El general colombiano Óscar Naranjo vendrá al gobierno de Enrique Peña Nieto a hacer lo que mejor sabe: negociar con capos del narcotráfico y conseguir información útil al gobierno de Estados Unidos.
Así lo hizo durante sus 34 años en la Policía Nacional (PN) de su país, de 2007 a junio de este año como director general, en los que extraditó a más de mil paramilitares y fue acusado de aliarse con unos para aprehender a otros.
Dos semanas antes de las elecciones del 1 de julio, cuando los medios estadounidenses repetían la pregunta sobre qué haría Peña Nieto con la guerra antinarco en México, Naranjo fue presentado como su “asesor externo”.
Hoy en la tarde lo será como director del Instituto Latinoamericano para la Ciudadanía del Tecnológico de Monterrey, cargo desde el que operará su asesoría, que ahora será “sólo consultoría”, según dijo esta semana en Colombia la mano derecha de Peña Nieto, Luis Videgaray Caso.
La visión de que Naranjo ha sido una pieza clave para los intereses estadounidenses en Colombia es común para defensores de derechos humanos, periodistas que han seguido su carrera y Baruch Vega, exagente de la DEA, la CIA y el FBI, quien asegura que el exjefe policiaco en México no será una posición del gobierno norteamericano, como se ha dicho, sino algo peor.
“Naranjo estará allá (en México) para que haya esa continuidad de la negociación de los narcotraficantes con el gobierno, no lo contrario. No por el lado del gobierno de Estados Unidos sino por el lado de los narcotraficantes. Absolutamente te lo digo: sería más una posición del cártel de Sinaloa que del gobierno”, sostuvo Vega en entrevista telefónica desde Miami, donde reside.
Renuncia inesperada
A inicios de este año, Naranjo se encontraba en medio de una exitosa carrera policial en Colombia. Fue ascendido a general de cuatro estrellas en diciembre de 2010, nombrado el mejor policía del mundo y preparaba su sucesión.
Había promovido a Mauricio Santoyo como general para que pudiera sucederlo a su salida de la PN, aseguró en entrevista desde Bogotá Pablo Bustos, director de la Red de Veedurías Ciudadanas de Colombia.
La proyección era tomar una representación en alguna embajada o seguir colaborando externamente con el gobierno. Incluso, la canciller colombiana María Ángela Holguín declaró en abril a la prensa nacional que “le encantaría” tener a Naranjo en la embajada de ese país en Estados Unidos.
Pero el 19 de abril, sin mayores explicaciones, el general renunció a su puesto y dijo que no tenía pretensiones políticas.
“Había una denuncia muy directa en Miami que lo implicaba, a raíz de la declaración del jefe de seguridad de Diego Montoya (uno de los líderes del cártel del Norte del Valle, extraditado a EU en octubre de 2009). Después de ese momento se prendieron todas las alarmas. Cuando ya habla el jefe de seguridad de un cártel en una corte abierta se prenden los focos y no es el único. Todos han declarado contra Naranjo (en Estados Unidos), cuando empezaron a declarar a Naranjo no le quedó otra alternativa que cooperar”, asestó Vega, quien operó la entrega de 114 narcotraficantes colombianos a la DEA entre 1997 y 1999.
La declaración en mayo del año pasado de Gildardo Rodríguez Herrera, exjefe de seguridad de Montoya, tuvo lugar en la Corte del Distrito Sur de Florida en Miami. Fue explícita en el relato de un supuesto encuentro entre Naranjo y miembros del cártel del Norte del Valle en el hotel Capital de Bogotá.
“Naranjo es quien estaba buscando a gente de Diego (Montoya) porque quería discutir algunos asuntos con ellos (…) En la página web de Diego (Montoya), se señalaba que Naranjo se había aliado con Varela en la guerra contra los Montoya.
“En ese momento, Naranjo era todavía un coronel y su ascenso a general estaba en proceso ante el Congreso y me pidió a mí en concreto que debía quitar su nombre de esa página de Internet, ya que le iba a perjudicar a su posible promoción”, consta en la declaración ante la Corte para el caso 99-804-CR-Altonaga, de la que Reporte Índigo tiene copia.
En la entrevista, Vega asegura: “en 1998 y 1999 el gobierno de EU tenía más de cien narcotraficantes (colombianos) por los que daban recompensas de 250 mil a 5 millones de dólares. Eran los peores enemigos que el gobierno de EU tenía y los quería a como diera lugar. Hice todo y los traje (a EU).
“Hoy son los mayores aliados que tiene el gobierno de EU, tuvieron que cooperar contra la corrupción porque no tuvieron otra alternativa. El general Naranjo es uno de ellos, que yo no lo traje, pero está cooperando con el gobierno de Estados Unidos para que no saliera encausado, porque el resto de sus compañeros, todos salieron encausados”, aseveró.
El excolaborador de las agencias norteamericanas es conocido en México a través del personaje de David Paz, que inspiró para la teleserie El Cártel de los Sapos.
Apostó 100 a 1 a que otro de los motivos de esta salida de Naranjo fue una acusación en la corte de Alexandria, Virginia, contra Mauricio Santoyo, un alto mando de la PN y jefe de seguridad del expresidente Álvaro Uribe.
En 2003, la Procuraduría colombiana inhabilitó a Santoyo bajo la acusación de haber autorizado escuchas ilegales, cuando dirigía la unidad contra secuestro y extorsiones de la policía en la ciudad de Medellín.
Fue exonerado del cargo por insuficiencia de pruebas y cuatro años más tarde promovido al grado de general ante el Congreso. El propio Naranjo, en calidad de director general de la PN, presentó su hoja de vida para que se considerara su ascenso, según confirmó en una entrevista con W Radio en agosto pasado, en la que dijo que si hubiera tenido toda la información de Santoyo probablemente no lo habría propuesto.
Por esta participación, Naranjo enfrenta ahora en Bogotá una denuncia penal interpuesta por la Red de Veedurías Ciudadanas de Colombia.
“El general Naranjo fue nombrado general de cuatro estrellas para alargar su tiempo al frente de la PN y él estaba preparando a Santoyo para sucederlo, por eso lo promovió al grado de general”, dijo el director de la Red desde Bogotá.
La acusación contra Santoyo en Virginia era efectiva desde el 24 de mayo, según un documento del que Reporte Indigo tiene copia, pero fue hecha pública el 19 de junio, dos semanas después de que se concretara la renuncia de Naranjo a la PN colombiana y cinco días después de que Peña Nieto lo presentara como su asesor en seguridad.
El 20 de agosto, Santoyo se declaró culpable de conspiración ante la corte de Virginia luego de firmar un acuerdo con el gobierno de EU.
“El acusado se compromete a renunciar a la acusación y declararse culpable de un solo cargo criminal (…) de conspiración para proveer apoyo material y recursos una organización terrorista extranjera, específicamente las Autodefensas Unidas de Colombia (‘AUC’)”, refiere el acuerdo cuya copia tiene Reporte Índigo.
El acuerdo establece que Santoyo no podrá ser condenado a menos de diez años de cárcel y a no más de 15, pero es elegible a una reducción en la pena.
Para esto se comprometió con el gobierno estadounidense a proporcionar “todos los documentos, expedientes, escritos o materiales de cualquier tipo que estén en posesión del acusado (…) relacionados directa o indirectamente a todas áreas de estudio e investigación”.
Incriminaciones
Naranjo nunca ha sido procesado por corrupción, pero la carrera del “mejor policía del mundo” ha sido marcada por acusaciones de complicidad con narcotraficantes, por detenciones y asesinatos de personas cercanas a su trabajo, aunque en todos los casos él ha dicho que “no tenía ni idea”.
Vega fue implacable: “Todo el mundo sabía en Colombia que Naranjo protegía al cártel del Norte del Valle, especialmente a (Wílber) Varela (líder de ese grupo, asesinado en Venezuela en enero de 2008).
“Es muy difícil que vaya un coronel o un general a proteger un cargamento de cocaína, eso no se ve en ningún sitio. Nunca lo ibas a ver subiendo un kilo de cocaína a un avión, ni moviendo un dinero, pero él sabía todo y eso lo ha presentado aquí (en EU) todo el mundo.
“Mandaba a la policía a que los protegieran, mandaba a que no le quitaran la droga, que los pasaran en los puertos, en los aeropuertos, en todas partes”, aseguró el exagente.
Agregó que en su opinión no habría cuentas bancarias ni propiedades surgidas de la corrupción a nombre del general, como tampoco las tenían los narcotraficantes Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha, ni los hermanos Rodríguez Orejuela al momento de ser neutralizados.
El ascenso de Naranjo en la PN colombiana estuvo acompañado de otros dos coroneles: Leonardo Gallego y Danilo González. Los tres eran los operadores principales del director de la PN de entonces, Rosso José Serrano.
En noviembre de 2006, Gallego, quien era experto antinarcóticos, fue inhabilitado por cinco años, por omisiones en proteger población civil en un comuna campesina durante 2002.
Danilo González, otro de los altos mandos de la PN con Serrano y mentor de Naranjo, fungía al mismo tiempo como miembro del Cártel del Norte del Valle.
En el manuscrito de su autobiografía, La Doble Vida del Dr. B., en proceso de publicación en Colombia y Estados Unidos, Vega relata sobre el encuentro que sostuvo en Aruba con Danilo González, cuando decidió entregarse a la justicia estadounidense temiendo por su vida.
En esa reunión, González identificó a su compañero en la PN Óscar Naranjo como otro miembro del cártel, refiere el texto cuya copia inédita fue proporcionada a Reporte Indigo por el autor.
“Abrí mi computadora y le mostré los organigramas de los cárteles, en especial uno denominado “Cártel de los Diablos” (Cártel del Norte del Valle). En este organigrama, Danilo González aparecía como la cabeza de la organización, aún por encima del general Rosso José Serrano, quien estaba justo debajo de Danilo, pero en el mismo nivel de Carlos Castaño y debajo estaban Diego Montoya, Wilmer Varela, Hernando Gómez-Bustamante ‘Rasguño’ y finalmente los coroneles de la policía Naranjo y Gallego.
“(…) DG: Es muy exacto, es impresionante, todos los principales de las organizaciones están aquí, sólo faltan muy pocas personas, sólo veo que hay un pequeño error, Óscar debe estar mucho más arriba y no aquí abajo en donde aparece (refiriéndose al coronel Óscar Naranjo)”, dice la cita.
González fue asesinado en 2004 en Bogotá y al año siguiente Naranjo dijo en una entrevista que “todo el mundo” lo había matado.
También se deslindó cuando su hermano Juan David Naranjo fue apresado por narcotráfico en Alemania en 2006: “En 30 años de servicio nunca creí que la maldición del narcotráfico llegara a mi propia casa”.
Ahora con la acusación contra Santoyo, nuevamente el general alegó desconocimiento, al declarar que no lo habría promovido de tener idea sobre sus posibles nexos con los paramilitares.
Experto negociador
En el momento de su presentación, Naranjo significó el apuntalamiento de Peña Nieto hacia Washington de que continuará en el combate al crimen organizado, pero también en qué consiste el cambio de estrategia que el ahora mandatario electo solamente ha esbozado.
Vega aseguró que desde la década de los 90 Naranjo ha cooperado con la DEA y ha sido una gran ayuda para ellos, ya que tiene en esa corporación tanto buenos amigos como enemigos acérrimos.
Consideró que su trabajo como asesor en México podría funcionar porque conoce cómo operan los norteamericanos, los policías y los narcotraficantes.
“Sabe mucho de narcotráfico porque trabajó con uno de los cárteles más grandes de la historia del narcotráfico colombiano, lo sé yo y lo sabe todo el mundo. Además perteneció a un grupo que supuestamente trabajaba contra ellos y trabajó bajo la sombrilla del gobierno de Estados Unidos”, dijo.
Pero estimó que la estrategia sería encaminada a fomentar la negociación con el gobierno de Estados Unidos para que éste consiga información sobre las rutas, las estructuras de los cárteles y del lavado de dinero, no para una lucha real contra el crimen organizado.
Sentenció: “No creo que Naranjo sería la persona más apropiada para ayudar a esa guerra. Él sería la persona más adecuada para ayudar a encubrir esa guerra, lo mismo que hacían en Colombia. Ellos no hacían una guerra abierta contra el narcotráfico; encubrían una supuesta guerra para un beneficio personal. Yo diría que (su presencia) le haría muy mal a México”.