Lecciones por aprender de la batalla contra el COVID-19
A dos años de la pandemia por COVID-19, la cual afectó principalmente a la CDMX por su extensa población, la situación ha mejorado, sin embargo, especialistas afirman que aún hay riesgos de rebrotes, por lo que no se debe bajar la guardia con las medidas de seguridad
David MartínezLa batalla contra el COVID-19 ha dejado miles de muertos en México e importantes estragos económicos.
Actualmente, la situación es mejor que hace dos años, y el número de contagios va en disminución; sin embargo, aún hay pendientes por atender para evitar que en futuras contingencias sanitarias por otros virus haya tantos saldos fatales.
Fue el 23 de marzo de 2020 cuando la Secretaría de Salud del Gobierno de México publicó en el Diario Oficial de la Federación el “Acuerdo por el que el Consejo de Salubridad General reconoce la epidemia de enfermedad por el virus SARS-CoV-2 (COVID-19) en México, como una enfermedad grave de atención prioritaria, así como se establecen las actividades de preparación y respuesta ante dicha epidemia”.
Con ello se inició la Jornada Nacional de Sana Distancia, el confinamiento voluntario y la suspensión de actividades no esenciales como medidas principales para evitar la propagación del virus.
Ante la crisis, la capital del país tuvo que reconvertir su sistema hospitalario, abrir unidades de COVID-19 temporales, cerrar actividades, contratar más médicos y reactivar la economía de manera paulatina con el fin de evitar contagios y la saturación de los nosocomios.
Este año, tras la conclusión del Plan Nacional de Vacunación Contra COVID-19, ya suman 8 semanas de descenso de casos y 4 semanas de color verde en el semáforo epidemiológico.
Sin embargo, especialistas advierten que la pandemia aún no acaba y hay lecciones que las autoridades deben aprender para enfrentar futuras contingencias, como fortalecer las acciones para la prevención de enfermedades crónicas y el sistema de salud público para que sus condiciones mejoren.
También, indican que el camino a la recuperación económica aún es lento y existe incertidumbre sobre cuándo volverá al ritmo prepandemia.
La crisis económica por la contingencia sanitaria y el cierre de actividades no esenciales como medida para evitar contagios, dejó a dos millones de personas sin empleo a nivel nacional y a 500 mil en la ciudad, según datos difundidos por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en junio de 2020.
Por otra parte, el Estudio Sobre la Demografía de los Negocios (EDN) 2021 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revela que también los emprendedores se vieron afectados: en ese año se crearon 6.7 por ciento menos empresas nuevas en comparación con 2019.
Además, datos difundidos por el Banco de México indican que en 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 8 por ciento.
Sistema de salud débil, no solo ante COVID-19
A pesar de que la pandemia de COVID-19 sigue activa, la situación ha mejorado en la ciudad y el país.
Sin embargo, se puede hacer un balance de lo aprendido, comenta Alfonso Vallejo Parás, académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Algo que se aprendió es que entre menos acumulación de personas, existe menos probabilidad en el riesgo de contagio y puede ser que haya mejor preparación para futuras contingencias sanitarias”, declara el especialista de la UNAM.
Además, dice que otra de las lecciones para el Gobierno de la Ciudad de México y del país, es la efectividad del uso del cubrebocas para no detener actividades económicas.
“Por ejemplo, en casos de virus similares, el cierre total de actividades económicas podría ser revalorado porque está demostrado que una medida efectiva es el uso del cubrebocas, el lavado de manos y la aplicación del gel antibacterial”, detalla.
Sin embargo, también existen situaciones pendientes que el gobierno local y el federal deben mejorar, como la optimización del sistema de salud público, considera.
Por ejemplo, en abril de 2021, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reconoció que el Gobierno de México tuvo la capacidad de reconvertir su infraestructura hospitalaria en 6 ocasiones ante los repuntes de casos y que pudo mitigar el déficit de 240 mil especialistas de salud que había.
No obstante, el académico dice que la estrategia de la Secretaría de Salud del Gobierno de México y de la capitalina, fue no saturar los hospitales, por lo que no se puede afirmar que la infraestructura se haya optimizado.
Otro caso que demostró que el fortalecimiento del sistema de salud público no fue suficiente, es el descuido de otros padecimientos por la pandemia de COVID-19.
“Muchos padecimientos fueron desatendidos y también hubo un incremento de muertes por esto, entonces, no fueron muertos por COVID-19, pero sí fue la causa indirecta (…) Este problema nos habla de que seguimos teniendo un sistema de salud débil que debe ser mejorado”, detalla Vallejo Parás.
Al respecto de esta situación, en noviembre de 2021, la organización civil “El Poder del Consumidor”, denunció que durante el año 2020 hubo 45 por ciento más muertes en el país por diabetes.
La asociación afirmó que, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hace dos años fallecieron 151 mil 19 personas en México a causa de la diabetes, 47 mil muertes más que en el 2019, cuando se reportaron 104 mil 354 decesos por dicho padecimiento.
Por último, el especialista en salud de la UNAM dice que otro pendiente es mejorar la prevención de enfermedades que fueron factor de comorbilidad por COVID-19.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica a la pobreza y a las carencias económicas como factores determinantes de la salud que ocasionan que la población no esté sana y México es un país con una alta tasa de personas con diabetes e hipertensión, entonces, esto se tuvo que haber previsto y actuado en consecuencia”, comenta.