Le dan ‘Like’ a la justicia

Nada como hacer justicia con solo oprimir un botón. “Like” “Share” o alguna palabra con un hashtag antepuesto puede ser suficiente.

Cómodamente sentados en la terraza de un café o en el sillón favorito de su casa, millones de mexicanos van descubriendo el poder de las redes sociales.

Carolina Hernández Carolina Hernández Publicado el
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Sentados en la terraza de un café o en su sillón favorito, millones de mexicanos van descubriendo el poder de las redes sociales

Nada como hacer justicia con solo oprimir un botón. “Like” “Share” o alguna palabra con un hashtag antepuesto puede ser suficiente.

Cómodamente sentados en la terraza de un café o en el sillón favorito de su casa, millones de mexicanos van descubriendo el poder de las redes sociales.

Durante 2012, el número de usuarios de Internet en territorio nacional alcanzó 45.1 millones, 10 por ciento más respecto a 2011, de acuerdo a información revelada en el noveno estudio anual de “Hábitos de los usuarios de Internet en México”, realizado por la Asociación Mexicana de Internet (Amipci).

De esos 45.1 millones, los adultos de entre 25 y 40 años fueron los más activos.

No es de extrañarse que sea ese sector el que genere los nuevos “juicios virtuales”, los cuales cada vez son más comunes y, mejor aún, más efectivos.

El caso más sonado, es quizá el de la #LadyProfeco, Andrea Benítez González, cuyo tuit le costó el puesto como titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) a su padre, Humberto Benítez Treviño.

La presión de los cibernautas tras el fragante abuso de poder de la joven fue el detonante para la destitución del funcionario.

Pero el caso de Andrea es solo un botón en el vestido.

Este fin de semana, la foto de una camioneta que lleva arrastrando a un perro amarrado en la defensa trasera, causó indignación en usuarios de redes sociales. La responsable, una mujer que vive en San Nicolás, Nuevo León, tuvo que aparecer en las noticias para dar su versión de los hechos, pues los cibernautas habían hecho ya un juicio virtual, en donde la habían juzgado y condenado.

Aunque aún no se define su situación legal, la conductora de la camioneta ya se encuentra pagando el castigo que le impuso la sociedad por medio de las redes sociales.

Una campaña exitosa

En julio del 2011, la estudiante Mariel Solís fue detenida por autoridades del Distrito Federal acusada de participar en un asesinato cometido en  2009.

De inmediato, familiares y amigos iniciaron una campaña en las redes sociales para defender la inocencia de la joven, medida que influyó para que días después fuera liberada por falta de pruebas.

La detención de Solís, de 23 años, ocurrió cuando la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) la señaló como cómplice de dos hombres que, dos años antes asesinaron al profesor Salvador Rodríguez.

La joven, según la PGJDF, había sido identificada en videograbaciones como la mujer llamó a los asaltantes para que interceptaran a su víctima y efectuaran un robo, que al final salió mal y terminó con la muerte del maestro.

Dos eran los principales argumentos de la PGJDF contra Solís, publicó CNN. El primero, que los otros dos implicados —detenidos meses después del crimen— la habían señalado como cómplice, y segundo, el supuesto parecido de la estudiante con la mujer que aparece en el video de seguridad. Tras conocer las imágenes difundidas por las autoridades, los familiares y amigos de Solís supieron que no se trataba de ella y comenzaron a divulgarlo en las redes sociales.

“Me entero el domingo, empiezo a retuitear, a llamarle a mis amigos y compañeros por teléfono, a mandarles un correo… En dos horas empecé a notar que todo mundo estaba enterándose y empezaron a usar el hashtag #MarielSolís”, dijo Ruth Muñiz, excompañera de la estudiante.

Otra etiqueta empleada fue #EnlaUNAMno, en alusión al rechazo de los alumnos de la UNAM a que uno de ellos fuera acusado injustamente.

Muchos amigos de la estudiante se enteraron de su situación por Twitter, Facebook o correos electrónicos.  Algunos de ellos pensaron en promover el caso en los medios de comunicación y dirigirse con funcionarios mediante las redes sociales. Así, lograron que los noticieros le dedicaran espacios a la noticia y que el jefe de Gobierno del DF en ese entonces, Marcelo Ebrard, les prometiera arreglar una reunión con el procurador.

“No teníamos una estrategia de qué hacer, de que por Twitter íbamos a alcanzar a las autoridades. Yo creo que más bien se fue dando con las ideas de todos los compañeros… fue nuestro único recurso”, indico Hernández en la entrevista publicada por CNN.

Días después, los otros involucrados en el crimen se negaron a tener una audiencia con la estudiante para sostener sus acusaciones. El jueves 14 de julio, la PGJDF la dejó libre por falta de pruebas.

Miguel Ángel Mancera -entonces procurador- rechazó que la presión de los ciudadanos a través de las redes sociales hubiera influido en la decisión. Sin embargo, para amigos y familiares las redes sociales y la divulgación del caso fueron determinantes para la liberación de Mariel.

“Siento que fue una presión para el procurador, porque de poder pasar como un caso inadvertido, este tuvo el apoyo de mucha gente”, dijo Hernández. “No sabíamos que íbamos a tener esa respuesta, que la iban a dejar libre tan rápido”.

De acuerdo con datos de comStore, cada cibernauta en México está registrado en promedio en 3.26 redes sociales diferentes y, según Amipci, el 71 por ciento de los usuarios se conecta a la red mediante teléfonos inteligentes y tabletas electrónicas.

#LiberÁDMe la libera

Otro caso en el que la influencia de las redes sociales impactó en una resolución judicial fue el de la maestra veracruzana acusada de narcotráfico.

Ángel de María Soto quería ver al Papa en Brasil, pero pasó tres días en prisión acusada de transportar cocaína.

Su detención generó una campaña en las redes sociales y manifestaciones en la ciudad de Xalapa.

Integrantes de la Comunidad Incienso de Dios y el movimiento #LiberÁDMe se manifestaron en contra de la acción de las autoridades en contra de la maestra de 23 años y exigieron una justicia que llegó tres días después.

Para pedir su liberación, se creó el movimiento llamado #LiberÁDMe, cuya página de Facebook alcanzó más de 36 mil 700 “me gusta”, mientras que la cuenta en Twitter @liberADMe tenía, al momento de su liberación, casi 4 mil seguidores.

Los amigos de la maestra también utilizaron YouTube, en donde publicaron un video pidiendo a la ciudadanía evitar que se cometiera una injusticia. Tras ser declarada inocente, los usuarios de redes sociales, que ejercieron presión para que ella recuperara su libertad, también se congratularon con la decisión.

“¡LO LOGRAMOS!”, publicaron los administradores de la cuenta de Facebook donde se pidió apoyo para la profesora, y se proporcionó información sobre el caso.

Armados con Iphones

En 2007, The New York Times calificó a Facebook como una “caja de Petri para las ciencias sociales”.

“Estamos en la cúspide de una nueva forma de hacer ciencia social”, dijo en ese momento un profesor de sociología de Harvard. “Nuestros predecesores sólo podían soñar con el tipo de datos que tenemos ahora.”

En mayo de este año, The Economist publicó en su sitio Web que la exhibición de los abusos de algunos funcionarios mexicanos a partir de pruebas que circulan en las redes sociales “sugieren que algo positivo está emergiendo en México”.

“Quienes están armados con iPhones, cámaras y dispositivos de grabación —que probablemente también viven mucho mejor que la mayoría de los mexicanos— cada vez más están pidiendo cuentas a los políticos y a otros por una extravagancia injustificable, de hecho forzándolos a tomar la responsabilidad por sus acciones”, indica la publicación.

El artículo menciona algunos casos como el de la hija del ahora extitular de la Profeco, el audio del exgobernador de Tabasco Andrés Granier y la exhibición del estilo de vida de una hija del líder petrolero Carlos Romero Deschamps.

“Estas historias hacen una prensa maravillosa: ofrecen un vistazo seductor a las vidas privadas de unos cuantos privilegiados; también tocan un nervio en una sociedad harta de ver cómo una élite consentida toma tanto de la prosperidad de México”, destaca.

Le ‘matan’ el juego

Juan Castillo Pérez cobró notoriedad en Internet luego de grabar a un amigo suyo alimentando a un par de perros de pelea con gatos, para luego subir el video a Facebook.

Usuarios las redes sociales mostraron indignación por ese hecho y emprendieron una campaña en contra de Castillo Pérez acusándolo de maltrato animal y exigieron en Twitter al gobernador de Puebla una sanción “inmediata” para el sujeto.

También generaron una petición en la página change.org, en donde firmaron más de 70 mil personas.

La campaña en su contra causó tanta furia, que Efraín Castillo Quirós, abogado defensor del conocido “Matagatos”, aseguró que su cliente recibió más de 8 mil amenazas a través de redes sociales y tuvo que cancelar sus cuentas.

“No se tomaron la molestia de revisar las fotografías o los videos. Él solo grabó. Es otro quien aparece dando muerte a esos animales. Ojalá así actuaran cuando se trata de algún secuestro u homicidio humano (…) Están linchando mediáticamente a quien no corresponde”, dijo Castillo Quirós.

Ante las quejas el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, respondió en su cuenta oficial de Twitter:

“Estaré pendiente de denuncia de maltrato animal que compete al municipio de Texmelucan @com_soc_texm. Agradezco la confianza y sus mensajes”.

La presión en las redes logró que la Procuraduría General de Justicia (PGJ) iniciara investigaciones sobre el caso y que los legisladores locales propusieran que el maltrato animal sea tipificado en Puebla como delito que alcance prisión.

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