Las Rastreadoras, las madres que buscan entre la tierra a sus hijos

Con palas, incluso con sus propias uñas, Las Rastreadoras buscan entre la tierra a sus tesoros, restos que reviven la esperanza de hallar a sus familiares.
Éder J. González Éder J. González Publicado el
Comparte esta nota

Desde hace cinco años, Las Rastreadoras del Fuerte –un grupo de madres, hermanas y esposas– decidieron hacer el trabajo que los gobiernos dejaron de realizar: buscar a sus desaparecidos. Con palas, incluso con sus propias uñas, las mujeres han encontrado 178 “tesoros“, restos que reviven la esperanza de hallar a sus familiares.

El 12 de septiembre pasado, este grupo conformado en su mayoría por mujeres cumplió cinco años de desenterrar a la violencia del país; ver a los ojos a la corrupción; e inspirar a otras personas a tomar el mismo camino.

Todo empezó con Mirna Nereida Medina Quiñónez, una madre que perdió a sus hijo Roberto Corrales Medina, el 14 de julio de 2014.

Lo último que se supo de Roberto fue que subió a una camioneta Explorer color negro, junto a una gasolinera en El Fuerte, Sinaloa.

Desde entonces, cada año realizan una Marcha del Silencio que parte de ese expendio, en memoria de Corrales Medina y todos los desaparecidos que se han unido en el camino.

Las rastreadoras recorren montes, campos y cerros, con un único objetivo: hallar a los suyos.

En la cabeza de Mirna –según una entrevista que otorgó a Noroeste– aún retumban las palabras que el comandante de la Policía Municipal de El Fuerte le dijo cuando le pidió ayudarla a encontrar a su hijo: “nosotros no buscamos”.

El impulso por volver a ver su hijo la empujó a organizase con otras mujeres y crear ese mismo año (2014) el Grupo Desaparecidos del Fuerte.

Más tarde, el periodista Javier Valdés –asesinado el 17 de mayo del 2017 en Culiacán, Sinaloa– las rebautizó como Las Rastreadoras.

LA LUCHA Y LA CÁBALA

El 14 de julio del 2017 (tres años después de la desaparición del hijo de Mirna), el grupo encontró en las faldas de un cerro, en Ocolome, un cráneo y algunos restos de hueso.

El hallazgo fue analizado y se determinó que pertenecían a Roberto Corrales.

Hasta el día de hoy, es lo único que la líder de Las Rastreadoras pudo recuperar de su hijo.

Las cifras oficiales –de acuerdo con Medina Quiñónez– se han quedado cortas respecto al cementerio en el que convirtió Sinaloa.

La líder del grupo detalló que tan sólo en los 6 municipios donde han hecho reportes desde el 2014, se tiene un padrón de mil 260 desapariciones, contraste notorio con las 4 mil 265 denuncias que la Fiscalía del estado dice que tiene desde el 2007.

“Son cinco años de lucha, cinco años de búsqueda. Hemos encontrado casi 200 cuerpos, es muy importante hacer esta mención, porque al gobierno le tiembla cuando hablamos de cifras, pues estamos evidenciando la inseguridad”.

Mirna y sus compañeras de lucha han encontrado 178 personas desde septiembre de 2014; 136 de ellas ya fueron identificadas y entregadas a sus familias.

Te puede interesar: LAS MADRES RASTREADORAS DEL EDOMEX

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil