El último recorrido del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se caracteriza por su visita a dos estados con los que ha tenido desencuentros en las últimas semanas: Jalisco y Guanajuato.
Los gobiernos de estas entidades chocaron con el mandatario por temas de seguridad, salud y la distribución de los recursos públicos. Es por ello que las reuniones sirvieron para limar asperezas en su relación y considerar los puntos en común para contener las problemáticas que aquejan a estos dos sitios.
AMLO cuestionó el trabajo del fiscal de Guanajuato luego de que personas ligadas al Cártel de Santa Rosa de Lima quedaron libres por falta de pruebas
Como parte de su recorrido, López Obrador se reunió con el gobernador de Jalisco y uno de sus principales opositores, Enrique Alfaro.
En el municipio de Zapopan, el presidente encabezó la reunión de seguridad y su conferencia matutina en compañía del Ejecutivo jalisciense, ambos políticos hicieron ver que existen los desacuerdos.
“Como lo expresé ayer, podemos tener diferencias; eso es consustancial a la democracia (…) sin embargo, en asuntos como este, que tiene que ver con la seguridad del pueblo, con garantizar la paz, la tranquilidad de los ciudadanos, estamos las autoridades obligadas a actuar de manera coordinada, a hacer a un lado las banderías partidistas, y eso es lo que estamos llevando a cabo en el caso de Jalisco”, dijo López Obrador al iniciar su encuentro con los medios.
Alfaro Ramírez hizo saber al tabasqueño que no tiene intenciones de confrontar y llamó a corregir el rumbo.
“Estoy aquí no sólo para acompañarlo en su gira de trabajo, sino para poner sobre la mesa toda nuestra voluntad, para reconstruir la relación entre el gobierno estatal y el gobierno de la República. Hoy más que nunca Jalisco necesita de su presidente”, expresó.
El conflicto entre López Obrador y Alfaro tuvo su punto más álgido a finales de mayo después de las reacciones sociales en Jalisco desencadenadas por el asesinato de Giovanni López, luego de ser detenido por policías de Ixtlahuacán de los Membrillos.
Las manifestaciones y pintas en represalia por el homicidio dejaron estragos en el Palacio de Gobierno, decenas de personas fueron detenidas de manera arbitraria y se registraron agresiones entre policías e inconformes.
En medio de este episodio, declaraciones del gobernador de Jalisco provocaron la molestia del presidente López Obrador, luego de que asegurara que los actos violentos se organizaron desde “los sótanos del poder” en la Ciudad de México, refiriéndose al Gobierno federal o a agitadores pertenecientes a Morena. En respuesta, el presidente lo retó a presentar las pruebas.
Ayer, durante la conferencia Alfaro dijo tener evidencia de sus dichos como grabaciones o testimonios y agregó que se las presentará al presidente.
En su mensaje, López Obrador ofreció de nueva cuenta apoyo al gobernador sobre las amenazas de las que fue víctima, enviadas por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Además del conflicto por la acusación de organizar las protestas, Alfaro es uno de los gobernadores que conformaron un frente para solicitar al Ejecutivo modificar el Pacto Fiscal con el fin de modificar las fórmulas de distribución de recursos hacia las administraciones locales.
Conflicto por la seguridad pública
El miércoles, el jefe del Ejecutivo ofreció su conferencia desde Guanajuato en conjunto con Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, gobernador de la entidad.
La inseguridad y la violencia provocada por grupos del crimen organizado es uno de los puntos que más desacuerdos genera entre el Gobierno federal y la administración local.
Guanajuato es el estado con más homicidios dolosos del país, en las últimas semanas ha sido escenario de bloqueos y enfrentamientos entre organizaciones criminales.
El momento más crítico de la relación se dio a mediados de junio, cuando en la entidad del Bajío fuerzas estatales y federales detuvieron a familiares de José Antonio Yépez Ortiz “El Marro”, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima.
El operativo que llevó a la captura de la madre y prima de Yépez Ortiz, también provocó una reacción violenta por parte del cártel que incendió vehículos y bloqueó avenidas en al menos 11 municipios guanajuatenses.
Días después, los cercanos de “El Marro” obtuvieron su libertad por falta de pruebas para imputarles delitos como delincuencia organizada o narcotráfico, además la jueza encargada de este caso ordenó su liberación al considerar que hubo tortura durante su detención.
Tras estos hechos, el presidente López Obrador consideró que debería haber una “limpia” en las autoridades de la entidad y cuestionó que Carlos Zamarripa Aguirre, titular de la Fiscalía de Guanajuato, lleve 10 años en el cargo sin resultados positivos.
La postura del mandatario fue respondida por Rodríguez Vallejo, quien calificó como una falta de respeto a la democracia y al Federalismo, también defendió la labor del fiscal y recordó que el Congreso local ha ratificado a Carlos Zamarripa Aguirre en el cargo.
“Estamos buscado mejorar la coordinación entre el gobierno del estado y el Gobierno federal. El ciudadano gobernador ha decidido participar en una estrategia conjunta”, anunció López Obrador el miércoles.
Por su parte, Rodríguez Vallejo aceptó que se debe de trabajar de manera conjunta e incluso se culpó por no asistir de manera frecuente a las reuniones de trabajos de seguridad que mantienen todos los días autoridades estatales y federales en su entidad.
“No me resta más que decirles que estaremos permanentemente en comunicación a través de las reuniones de seguridad y que espero que en el corto tiempo podamos devolverle la paz y la tranquilidad que todos los guanajuatenses nos merecemos”, sostuvo el gobernador.
Objetivo político de la visita a Guanajuato
José Erandi Bermúdez, senador por Guanajuato, considera que la visita a Guanajuato tuvo que ver con asuntos meramente políticos y electorales, no por un verdadero interés de coordinarse con las autoridades estatales para combatir el problema de la inseguridad.
Bermúdez agrega que las juntas de seguridad que encabeza todos los días López Obrador no tienen un resultado positivo en el combate a la delincuencia.
“Estas reuniones no dejan de ser de carácter político, porque hoy el presidente tiene más muertos en el país que los que tuvo el presidente Peña Nieto o Calderón, hoy da menos resultados en materia de seguridad pública”, concluye.