Galindo.
Por su parte, la delegada Xochitl Gálvez, ha argumentado que los vecinos no sólo de Lomas de Bezares sino de toda la ciudad buscan protegerse de la delincuencia ante la falta de seguridad. Razón por la que colocaron plumas y casetas.
En una entrevista para este medio en enero de este año, la funcionaria aseguró que más del 95 por ciento de los habitantes de la colonia estaban de acuerdo en la operación de plumas y casetas de vigilancia y solo una vecina era quien se oponía y promovió el amparo.
“Estoy obligada a retirar las plumas, la bronca es que los vecinos me piden que les firme que yo les voy a garantizar la seguridad”, explicó en esa ocasión.
Pero para los detractores de este sistema de plumas y casetas no es más que un negocio redondo a partir de cuotas obligatorias a los habitantes de las más de 525 casas y 21 privadas con su respectivo caserío (cada una con una pluma) que impiden la libre circulación en la zona.