Las sobrevivientes: Abuelas trans de la marcha LGBTTTIQ+

Me considero una sobreviviente porque a muchas amigas mías sí las desaparecieron, las mataban los policías
Liliana Rosas y Silvana Flores Liliana Rosas y Silvana Flores Publicado el
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Llegar a los 50 años o más para una mujer trans es una cuestión de supervivencia. De acuerdo con el informe “Violencia contra Personas LGBTI”, realizado en 2015 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la esperanza de vida de las mujeres trans oscila entre los 35 y los 37 años.

Lo anterior como resultado del uso de aceites modelantes y hormonas sin supervisión médica, pero también por los crímenes de odio. Por ello, para Denisse, Samantha, Rubí, Gaby y Verónica , llegar a los 50 años o más las vuelve sobrevivientes.

Ni los años, ni la violencia que han vivido les han quitado las ganas de luchar por sus derechos, a pesar de que enfrentaron tortura, acoso, violaciones y la desaparición y asesinato de sus compañeras, hoy  las abuelas trans del movimiento LGBTTTIQ+  buscan dignificar su vejez.

“Que lleguemos a esta edad ya es un éxito enorme, por eso debe haber un compromiso de reconocer que existimos y que gracias a la resistencia a la represión, y a la movilización de todas las compañeras, las nuevas generaciones lo tienen todo listo”, dice la antropóloga trans Samantha Fritz.

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Samantha Fritz, mujer trans de 65 años  antropóloga y socióloga.  Crédito: Silvana Flores / Instagram: @ silvanflowers
Samantha Fritz, mujer trans de 65 años  antropóloga y socióloga. 
Crédito: Silvana Flores / Instagram: @ silvanflowers

Amante del cine y vendedora de libros universitarios Samantha Fritz de 65 años, admite que hoy

su principal actividad es la ociología, esperaba que con el gobierno de López Obrador tuviera más oportunidades laborales pero su edad y su identidad sexual han sido un factor determinante para las condiciones de vulnerabilidad económica en las que se encuentra.

“Estoy casi a punto de pasar a las filas de las personas en situación de calle, la dueña de mi casa me quiere correr porque no he podido pagar. Estudié antropología y sociología eso me abre un abanico para entender la realidad y poder incidir en ella”, dice Fritz.

Es por ello que Samantha se unió a Deuda Histórica A.C. una asociación civil que busca resarcir el daño físico, emocional, psicológico y económico que han enfrentado las abuelas trans mayores de 50 años del movimiento LGBT.

A través de Deuda Histórica un grupo de aproximadamente 100 mujeres trans adultas mayores buscan una reparación de daño integral con una pensión vitalicia. Esta iniciativa no es nueva en Latinoamérica, en países como Uruguay y Argentina ya es una realidad, por lo que buscan replicar este modelo en México.

Verónica López y Rubí Sánchez Mujeres trans adultas mayores integrantes de Deuda Histórica  Crédito: Silvana Flores / Instagram: @ silvanflowers
Verónica López y Rubí Sánchez Mujeres trans adultas mayores integrantes de Deuda Histórica 
Crédito: Silvana Flores / Instagram: @ silvanflowers

¿Por qué Deuda Histórica con las mujeres trans?

De acuerdo con Denisse Valverde, presidenta de Respetttrans e integrante de Deuda Histórica actualmente existen mujeres de 60 a 65 años que viven en cuartos de hotel y a veces en la calle porque no tienen para pagar el cuarto.

“Me es vergonzoso, el gobierno nos cortó las alas. Si en un momento te niegan todo derecho a estudiar, a terminar una carrera por tu identidad de género, ¿cómo vas a trabajar?¿cómo vas a ahorrar?

“Es mentira eso de que es una ciudad amigable, en el 2015 se promulgó una ley para que el 2 por ciento de los trabajos de gobierno fueran para personas trans, pero todas las compañeras que han ido fueron rechazadas”

Cuando Samantha Fritz quiso ingresar a trabajar a la Secretaría de la Mujer desistió porque le informaron que la jefa era transfóbica.

“Había dos campos de trabajo uno para investigación y metodológica y otro para el trabajo de campo. Metí  mis papeles y me dijeron que estaban bien pero que la jefa era transfótica.  Pensé en levantar una queja en CONAPRED, pero si ganaba me iban a hacer la vida imposible y voy a salir más frustrada”

Denisse, Samantha, Rubí, Gaby y Verónica han compartido esta lucha durante más de 40 años en las calles, los centros nocturnos, las habitaciones de hotel, los separos y hospitales y, sin embargo, consideran que la lucha LGBTTTIQ+ ha invisibilizado el camino de las mujeres trans, porque aunque el término mujer trans no era utilizado ni reconocido, muchas de ellas fueron quienes iniciaron la lucha.

“Hay una deuda histórica del movimiento LGBTTTI+ hacia nosotras las abuelas del movimiento porque fuimos las que abrimos la brecha a los derechos que actualmente se están disfrutando como el matrimonio igualitario”, dijo Gabriela Azar, integrante de Deuda Histórica A.C.

“A nosotros nos trataban de locos, delincuentes, depravados sexuales y ‘mujercitos’. Yo me considero una sobreviviente porque a muchas amigas mías sí las desaparecieron, las mataban los policías”, relata Rubí Sánchez, integrante de Deuda Histórica.

A pesar de que Denisse, Samantha, Rubí, Gaby y Verónica coinciden en que son sobrevivientes de un genocidio, no hay informes ni registros oficiales de cuántas personas pertenecientes a la comunidad LGBTTTIQ+ desaparecieron o murieron a manos del Estado durante las décadas de los 70’s, 80’s y 90’s.

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