Las diez campanadas de Mancera

Son momentos cumbre, álgidos, desafortunados, que vivió este año la administración del jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera y que hoy lo tienen, a decir de encuestadores y especialistas con un nivel muy bajo de desaprobación.

Icela Lagunas Icela Lagunas Publicado el
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Son momentos cumbre, álgidos, desafortunados, que vivió este año la administración del jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera y que hoy lo tienen, a decir de encuestadores y especialistas con un nivel muy bajo de desaprobación.

– Primera campanada. Ocurrió los primeros días que Mancera asumió el cargo de jefe de Gobierno. La noticia le dio la vuelta al mundo por increíble, terrorífica para otros, sensacionalista: después de que se registraran diversos homicidios en la delegación Iztapalapa, el gobierno concluyó, como parte de sus investigaciones, que los responsables fueron una manada de perros asesinos.

 La foto de los 25 perros presuntamente responsable generaron un debate en el que Mancera fue blanco de burlas.

– Segunda campanada. El caso fue una herencia de su antecesor, Marcelo Ebrard Casaubón,  pero Mancera asumió el costo político de las masivas detenciones de jóvenes que se inconformaron el día de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto como nuevo presidente de México.

La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) emitió una recomendación al GDF y debido a la presión, los asambleístas locales modificaron el Código Penal para reducir la pena de ataques a la paz pública y permitir la libertad de los detenidos.

– Tercera campanada. El secuestro de 13 jóvenes al interior del after Heaven ubicado en la Zona Rosa de la capital puso a Mancera y su gobierno en los reflectores nacionales e internacionales.

 Su gobierno fue lento para reaccionar ante el reporte de desaparición; luego fue necio al negarse a reconocer que se trató de un caso de delincuencia organizada. El gobierno federal resolvió el caso cuando la PGR encontró los cadáveres en una fosa al interior de un rancho ubicado en el Estado de México. 

Cuarta campanada. Durante la polémica liberación de la francesa Florence Cassez, acusada de secuestro por el gobierno de Felipe Calderón, el jefe de Gobierno rehusó a participar en la polémica.

Mancera se dijo respetuoso de la decisión de la Corte y comisionó al secretario de Gobierno, Héctor Serrano para que desahogara el trámite. 

– Quinta campanada. 27 de febrero. Miles querían ver a la exlideresa magisterial Elba Esther Gordillo tras las rejas, luego de que el gobierno de Enrique Peña Nieto la acusó de malversación de fondos y lavado de dinero.

Del reclusorio capitalino se filtró la ficha en la que “La maestra” apareció vestida con el reglamentario uniforme color beige y tras las rejas. La Comisión de Derechos Humanos inició una investigación por violar los derechos de la poderosa procesada.

– Sexta Campanada. El prolongado conflicto de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) que heredó de Marcelo Ebrard y del que Mancera también se dijo respetuoso de la autonomía de la casa de estudios.

– Séptima campanada. “Asumiré costo político de mis decisiones”, declaró Mancera luego del repudio ciudadano por permitir que los maestros de la Coordinadora secuestraran las calles de la capital en perjuicio de millones.

El tema de las manifestaciones violentas de la CNTE ha sido sin duda uno de los momentos más críticos para su administración. Muchos dicen, el que lo mandó a la lona.

Políticos y ciudadanos le exigieron al jefe de Gobierno usar la fuerza pública contra los maestros disidentes. Mancera no actuó contra los maestros. Temía que, al usar la fuerza pública, derivara en un baño de sangre pues se especulaba que dentro del plantón del Zócalo había grupos de infiltrados que incluso portaban armas.

– Octava campanada. Permitir que las violentas protestas de grupos de anarquistas sean una constante desde que asumió el gobierno de la ciudad. El pasado 2 de octubre, los anarquistas hicieron un campo de batalla en pleno corazón de la ciudad.

Los violentos jóvenes se enfrentaron con petardos, bombas molotov y a golpes con la policía preventiva. 

– Novena campanada. Para cerrar el año, Mancera y su equipo impulsaron y concretaron el aumento al boleto del Metro que paso de 3 a 5 pesos.

Más allá de la desaprobación, la medida originó un movimiento ciudadano, principalmente juvenil, que llamó a brincarse los torniquetes y no pagar el boleto. Aunado al @posmesalto, surgió una petición que exige la renuncia del gobernante. 

– Décima campanada. Ya encarrerado, el gobierno de la ciudad lanzó dos intentonas más contra la ciudadanía: incrementar el predial y de paso las tarifas de la Red de Transporte Público (RTP) y del Tren Ligero.

Por todo esto y muchas cosas más, Mancera no está en su mejor momento. Feliz, prospero y gobernable año nuevo señor jefe de Gobierno.

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