Lo que deja la pandemia, lecciones para el sistema de salud mexicano

Después de que el 5 de mayo pasado el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus, Director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró el fin de la COVID-19 como emergencia sanitaria internacional, el Gobierno de México hizo lo mismo a nivel nacional a poco más de tres años de haberla declarado en marzo de 2020.

El anuncio fue hecho por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su Gabinete de Salud.

“Dado que se cumplen las características que ha considerado la OMS para suspender la emergencia de salud pública de interés internacional, también se ha tomado esta decisión para el propio país. El Presidente ha firmado un decreto que pone fin a la vigencia del decreto original del 23 de marzo de 2020″, anunció el subsecretario Hugo López-Gatell durante la conferencia matutina.

El responsable de lidiar con la pandemia también presento el plan de atención a largo plazo que sustituirá a las medidas de emergencia en el país y explicó que la decisión se debió a que México cumple con los razonamientos de la OMS, tales como una tendencia decreciente de contagios, hospitalizaciones y muertes.

También aseguró que actualmente, cerca del 94.9 por ciento de la población nacional presenta anticuerpos para las variantes que se caracterizan por una menor virulencia.

Mantener precauciones

A pesar del descenso en las muertes y hospitalizaciones por el virus del Sars-CoV-2 a nivel mundial, Tedros Adhanom, director general de la OMS, advirtió que el mundo no está libre de peligro.

“Esto no significa que el COVID-19 haya terminado como una amenaza para la salud mundial. Este virus llegó para quedarse, todavía está matando y todavía está cambiando.

“Lo peor que cualquier país podría hacer ahora, es usar esta noticia como una razón para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que ha construido o enviar el mensaje a su gente de que el COVID-19 no es motivo de preocupación”, alertó.

Asimismo, dio a conocer una serie de recomendaciones temporales para que todos los Estados Partes garanticen la seguridad de su población.

Entre las más importantes se encuentran: mantener la capacidad nacional adquirida y prepararse para futuros eventos, integrar la vacunación contra la COVID-19 en los programas de vacunación a lo largo de la vida.

Reunir información procedente de diversas fuentes de datos de vigilancia sobre agentes patógenos respiratorios para permitir un conocimiento exhaustivo de la situación, preparar la autorización de contramedidas médicas en los marcos normativos nacionales para garantizar la disponibilidad y el suministro a largo plazo.

Mantener la colaboración con las comunidades y sus líderes, seguir levantando las medidas de salud relacionadas con los viajes internacionales por la COVID-19 y continuar apoyando la investigación para mejorar las vacunas que reducen la transmisión y tienen una amplia aplicabilidad.

Los retos para México

Para el diputado federal de Movimiento Ciudadano y aspirante a la jefatura de Gobierno en 2024, Salomón Chertorivski, el país tiene mucho que hacer para mantener al virus del Sars-CoV-2 a raya.

De acuerdo con el exsecretario de Salud en el sexenio de Felipe Calderón, lo primordial en este momento es seguir con lo que aprendimos: cuidar la higiene y, si tenemos síntomas de enfermedad respiratoria, quedarnos en casa o salir con cubrebocas.

El congresista naranja asegura que no contamos con un plan de vacunación serio, por lo que es un punto en el que las autoridades deben poner especial atención.

“Necesitamos un planteamiento de vacunación serio. México solo vacunó al 64 por ciento de su población y con una vacuna monovalente, que ya no sirve para la cepa que circula hoy.

“Estados Unidos ya eliminó la vacuna monovalente y el esquema que sugiere ahora es con vacuna bivalente. Urge que México dé los permisos, la registre y compremos vacunas bivalentes”, dice Chertorivski.

Por este motivo, exige que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), apruebe de una vez por todas los antivirales, sobre todo el remdesivir y el paxlovid, “para que esté al alcance de quienes lo necesiten y no sólo a cuentagotas en algunos hospitales del sector público”.

‘Long’ COVID

La mayoría de las personas que se infectaron de COVID-19 se recuperaron por completo, no obstante, se estima que aproximadamente entre el 10 y el 20 por ciento de la población experimenta COVID persistente, también conocida como afección posterior a la COVID-19.

Ante este panorama, expertos en la materia apuntan que todavía se trata de una enfermedad invisible e infradiagnosticada, motivo por el cual demandan más visibilidad e investigación de las secuelas que dejó la pandemia que ya fue declarada como superada.

Salvador Macip, director de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), define a la COVID-19 de larga duración como “la continuación o desarrollo de nuevos síntomas tres meses después de la infección inicial por SARS-CoV-2, con una duración de estos síntomas de al menos dos meses sin otra explicación clínica que pueda explicar la presencia de estos síntomas”.

El especialista en la materia, explica que hasta la fecha se han identificado más de 200 síntomas asociados a la COVID-19 persistente.

Los malestares más frecuentes son de tipo sistémicos como la fatiga; neurocognitivos como déficits de memoria y atención; respiratorios o cardiovasculares, además de otros como los neurológicos, neuromusculares o psicológicos y psiquiátricos.

Para el diagnóstico, aconseja que se descarten otros problemas de salud conocidos que pueden generar una sintomatología similar, tener en cuenta las posibles secuelas de la infección y tener un resultado de una confirmación por PCR o test de antígenos.

Los contratos de la pesadilla

En la pandemia por COVID-19 México derribó la barrera de los 100 mil muertos el 20 de noviembre de 2020.

Hubo 40 mil decesos más de los que el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell Ramírez, vislumbró en el escenario que clasificó como “muy catastrófico”.

La cifra puso al país en el cuarto sitio con más mortalidad, superado solo por Estados Unidos, Brasil y la India, de acuerdo con la Universidad John Hopkins.

En ese panorama, se generó una lluvia de adjudicaciones directas por millones de pesos que ahora integra la historia de cómo el gobierno mexicano enfrentó la crisis sanitaria más grande de los últimos años.

En nueve meses de emergencia, la administración federal había gastado 10 mil 408 millones 72 mil 933 pesos a través de 2 mil 783 contratos, según quedó registrado en Compranet.

Los 152 más caros fueron signados por más de 10 millones de pesos, entre junio y octubre.

Es decir, 55 millones 826 mil 321 pesos se otorgaron en promedio por contrato de manera directa.

Así se integró un segmento dorado de empresas ganadoras en un país que no solo padecía en la salud, sino que enfrentaba el crecimiento de la pobreza laboral que, para noviembre, había pasado de 35.7 a 44.5 por ciento, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Pese al flujo de dinero público, las malas prácticas enturbian este pasaje de la pandemia en México.

Levanting Global Servicios LLC SA recibió la contratación más cara que hasta esas fechas se había otorgado por 80 millones 725 mil dólares (mil 621 millones 660 mil 930 pesos) para la compra de dos mil 500 ventiladores).

La empresa incumplió con la entrega y su relación con el Gobierno federal concluyó con una inhabilitación de casi cuatro años, impuesta el 23 de marzo de 2021 por la Secretaría de la Función Pública.

Esta falla trascendió la relación de proveeduría. El Instituto Mexicano del Seguro Social decidió rescindir el contrato y la adquisición de los ventiladores –urgentes en esos momentos en los hospitales– se retrasó.

Además, en este segmento, estaban empresas con antecedentes de mal desempeño como Introm Textil SA de CV que estuvo en la base de datos Efos (Empresas que facturan operaciones simuladas) de la Secretaría de Hacienda.

No obstante, recibió el cuarto contrato más grande generado en el escenario catastrófico de la pandemia. Lo firmó con la Secretaría de la Defensa Nacional para venderle tela indiolino, hilo y elástico reforzado por 241 millones 188 mil 93 pesos.

Otras empresas ganadoras en los tiempos pandémicos fueron Suministro para Uso Médico y Hospitalario S.A. de C.V. que se llevó 554 millones 640 mil pesos, Creatividad y Espectáculos que prestó el servicio integral para expandir el autódromo Hermanos Rodríguez por 301 millones 724 mil 137 pesos y Aerovías de México (Aeroméxico) que cobró 15 millones 606 mil 917 pesos por el transporte aéreo de material médico, insumos y productos necesarios.

El gobierno también invirtió en mensajes extraordinarios. Los contratos con la etiqueta “difusión” en el universo de la crisis del SARS CoV-2 hasta noviembre de 2020 suman 11 millones 561 mil 680 pesos. En diciembre del año anterior, ese dinero no estaba en ningún presupuesto.

Memoria y rendición de cuentas

Para Salomón Chertorivski, diputado federal por Movimiento Ciudadano y exsecretario de Salud en el sexenio de Felipe Calderón, no se puede pasar por alto el elevado número de muertes que la pandemia provocó.

“Tras 800 mil muertes en México, el fin de la emergencia tendría que llevar a que nos preguntemos qué nos hace falta hacer aún para combatir el virus”, por lo que el aspirante pide que se cree una comisión especial para evaluar las medidas adoptadas por las autoridades para combatir la pandemia.

“Urge designar una comisión independiente para evaluar lo sucedido, exigir rendición de cuentas y determinar responsabilidades individuales e institucionales. Y, sobre todo, para pensar cómo nos organizamos para que, cuando llegue la siguiente pandemia, estemos mejor preparados”, exigió a través de su cuenta de Twitter.

Por último, el congresista del partido Movimiento Ciudadano, pidió a las autoridades pensar en el futuro para estar preparados en caso de tener que enfrentar otra pandemia, pues necesitamos nuevos protocolos, mejores sistemas de información y reservas estratégicas, por ejemplo, de antivirales y equipo de protección para personal médico y de enfermería.

“Necesitamos pensar en el futuro. Llegará una nueva pandemia y tendremos que actuar en consecuencia”.