La llegada de las lluvias no tiene fecha fija, lo que rodea el escenario de incertidumbre acerca de qué tanto podría incidir la sequía en la escasez de productos para este año, afirma el doctor Arturo Chacón Torres, profesor investigador decano del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales de la Universidad Michoacana.
“Las lluvias pueden retrasarse o pueden llegar puntuales. En ese sentido hemos observado desde hace décadas que la lluvia tiende a disminuir, por ejemplo, en la región de Michoacán, de tener alrededor de mil milímetros al año, bajó. En el caso de Pátzcuaro son 935 mm, es decir ya no alcanzamos el metro”, dice el especialista.
Explica que los días de lluvia que han aparecido a últimas fechas están relacionadas con frentes fríos, sin que sean parte de la temporada de precipitaciones.
“Estos frentes fríos ya desaparecieron porque ya viene el Equinoccio de Primavera, el 21 de marzo, sin tener una hora exacta cambia la inclinación de la Tierra y se da el inicio de la Primavera, se ausentan las lluvias y comienza la época de sequía. Esto tampoco es una palabra escrita ni un dogma de fe, aún en Semana Santa hemos visto que en algunos años, como en el 2006, se presentaron lluvias”, explica.
Con precipitaciones o sin ellas, México carece de capacidad productiva de maíz, ya que en la agricultura es visto como un producto secundario, debido a que los productores prefieren sembrar productos que dejan más ganancia, como el aguacate o los frutos rojos.
“El maíz ha sido un producto infravalorado. La mayor cantidad de maíz, entre 70 y 80 por ciento, se cultiva en laderas, en pendientes pronunciadas, donde no existen sistemas de riego.
“Lo que se produce es prácticamente para autoconsumo y un poco para suministrar al mercado local y regional, ni siquiera nacional. Algunas parcelas extensas que disfrutan de riego y todo eso, efectivamente es para surtir pero no es suficiente para el mercado nacional”, expone.
