Las niñas falda y los niños pantalón, un sistema educativo sexista

Mujeres de diversas edades reclaman que como parte del uniforme escolar, las niñas y adolescentes tengan que usar falda por al menos 12 años: tres de kínder, seis de primaria y tres de secundaria
Luis Fragoso, Arantxa Lara, Andrea Solís, Jorge Suárez y Luz Rangel Luis Fragoso, Arantxa Lara, Andrea Solís, Jorge Suárez y Luz Rangel Publicado el
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Antes de que el Gobierno de la Ciudad de México anunciara la estrategia “Uniforme neutro” en las escuelas públicas de educación básica, Lina Fuentes ya llevaba pants a las clases. A la estudiante de la primaria Calmecac, en Iztacalco, su mamá le ponía esta prenda debajo de la falda escolar para protegerla del frío por ser más resistente que las calcetas, medias o mallas.

“Sí me gustaba (usar el pants abajo de la falda) porque podía jugar y correr más o quedarme dormida en el micro pero ahora ya estoy más grande y me da pena usarlo”, afirma en entrevista la estudiante de quinto grado.

Lina cuenta que a sus 10 años, ella ya puede decidir por sí misma qué ropa usar. “Ahora sólo me pongo mis calcetas largas y un short o una licra abajo de la falda, porque a veces los niños nos ven los calzones abajo de las escaleras”, acusa.

“Las faldas escolares son de los primeros mandatos sobre las mujeres, sobre las niñas, que facilitan el acoso tanto en las calles y en el transporte público como dentro de los mismos planteles escolares”, publicó en su cuenta de Facebook la profesora mexicana Patricia Karina Vergara Sánchez.

La también poeta lamentó que las niñas desarrollen estrategias como usar short para protegerse si llevan falda o vestido, y que deben estar alertas porque el entorno escolar, al ser sexista, no es seguro para ellas. Como feminista, evidenció la hipersexualización, pedofilia y pornografía que se realiza a partir de las colegialas.

“Desde muy pequeñas, las niñas ensayan a usar pantaloncitos cortos o mallas bajo la falda, aún en época de calor con incomodidad y sudor, para dificultar el acoso tanto de otros niños,  de docentes, y de adultos por la calle”, escribió.

Antes de entrar a la educación básica, Lina fue a la guardería desde los cuatro meses de nacida. Su madre, Hilda Cisneros, indica que nunca le puso vestidos o faldas como mudas de ropa y que, incluso, las maestras no lo recomendaban para que, de bebé, su hija pudiera gatear, caminar y jugar.

Lina es fan de Iron Man;  le gusta luchar con sus amigos y le pidió a los Reyes Magos una patrulla. Podría ser la prueba de que no hay juegos ni juguetes con género y una excepción a la falsa regla “las niñas son más tranquilas que los niños”.

Este es uno de los argumentos que toca la publicación de la pedagoga de la Ciudad de México, Liliana Ortega, acerca de que educar con falda a las niñas las coarta tempranamente en su exploración, juego, comodidad, interacción y libre desarrollo de la personalidad.

“Subir una escalera con una mano en el trasero para que nada asomara debajo de la falda. Huir de los lugares ventosos. Sentirnos incómodas por el profesor o prefecto que nos miraba las piernas. Recordar no sentarnos con las piernas abiertas, porque eso no era ‘darnos a respetar’. Tener nuestra zona genital más expuesta incluso a infecciones por sentarnos en la tierra o el pasto por usar falda”, se lee en el Facebook de la especialista.

En redes, algunas mujeres hablan de la incomodidad de menstruar vistiendo esta prenda y mancharse de sangre, o de tener que comenzar a depilarse las piernas desde esa edad.

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