Libros, los dulces para el alma y la mente

Al interior de un mercado de Morelia, Michoacán, existe un local donde conviven libros usados con nuevos. Emanuel Medina es quien atiende, su objetivo es acercar la lectura a todos los estratos sociales
Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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Al interior de un mercado de Morelia, Michoacán, existe un local donde conviven libros usados con nuevos.

Al entrar al Mercado Revolución –también conocido como San Juan– en Morelia, Michoacán, por la calle del mismo nombre, predominan los puestos de comida, frutas y verduras, donde la gente, a diario, surte su mandado de la semana.

Entre los pasillos llenos de alimentos perecederos, locales de antojitos regionales, piñatas y cajas de piñas y papayas, se encuentra un espacio sin igual que desentona para cualquier marchante.

Desde antes de las 10 de la mañana, con pantalón de mezclilla y camisa a cuadros, Emanuel Medina llega y corre las cortinas del establecimiento que atiende desde hace 16 años, acomoda con tranquilidad huacales al frente del lugar para después poner encima canastos con la mercancía que vende: libros para todos los gustos y edades, desde 25 pesos.

Emanuel recuerda que sus padres comenzaron vendiendo fruta en 1947, en distintos mercados de Morelia, después continuaron con materias primas y cuando llegaron al establecimiento de la calle Revolución emprendieron una dulcería, que poco a poco se transformó en una librería.

Medina armó los muebles de exhibición con sus propias manos, a punta de martillazos, madera y clavos, por lo que se siente orgulloso de ser productivo a sus 72 años de edad. Él es empleado de El rincón de los libros, fundado por su hija Dayrana y financiado por su yerno

En este sitio conviven tomos de segunda mano de autores como Mario Vargas Llosa, Fernando Benítez e Ikram Antaki, con obras de novedad que aparecen en cualquier Sanborns o Gandhi, ejemplo de ello es Stephen King con IT, Patria, de Paco Ignacio Taibo II y George R. R. Martin con Viajeros de la noche, entre otros.

En El rincón de los libros también se pueden encontrar canastillas con golosinas por seis pesos, para aquellos antojadizos que buscan un chicle o una paleta en su camino, antes de sorprenderse con grandes novelas, ensayos y cuentos que tiene el locatario.

“Ahora vendemos dulces para el cuerpo y dulces para la mente y el alma”, asegura el hombre, en entrevista con Reporte Índigo.

Medina aclara que ninguno de los materiales que tiene a la venta son productos de la piratería, por lo que es difícil competir con los precios de este rubro ilícito; admite que quienes menos consumen la literatura, es el público juvenil.

“Desgraciadamente México no lee, y es una verdad, pero la ilusión de que los jóvenes lean no la vamos a perder nunca, los que compran libros son personas de mediana edad, pero los jóvenes se han tardado en comprar”, dice Emanuel.

Durante la entrevista, Medina recuerda su paso por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde conoció a Arturo Pérez-Reverte, Carmen Aristegui, Ildefonso Falcones e incluso al mismo Vargas Llosa.

Pero confiesa, que su favorito sobre cualquier otro, es Carlos Ruiz Zafón, ya que se siente identificado con el Señor Sempere, personaje adulto mayor de La sombra del viento (2001), un hombre que enviudó y atiende una librería en la que le muestra el camino a su hijo hacia el cementerio de los libros olvidados.

El rincón de los libros se abre al público a partir de las ocho de la mañana.
El rincón de los libros se abre al público a partir de las ocho de la mañana

Los libros y la familia, Compañeros de vida

A punto de que el reloj marque las 18:00 horas, Emanuel comienza a guardar las cajas de madera, los canastos de mimbre y la silla de plástico en la que ha pasado la jornada esperando a sus clientes, para después correr las cortinas de acero e ir al encuentro de sus nietos, Santino, de 12 años, y Simoneta, de 6, ambos tienen problemas de salud.

“Siempre han sido mis compañeros, porque mis hijos ya están grandes y pues ¿ya con quien hablaba yo? Mi nieta es una lezna, pero mucho muy inteligente, muy demandante y habla lo que su hermano no”, cuenta.

Simoneta padece de problemas pulmonares, es hiperactiva y sólo ingiere líquidos, Santino tiene trastorno de autismo, pero el abuelo sabe observar su inteligencia en silencio y se siente afortunado de contar con sus nietos, sus compañeros de vida.

“Cuando le regalo un rompecabezas a Santino se tarda 10 minutos en armarlo, mientras que yo lo hago en una hora, es muy inteligente, aunque vive en su mundo. Si no estoy se enoja, por eso tengo que estar con él, cerrando el local ya me está esperando. Me retiré del café, de los bares, de todo, ¿qué más quiero?, comparte, mientras muestra la imagen de sus nietos en el fondo de pantalla de su celular.

Al cierre del local, el señor Medina se despide de Henry George, Aristóteles y Alex Rovira, entre otros pensadores y ve el marco de las cortinas donde tiene recortes pegados de sus frases favoritas, resalta la de Steve Maraboli: “Tu vida es una copia impresa de tus pensamientos”.

Antes de despedirse, Emanuel explica que para El rincón de los libros ha sido un camino arduo, ya que no pueden competir con los grandes negocios del mismo giro, sin embargo, sigue adelante, a pesar de la difícil situación económica por la que se atraviesa en el país.

No somos grandes librerías que manejan volumen, no tenemos la capacidad económica de tener eso, no nos dan el descuento que a ellos sí. En muchas ocasiones, desgraciadamente, sufrimos un poquito. No contamos con el apoyo que se supone deberían dar, no digamos del gobierno municipal, pero sí estatal o federal para que estos negocios se abran más a la población
Emanuel MedinaLibrero en El rincón de los libros

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