El de Enrique Peña Nieto se perfila para ser un sexenio de claroscuros, con reformas estructurales que cambiaron el panorama en varios sectores, pero también con múltiples deudas por promesas incumplidas.
Durante su campaña presidencial, en el 2012, el todavía candidato Enrique Peña Nieto firmó 266 compromisos ante notario público. La promesa era recurrente: “Te lo firmo y te lo cumplo”, decían los spots, mientras él en eventos públicos firmaba grandes cartulinas con los compromisos para determinada zona del país.
El jueves pasado, a menos de 10 días de dejar el poder, Peña Nieto presumió que durante su gobierno habría cumplido con 257 compromisos, el 96.6 por ciento de todos los que firmó de campaña.
“Desde el primer día de mi administración trabajé para cumplir esos compromisos (…) Agradezco, sobre todo, la confianza de la sociedad mexicana que me confirió el honor de trabajar por su bienestar a lo largo de estos seis años (…) Esto es parte de nuestro legado”, dijo el mandatario en un video difundido en sus redes sociales.
El cumplimiento de estos compromisos, refirió el presidente, significó 194 obras de infraestructura; 79 carreteras construidas, ampliadas o rehabilitadas; la construcción o modernización de 5 aeropuertos; 6 puertos modernizados; 5 líneas ferroviarias construidas o rehabilitadas; 27 hospitales edificados o mejorados; 20 mil escuelas rehabilitadas; 7 nuevas preparatorias; y 6 nuevas universidades.
Aunque hubo avances en reformas estructurales y legales, durante su gobierno aumentó la violencia, creció la deuda pública, hubo escándalos de corrupción y la inflación está en su nivel más alto en años. Todo esto sin contar que algunas de estas promesas no se cumplieron, dejando deudas con la sociedad mexicana que difícilmente otros podrán retomar.
Grandes pendientes
El sexenio de Enrique Peña Nieto comenzó como una puerta a la conciliación después del gobierno de Felipe Calderón, en el que el país estaba polarizado.
Con la firma del Pacto por México se hizo posible aprobar reformas que llevaban años empantanadas: pasaron así las reformas energética, en telecomunicaciones, hacendaria, educativa, entre otras.
Sin embargo, algunos de los compromisos que firmó en campaña se quedaron solo en promesas pendientes.
La idea era reducir el tamaño de la Cámara de Diputados y pasar de 500 a 400 legisladores eliminando 100 congresistas plurinominales.
En todo el sexenio, el Ejecutivo no presentó una iniciativa sobre el punto y solo el partido del presidente, el PRI, presentó una propuesta en dos ocasiones, mismas que fueron desechadas.
Su compromiso número 9 fue un “Nuevo modelo de formación y profesionalización policial, con academias regionales para entrenar a los policías de todos los niveles de gobierno”.
Desde el 2014, el presidente Enrique Peña Nieto intentó concretar el cambio en el modelo de las policías en el país, para que se instaurara el mando único y las corporaciones se sujetaran a un solo jefe operativo.
Su compromiso número 11 fue “Erradicar la pobreza alimentaria”, mismo que solo se cumplió parcialmente, pues solo se disminuyó la cantidad de personas con carencia de alimentos.
Esto significa que aunque hubo una disminución de 2.8 millones de personas en pobreza alimentaria, el problema no se erradicó, como fue prometido.
Otro de los compromisos que se cumplió parcialmente fue el número 37: “Realizar una reforma energética para disminuir las tarifas eléctricas en beneficio de la población y la industria”.
Aunque la reforma energética sí fue aprobada, en diciembre del 2013, ésta no significó la reducción de las tarifas eléctricas.
En septiembre pasado, empresarios acusaron que tan solo en 2018 las tarifas de electricidad tuvieron un aumento de entre el 65 y 77 por ciento en las tarifas comercial e industrial.
En cuanto a compromisos locales, el presidente también dejó algunos pendientes o incumplió de plano con otros.
Uno de los que quedaron incompletos es el compromiso número 263, la construcción del tren interurbano México-Toluca, que presenta un avance del 80 por ciento, según el propio gobierno federal.
El compromiso número 95, “Apoyar el proyecto del tren rápido Querétaro – Ciudad de México”, de plano fue cancelado. El compromiso número 82, la construcción de una refinería en Hidalgo, tampoco se concretó.
Además de las promesas de campaña no cumplidas, Peña Nieto dejará también un legado de pendientes en grandes temas de la vida nacional.
Los otros incumplimientos
No todo se trata de obras o medidas que no se concretaron. Los pendientes en materia de justicia, derechos humanos, inseguridad o economía también se acumulan al legado que dejará el presidente Peña Nieto.
Uno de los reclamos más sentidos ha sido en materia de seguridad, pues el sexenio del presidente Peña Nieto se perfila para ser el más violento en la historia del país.
Desde que inició su periodo de gobierno, en México se registraron más de 130 mil homicidios. Tan solo en el 2018, hasta octubre, habían ocurrido poco más de 27 mil asesinatos, lo que augura que en todo el año se superará la cifra de 28 mil que se registraron en todo el 2017, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La economía es también otra carga que Peña Nieto dejará a su sucesor, Andrés Manuel López Obrador.
Cuando Peña Nieto asumió el poder, en diciembre del 2012, el dólar tuvo un costo promedio de 12.87 pesos por dólar; en octubre de este año, el precio promedio fue de 20.31 pesos por dólar, según cifras de Citibanamex.
Lo mismo ocurrió con el precio de los combustibles, que tuvieron aumentos exponenciales en este sexenio.
En diciembre del 2012, el litro de gasolina magna costaba 10.81 pesos; la semana pasada, en algunos estados el litro de magna llegó a cotizarse en 19.99; un aumento del 84 por ciento en seis años.