Ricos y vitalicios

Uno de los negocios más rentables en México, al que pocos tienen acceso, es el de la “defensa de los intereses” de los trabajadores; los líderes sindicales en México, a base de negociaciones con las estructuras de poder, han podido conformar una clase social y política aparte: viven como reyes y son inamovibles.

Su perpetuidad y enriquecimiento se encuentra amparada en el laxo marco jurídico que no obliga a los sindicatos a la rendición de cuentas. A la fecha, la transparencia es solo un recurso opcional al que pueden acogerse o no las centrales gremiales de todo el país.

55
millones de dólares presunto desvío de fondos del líder minero Napoleón Gómez Urrutia
El líder desde hace más de 20 años del sindicato de La Piedad, Ricardo García Cazares, es señalado por desvío de cuotas y malas prácticas laborales
Los gobiernos municipales no están exentos de corrupción sindical, en Morelia y La Piedad, Michoacán, es difícil la transparencia
Exiliado en Canadá, Napoleón Gómez Urrutia percibe al mes 300 mil pesos por concepto de representación, y su estancia la paga el sindicato
Ismael Flores Cantú cuenta con 29 propiedades que tiene a nombre de su inmobiliaria, y otras a nombre de exesposas, hijos y prestanombres
Ismael Flores, líder de la CTM en Nuevo León, y Napoleón Gómez Urrutia, secretario del sindicato minero, han acumulado una riqueza millonaria a costa de sus agremiados
Pese a que el sindicato de Pemex ha ocultado el manejo de fondos destinados al líder sindical, la disidencia de ese organismo gremial estima que solo en el 2016, Romero Deschamps pudo haber tenido ingresos por más de 11 millones de pesos

Uno de los negocios más rentables en México, al que pocos tienen acceso, es el de la “defensa de los intereses” de los trabajadores; los líderes sindicales en México, a base de negociaciones con las estructuras de poder, han podido conformar una clase social y política aparte: viven como reyes y son inamovibles.

Su perpetuidad y enriquecimiento se encuentra amparada en el laxo marco jurídico que no obliga a los sindicatos a la rendición de cuentas. A la fecha, la transparencia es solo un recurso opcional al que pueden acogerse o no las centrales gremiales de todo el país.

Pocos han sido los sindicatos que se ha acogido al reclamo social de la rendición de cuentas. El propio Oscar Mauricio Guerra Ford, comisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) ha reclamado la apertura de los sindicatos, como un instrumento para el fortalecimiento de esas organizaciones gremiales.

“Un sindicato que no es transparente, que no rinde cuentas, es débil hasta para sus propios agremiados”, dijo Guerra Ford, en ocasión del foro “Avances y Retos de la Transparencia en los Sindicatos”, celebrado a instancias del INAI, para incluir a los órganos gremiales dentro de la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT).

Pero la propuesta de transparencia lanzada por el INAI apenas el año pasado, no ha sido atendida por los sindicatos; de las mil 694 agrupaciones obreras que están registrados en el Sistema de Consulta de Registro de Asociaciones de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), solamente 132 de ellas han informado públicamente de cambios de sus directivas.

Del manejo de fondos, ni hablar. Del total de sindicatos que operan en México, 147 de ellos reciben fondos públicos, lo que los convierte en sujetos obligados para la rendición de cuentas, pero eso parece no importarles, pues no responden transparentemente a las solicitudes de información sobre el manejo de ese dinero.

Reporte Indigo solicitó, vía el INAI, información a 118 sindicatos sobre el manejo de los fondos públicos recibidos, 89 de ellos respondieron en diversos sentidos, pero sin explicar claramente en uso detallado de los fondos, otros 29 gremios ni siquiera respondieron a la solicitud de información.

Por esa razón, las fortunas acumuladas por algunos de los dirigentes sindicales dejan muchas dudas. En México no existe ningún mecanismo legal que obligue a los dirigentes gremiales, muchos de ellos con décadas al frente de las centrales obreras, a explicar el origen de sus fortunas y el sostenimiento de sus formas de vida.

El ejemplo clásico del sindicalismo oscuro y perpetuo se encuentra en la dirigencia nacional de los trabajadores de Petróleos Mexicanos (PEMEX), en donde Carlos Antonio Romero Deschamps, que cumplirá 22 años al frente de esa organización gremial, mantiene una vida onerosa y llena de lujos.

La forma de vida del líder del sindicato petrolero, contrasta con la que llevan la mayoría de los trabajadores que representa, en donde estimaciones del líder disidente de esa misma organización obrera, Miguel Arturo Flores Contreras, apunta que seis de cada 10 trabajadores petroleros viven en condiciones de pobreza.

Miguel Arturo Flores Contreras encabeza el Movimiento Nacional Petroleros Activos en Evolución por un México Nuevo, desde donde se pretende un proceso para sacar a Carlos Romero Deschamps de la dirigencia sindical y “limpiar al sindicato de la corrupción, abusos de poder y violación de los derechos laborales que lo permea”.

Reforma, para perpetuar líderes

La Reforma de Justicia Laboral puesta en marcha en este sexenio ha dado paso a la oscuridad en el manejo de los fondos de los sindicatos y a la falta de transparencia en la elección de sus dirigentes, al garantizar que “el voto de los trabajadores será personal, libre y secreto” en la resolución interna de conflictos, celebración de contratos y elección de dirigentes.

Eso sin duda beneficiará a las actuales dirigencias de organizaciones gremiales como la de los trabajadores del Infonavit, que lidera desde 1977 Rafael Rivapalacio Pontones; la del sindicato de ferrocarrileros que encabeza desde hace 22 años Víctor Flores Morales; la del sindicato de telefonistas que dirige Francisco Hernández Juárez, desde 1976, o la del sindicato del Fonacot, que encabeza, desde hace 27, años Antonio Reyes.

Entre otras dirigencias gremiales, que podrían perpetuarse en el poder, al amparo del “voto secreto” de los trabajadores, se encuentran la del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, el que ya tiene 24 años dirigido por Agustín Rodríguez Fuentes; el sindicato nacional de Trabajadores de la Industria Química y Petroquímica, que desde hace más de 30 años encabeza Gilberto Muñoz Mosqueda, o el Sindicato de Trabajadores del Plástico que lidera desde hace casi 30 años Fernando Rivas Aguilar.

Al amparo de la opacidad y la falta de rendición de cuentas, bajo la que se manejan la mayoría de los sindicatos y que ahora es avalada por la Reforma de Justicia Laboral, también se podrían ver beneficiadas las intenciones de perpetuidad de las dirigencias gremiales del Sindicato de la Industria Embotelladora, que desde 1999 dirige Armando Neyra Chávez.

Además, la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, la que dirige Joel Ayala Almeida desde 1995, o el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Industria Alimenticia, que dirige desde hace 30 años Eduardo Rivas Aguilar.

Vivir en la opulencia

Pero de todas las dirigencias gremiales en México, no solo por la perpetuidad en el cargo, sino por los excesos de lujo con los que vive, es la del líder petrolero Carlos Romero Deschamps la que más llama la atención. Nadie lo ha podido obligar a la rendición de cuentas, pese a la extraña riqueza que exhibe, más allá de los escándalos públicos en los que se ha visto envuelto.

Uno de los mayores escándalos, de los que sin mayor explicación resultó bien librado, fue el conocido mediáticamente como “Pemexgate”, cuando se conoció que de las cuentas del sindicato petrolero salieron fondos económicos por más de 500 millones de pesos para apoyar la malograda campaña presidencial del priista Francisco Labastida Ochoa.

Tampoco rindió cuentas ante nadie, cuando se develó públicamente que era propietario de un departamento de lujo y un yate, en Cancún, valuados en 3 millones de dólares, los que evidentemente no podría adquirir con la suma -en el 2008- de los 56 mil pesos quincenales que percibió como líder sindical y legislador de la República.

Sólo el reloj que porta en las sesiones del senado, un Audemars Piguet Royal Oak, está valuado en más de 40 mil dólares, costo que resalta frente a los 117 mil 400 pesos que percibe como senador, fondos que parecen son suficientes para facilitarle también a su hija Paulina una vida de lujos.

Pese a que el sindicato de Pemex ha ocultado en forma deliberada el manejo de fondos destinados al líder sindical, la disidencia dentro de ese organismo gremial, estima que solo en el 2016, Romero Deschamps pudo haber tenido ingresos por más de 11 millones de pesos, como pago a su representación sindical, viáticos, seguro médico, aguinaldo y prima vacacional.

Como senador de la República, los ingresos del longevo líder petrolero, se ubican en un millón 156 mil 520 pesos, solo por concepto de salario. A ellos se debe sumar que goza de un seguro de vida por un monto de 4 millones 696 mil pesos y de un seguro de gastos médicos mayores por el orden de los 3 millones 285 mil pesos, del que se sabe que fue ocupado en tres ocasiones en el transcurso del 2016.

Riqueza, en ‘menor’ escala

Otro ejemplo, de dirigencia sindical enriquecida al amparo de la opacidad, es el de Ismael Flores Cantú, el líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en el estado de Nuevo León, el que ha estado al frente de la “defensa de los intereses” de los trabajadores en los últimos 16 años.

De acuerdo a un reporte del periódico Reforma, el líder de la CTM en Nuevo León, “ha logrado un emporio de propiedades, terrenos, casas y oficinas con un valor de 100 millones de pesos”, el que, refiere el reporte, suma 29 propiedades que tiene a nombre de su inmobiliaria, además de otras a nombre de exesposas, hijos y prestanombres.

El líder cetemista de Nuevo León, en su intento por ocultar su sospechosa riqueza, utilizó los nombres de dos de sus esposas y de cuatro compañeras sentimentales, así como los de sus 14 hijos reconocidos para asignarles títulos de propiedades inmobiliarias, que lo convierten en uno de los líderes gremiales más ricos de todo el país.

Las utilidades con las que Ismael Flores Cantú pudo haberse hecho de su millonaria fortuna, provienen del cobro de cuotas a organizaciones gremiales como el Sindicato Industrial Nacional de Autotransportes, la Federación de Trabajadores de Nuevo León, el Sindicato Nacional de Trabajadores y Empleados de la Industria Fotográfica, el Sindicato Industrial de Trabajadores Manufactureros, Armadores y Operadores de la Industria Metal-Mecánica, Automotriz, y del Sindicato Nacional de Trabajadores y Empleados del Comercio en General.

Solo estos sindicatos agrupan a más de 27 mil trabajadores, los que hacen aportaciones gremiales, para el sostenimiento de sus dirigencias por el orden de los 30 a los 150 pesos semanales, recursos que la CTM en esta entidad no ha transparentados en más 17 años que lleva Ismael Flores Cantú al frente de la central obrera.

Líder a distancia

Exiliado en Canadá desde el 2006, pero con una fuerte presencia en México, el líder minero Napoleón Gómez Urrutia es otro ejemplo de la perpetuidad sindical que se vive en México. Nada ha podido hacer la justicia mexicana para traerlo a rendir cuentas ante la presunción del desvío de fondos, por más de 55 millones de dólares, propiedad los mineros que representa.

De acuerdo al disidente Carlos Pavón, Napoleón Gómez Urrutia se da “una vida de rey” en Canadá, en donde vive en un condominio valuado en 1.8 millones de dólares, dentro de una de las zonas más exclusivas de Vancouver, mientras los trabajadores que representa se encuentran sometidos a los intereses de las mineras con bajos salarios y condiciones laborales de extremo peligro.

Pese a la distancia, y a la riqueza extraña que ha podido acumular, Napoleón Gómez sigue siendo el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana. La orden de aprehensión emitida por la PGR, no fue impedimento para que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) lo reconociera como líder gremial para el periodo 2014-2020.

El sostenimiento económico del líder minero a distancia, a quien se le ratificó la orden de aprehensión apenas el año pasado, ha sido posible a que el Gobierno federal no le ha evitado el manejo de las cuotas sindicales que hacen los trabajadores, las que en suma ascienden a más de 182 millones de pesos al año, y de las que el propio sindicato no ha transparentado en la plataforma del INAI.

Los datos de la disidencia minera del sindicato que lidera Napoleón Gómez Urrutia, indican que el líder de los trabajadores mineros, aun sin tener presencia en México, percibe un ingreso mensual superior a los 300 mil pesos por concepto de representación, pero el sindicato también le sostiene su estancia en el exilio, con una aportación mensual promedio de 3 millones de pesos.

Con esos recursos, a Napoleón Gómez Urrutia no le ha sido difícil sostener su vida de lujos en Canadá, en donde goza de un condominio ubicado en la calle Waters Edge Crescent, en la zona suburbana de West Vancouver, cerca del Park Royal, en donde cada una de las tres habitaciones tiene vista al río Capilano.

Opacidad se vive en alcaldías

Los escándalos de perpetuidad y corrupción sindical no solo se presentan a gran escala. En los gobiernos municipales también se presenta este fenómeno, en donde es igual de difícil la transparencia; bastan dos casos locales en Michoacán para exponer lo que se vive en los sindicatos menores.

En el municipio de Morelia, Jorge Molina Bazán, pese a las acusaciones de enriquecimiento, tráfico de influencias y abusos de poder, no ha podido ser removido de la dirigencia local del sindicato de empleados municipales, el que dirige desde hace 25 años.

Recientemente el alcalde de la capital michoacana, Alfonso Martínez Alcázar, anunció una investigación contra el líder sindical, por el presunto uso de maquinaria oficial en un festejo del sindicato, pero al perecer la iniciativa no prosperó, como no han prosperado tampoco los intentos de la disidencia por renovar la directiva del sindicato en los últimos 10 años.

Otro caso similar se registra en La Piedad, en ese mismo estado, en donde el sindicato de empleados del municipio no ha visto el cambio de dirigente desde hace más de 20 años. A la fecha Ricardo García Cazares es señalado por la disidencia al interior del gremio de desvío de cuotas sindicales y malas prácticas laborales, pero en la legislación local no existe nada que obligue a la transparencia.

El lado oscuro de la reforma

Con ‘el voto de los trabajadores personal, libre y secreto’ en la resolución de conflictos, las actuales dirigencias de sindicatos podrían beneficiarse al perpetuarse en el poder, como:

Sindicato del Infonavit

Rafael Rivapalacio Pontones

40 años al mando

Sindicato de ferrocarrileros

Víctor Flores Morales

22 años de líder

Sindicato de telefonistas

Francisco Hernández Juárez

41 años de dirigirlo

Sindicato del Fonacot

Antonio Reyes

27 años al mando

Sindicato de Trabajadores de la UNAM

Agustín Rodríguez Fuentes

24 años de líder

Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Química y Petroquímica

Gilberto Muñoz Mosqueda

30 años de dirigirlo

Sindicato de Trabajadores del Plástico

Fernando Rivas Aguilar

30 años al mando

Sindicato de la Industria Embotelladora

Armando Neyra Chávez

18 años de líder

Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado

Joel Ayala Almeida

22 años de dirigirlo

Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Industria Alimenticia

Eduardo Rivas Aguilar

30 años al mando

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