Los legisladores federales como representantes de la sociedad tienen más diferencias entre ellos que similitudes y, si se habla de prioridades, agendas e intereses, los partidos políticos sólo piensan en jalar agua para su molino. El estudio “Las agendas de los partidos en el Congreso de Unión en la segunda mitad del sexenio, ¿qué nos espera?” elaborado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República revela que en el crisol de necesidades prioritarias del país los institutos políticos solamente coinciden en muy pocos rubros.
Por lo que en estos próximos tres años de la LXV Legislatura podrían quedar de lado temas urgentes como la estrategia de salud para combatir la pandemia de COVID-19, la recuperación económica y la consolidación de políticas públicas que ayuden a pacificar al país.
Ante la falta de consensos es muy probable que esta Legislatura esté marcada por la división y el encono, que se agudizarán conforme se acerquen las citas electorales de 2022, 2023 y la gran fiesta de la democracia de 2024.
El periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión arranca en dos semanas, el 1 de febrero, pero pronto estaremos ante una nueva crisis política ya que este año heredó la discusión y aprobación de la polémica Reforma a la Industria Eléctrica que comenzó a ser analizada en Parlamento Abierto el día de ayer en la Cámara de Diputados.
Para el partido en el poder, Morena, esta reforma emanada del presidente Andrés Manuel López Obrador es una de sus prioridades, por lo que ya alistan toda su artillería para aprobarla a más tardar en la primera semana de marzo.
Ayer, solamente durante la inauguración del Parlamento Abierto, el partido guinda mostró su músculo mandando a la ofensiva a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y a una decena de gobernadores más.
De acuerdo con el morenista Manuel Rodríguez, presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, estarían dispuestos a adicionar cosas para reforzar la reforma y conseguir los votos que les hacen falta, pero amagó con que el espíritu de la misma es “inamovible”.
“El espíritu de esta iniciativa no está sujeto a modificación: la rectoría del Estado mexicano en el sistema eléctrico nacional, y para eso se debe garantizar 54 por ciento de generación eléctrica por parte de la CFE y 46 por ciento de la iniciativa privada”, insistió.
Por su parte, el principal partido opositor, Acción Nacional, señaló que no serían una “figura decorativa” pero que estarían dispuestos a “transitar” en la reforma siempre y cuando se garantice la libre competencia del sector y los avances medioambientales.
Esto tan solo es el primer round de los muchos que se verán este año como el de la Reforma Políticoelectoral, el de la incorporación de la Guardia Nacional al Ejército y la regulación de la cannabis.
Coincidencias y divergencias en el Congreso de la Unión
De acuerdo con el estudio realizado por la Dirección General de Análisis Legislativo del (IBD) con base en las agendas que presentaron los partidos políticos ante el INE durante la reciente contienda electoral, será muy complicado que este año se logren consensos.
Por ejemplo, en materia de salud las dos principales fuerzas políticas solo coinciden en combatir la corrupción del sector y mientras que para el PAN la prioridad es garantizar la atención del cáncer en niños, para Morena lo más importante son las campañas de prevención de enfermedades.
Además, pese a mencionarlo como prioritario, el partido guinda no presentó propuestas en materia de salud preventiva.
Respecto a trabajo y economía, tanto PAN, PRI y PRD buscan invertir recursos para potencializar a los trabajadores del campo y a los del sector agropecuario, mientras que Morena es enfático al decir que no gastarán más dinero que el que ingresa a la hacienda pública y que todos los apoyos se darán a través de los canales tradicionales de los programas del Bienestar, cuyos recursos se obtienen de la austeridad republicana y del combate contra la corrupción.
En materia de seguridad, tanto el PAN como el PRI y Morena coinciden en la búsqueda de rediseñar las policías del país como eje de su estrategia.
Pero mientras los albiazules proponen la creación de un Consejo Nacional de Evaluación de Desempeño de los elementos policiacos a escala nacional, así como destinar un porcentaje más grande del presupuesto a las policías de investigación, Morena insiste en el fortalecimiento de la Guardia Nacional.
En el combate a la corrupción, Morena, PAN, PRI y PRD coinciden en establecer mecanismos de rendición de cuentas y combatir el delito en los tres Poderes, en policías, Fuerzas Armadas y reclusorios.
El enfoque del PAN es más ciudadano y de supervisión y busca eliminar el fuero constitucional para todos los servidores públicos. La estrategia de Morena propone un combate frontal a las políticas de desvío de recursos y a prácticas como el tráfico de influencias, el amiguismo y el compadrazgo.
Sobre los contrapesos democráticos y los órganos autónomos, todos los partidos de oposición coinciden en reformarlos y fortalecer su independencia tanto en su funcionamiento como en su presupuesto.
Y aunque una de las principales armas del Gobierno federal, de Morena y sus aliados es amagar con desaparecer los órganos autónomos, no realizaron ninguna propuesta para reformarlos.
Lo mismo ocurre en una posible reforma al sistema electoral y a la democracia participativa. Todos los partidos de oposición realizaron propuestas al respecto y el partido en el poder sólo señaló que busca fortalecer el mecanismo de Revocación de Mandato y de consultas ciudadanas para temas de interés nacional.
En el tema medioambiental, el PAN y el PRD plantean transitar a energías limpias, recuperar hábitats completos, legislar en materia de protección ambiental y salvar especies en peligro de extinción.
Morena solo señala que el Tren Maya, además de incrementar la derrama económica en el sureste del país, protegerá el medio ambiente desalentando actividades como la tala ilegal y el tráfico de especies.