El hecho de que los sistemas de transporte del Gobierno central de la Ciudad de México no cuenten con protocolos o programas para la atención de personas con discapacidad, restringe el pleno goce de sus derechos, dice Claudia Piña, titular de la Unidad de Atención para Personas con Discapacidad (UNAPDI) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Lo anterior, debido a que la Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, firmada por México en 2018, señala que los estados y autoridades deben garantizar el pleno derecho a la movilidad de las personas con discapacidad.
“No moverse les impide ir a la escuela, acceder a derechos como la salud y repercute directamente en la calidad de vida de las personas”, explica.
La especialista refiere que el problema se debe a que falta permear en la sociedad la cultura de la inclusión y accesibilidad.
Por ejemplo, refiere que entre los retos que hace falta atender cuando se habla de movilidad y transporte está identificar el tipo de discapacidad de las personas y la infraestructura que requiere cada una de ellas.
Ojalá pronto se brinde atención a medidas de traslado y salida entre las estaciones de metro para adultos mayores y personas con discapacidad. Si la sufren 🙁 pic.twitter.com/OGMkQh6v8y
— Andrea Murcia (@Usagii_ko) September 23, 2021
“Han existido muchos cambios, antes habían muchas estaciones del Metro sin un elevador, pero si el elevador está y no hay personal que ayude al acceso de personas con discapacidad a los andenes o en los torniquetes, entonces no es suficiente”, comenta.
Por lo que señala que el problema es muy amplio y no solo se trata de que los medios de transporte pongan rampas, si no que se aseguren de que la o el usuario tendrá acceso a las unidades o trenes.
“Una de las causas de este problema es que el porcentaje de personas con discapacidad no es tan alto, es un porcentaje de 10 por ciento de la población de la ciudad y no se ven todos los días a todas horas y eso justifica una baja inversión en el tema”, considera.
Sin embargo, lo anterior, se convierte con el tiempo en un círculo vicioso.
“Como es poca población, las autoridades consideran que no es necesario hacer acciones porque no justifica el presupuesto y, entonces, las personas con discapacidad prefieren no salir de su casa si no es necesario. Así tenemos un círculo vicioso, donde no hay inversión porque es un sector reducido de la población y esto genera que este sector no quiera salir”, declara.
Agrega que la Ciudad de México ha tenido aspectos positivos en el tema de atención de personas con discapacidad como las adecuaciones al espacio público a través del Fondo para Personas Con Discapacidad y la red Metrobús, que tiene un porcentaje de 98 por ciento de accesibilidad universal en la mayoría de sus estaciones.