Las complicaciones y dificultades que se presentarían tanto a nivel nacional como internacional de aprobarse la iniciativa de reforma energética impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, hacen pensar que detrás de la misma hay más que solo la intención de modificar el sector energético del país.
Para Oscar Ocampo, coordinador de Energía del IMCO, la iniciativa de ley que se debate actualmente en el parlamento abierto organizado por la Cámara de Diputados, tiene tres motivaciones.
“La primera es sin duda ideológica y en ese sentido AMLO ha sido muy transparente. Durante toda su vida ha tenido una posición muy firme de que el sector energético tiene que estar en manos del Estado. La segunda sin duda tiene que ver con el tema económico y empresarial; mientras que la tercera claramente está relacionada con el tema políticoelectoral”.
Con esto concuerda Gonzalo Monroy, especialmente con el tercer punto, y agrega que ante las complicaciones que la aprobación traería para el país, ve difícil que esta se apruebe en el Congreso de la Unión.
“La realidad es que yo no veo que esta reforma vaya a ser aprobada. De hecho en tantos casos su nivel de agresión hacia derechos fundamentales como: la libre competencia, la propiedad privada y el ambiente sano y limpio es tan evidente, que me parece muy complicado que se vaya a hacer realidad.
“Sin embargo es un caballito de batalla del discurso oficial, sobre todo de López Obrador hacia el 2024, en donde la narrativa que busca crear es la de que él intentó ganarle a las empresas y vencer a la oligarquía extranjera con esta reforma, por lo tanto llamará a que la gente vote por Morena en los próximos comicios presidenciales para continuar con esta batalla”.
Relación dañada pero no en riesgo con reforma energética
Respecto a las complicaciones que la iniciativa de reforma energética del Gobierno federal podría generar en su relación con Estados Unidos, tanto Gonzalo Monroy como Oscar Ocampo aseguran que no se corre el riesgo de que ésta se acabe por esta situación, sin embargo sí podría restar a México cierto poder de negociación en lo que a sus intereses se refiere.
“Es importante destacar que esto no va a escalar a una definición de país a país, es decir, el gobierno de EEUU no va a defender a las empresas que se verían afectadas por la iniciativa de reforma energética que se quiere aprobar en México, pues éstas tienen al T-MEC como marco para defenderse conforme a derecho.
“Si alguien está esperando a que el gobierno de EEUU venga a poner orden, eso no va a pasar. Más bien están dialogando para dejar en claro sus preocupaciones y los riesgos”, dice Monroy.
“La aprobación de la reforma energética dejaría una relación con Estados Unidos la cual no se va a romper pero sí se va a ver afectada. Y quizá lo más importante de esto es que México perdería poder de negociación con EEUU para defender sus intereses comerciales”
“Por ejemplo, si México llega mañana y se sienta con la representante comercial de Estados Unidos y le dice que están interpretando mal el T-MEC o incluso violando el tratado con la iniciativa de los subsidios a los coches eléctricos, pierde poder de negociación, pues al mismo tiempo el país (México) está violando flagrantemente sus compromisos en materia energética y ambiental, entre otros, ese es el principal riesgo de fondo”, advierte.
