Las cárceles capitalinas pierden reclusos

“En una cárcel no se vive, sino se intenta sobrevivir… y cuando estás adentro te das cuenta de que sólo es un lugar para los pobres y los pendejos, porque los únicos que puede evitar un sitio así son los ricos, hayan cometido o no el delito”, asegura un hombre que cumplió una sentencia de 10 años en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte y quien prefirió no revelar su identidad.

En años recientes, los 13 centros penitenciarios de la Ciudad de México han comenzado a vaciarse. Esta disminución también ha coincidido con la puesta en marcha del nuevo Sistema de Justicia Penal en 2016, el cual es un modelo que prioriza la presunción de inocencia y permite la mediación y conciliación por el reparo de daños, sobre todo en cuanto a delitos no de gravedad.

Esa disminución equivalente al 32.39 por ciento se ha generado de manera gradual, ya que en 2014 fueron reportadas 39 mil 257 personas presas; para 2015 una cifra de 36 mil 109; en 2016 se redujo la cifra a 30 mil 979; mientras que al año pasado se reportaron 27 mil 716 reclusos.

“El ambiente de ahí es muy tenso, ya que a cualquier lado se va con miedo y se debe estar al tiro por lo que pueda suceder. Adentro hay mucha gente que es gandalla y se cree Superman, aunque también hay banditas de 7 u 8 cabrones que llegan por el mismo delito y que luego se juntan para robar o picar a quien se le ponga enfrente”, asegura el hombre que fue encarcelado por robo de vehículo.

Del total de internos reportados hasta el mes de mayo, las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc son las que mayormente contribuyeron a ocupar las celdas, con 5 mil 361 reos que representan un 19.58 por ciento; 2 mil 663 correspondientes a un 9.72 por ciento; y 2 mil 428 presos que equivalen a un 8.87 por ciento, respectivamente.

Asimismo, 4 mil 719 encarcelamientos, el 17.23 por ciento, correspondieron a ciudadanos provenientes de otros estados de la República, mientras que 733 casos no cuentan con registro de datos de identificación, refiere la información obtenida vía transparencia y con folio 010100097918.

“En el reclusorio las celdas son de 4 por 4 y ahí llegan a estar hasta 25 gentes. Los custodios pasan lista 3 veces al día: a las 7 pm, a las 3 pm y a las 7 de la noche. Para matar el tiempo hay actividades deportivas, de escuela y talleres para aprender oficios, aunque casi nadie no se ocupa en eso… la mayoría se la pasa ideando cómo chingar a los demás y por eso hay ri- ñas internas a diario”, señala el hombre de 52 años.

De los 27 mil 373 confinados, 25 mil 938 son hombres y mil 435 mujeres. De ese total, 10 mil 483 personas (38.29 por ciento) presentan una edad de los 30 a los 39 años; 6 mil 840 presos (24.98 por ciento) se encuentra entre los 18 y 29; otros 6 mil 754 (24.67 por ciento) entre los 40 y 49 años, mientras que el resto de los presidiarios se mantiene en una edad de 50 o superior.

La respuesta a la solicitud de información refiere que son seis los delitos que han engrosado en mayor medida a la población carcelaria: 12 mil 301 individuos por robo calificado (44.93 por ciento); 4 mil 185 por homicidio y en sus distintas modalidades (15.28 por ciento) y otros 2 mil 909 presos por privación ilegal de la libertad (10.62 por ciento).

También hay 2 mil 131 personas relacionadas con delitos sexuales (7.78 por ciento); 2 mil 63 relacionadas con armas de fuego u explosivos (7. 53 por ciento); y mil 72 vinculados por delitos contra la salud (3.91 por ciento).

“Adentro todos se ganan la vida extorsionando vía telefónica o robándose entre ellos mismos. Algo normal es que te ‘chineen’ cuando pasas por alguno de los pasillos y termines sin pertenencias. Con dinero baila el perro y para seguridad se tiene que pagar una cuota a ‘La Mamá’, que es la persona que lleva más años en la celda y sólo así se puede andar relativamente seguro, además de tener que desembolsar por pasar puertas. Un peso equivale más o menos a 100 de afuera”, explica el exreo.

De acuerdo con las estadísticas proporcionadas por la Subsecretaría de Sistema Penitenciario, y del total de la población penitenciara registrada hasta el pasado mes de mayo, unas 5 mil 721 personas equivalente al 20 por ciento se mantienen cumpliendo una sentencia de entre 6 y 10 años; seguidas de otro sector compuesto por 5 mil 130 presos que representan a un 18.74 por ciento y que purgan condena por un periodo de entre los 0 y los 5 años.

Sólo mil 503 personas, es decir, el 5.49 por ciento, cumple una sanción de 51 años o más por hechos delincuenciales; no obstante, 4 mil 247 personas, equivalentes a un 15.51 por ciento del total, están tras la rejas sin habérseles dictado una pena judicial.

“Estar ahí adentro es la muerte, porque tu vida llega a estar en peligro de manera permanente. Y como bien lo dice un dicho ‘aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión’. El aislamiento es algo muy cruel porque se te restringen todos tus derechos y libertades como ser humano… Además, no te beneficia en nada el estar en un lugar así, sino al contrario, ya que sales más maleado al convivir con homicidas, violadores, rateros y demás gente sin remedio”, asegura.

PRINCIPALES DELITOS COMETIDOS

>Robo calificado

>Homicidio

>Privación ilegal de la libertad

>Delitos sexuales

>Relacionados con armas de fuego

>Delitos contra la salud