Medidas de seguridad insuficientes y una competencia injusta, como lo representan las aplicaciones de taxi privado, fueron las denuncias de los taxistas en la Ciudad de México.
Reunidos en la Plaza de la Constitución, conductores de taxis calificaron su manifestación como un acto de resistencia, mediante el cual le solicitan al presidente Andrés Manuel López Obrador que no permita que las aplicaciones como Uber, Didi y otras sigan acabando con su oficio.
“Hoy venimos a pedir la intervención del gobierno federal para que gestione una ley donde pueda proteger a los concesionarios, que diga fuerte y claro no a la ilegalidad. Exigimos un aumento inmediato de la tarifa para los taxis de la Ciudad de México, el último aumento fue en abril de 2013”, se lee en una pancarta de los asistentes.
En el templete, ubicado justo frente a Palacio Nacional, tres hombres permanecieron crucificados en cruces de madera con cartulinas en las que se leía que urge rendir cuentas por escrito de las empresas y la cantidad de vehículos que prestan servicios privados y que han aumentado en los últimos tres meses.
El Movimiento Nacional Taxista y Fuerza Amplia de Transportistas fue uno de los colectivos que se unió a la protesta.
De acuerdo con las leyendas en pancartas, la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, de 2012 a 2018, le heredó al actual gobierno un registro de 26 mil vehículos de aplicaciones extranjeras.
Además, acusaron que el gobierno capitalino, encabezado por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, es una administración neoliberal, ya que en los últimos tres meses entregaron permisos para más de 100 mil conductores de Beat Buzzy y otras empresas extranjeras.
Los taxistas exigieron en más de una ocasión la renuncia del titular de Semovi, Andrés Lajous, bajo el argumento que es 100% neoliberal, no tiene méritos para ocupar el puesto actual y señalaron que Sheinbaum lo colocó en su equipo porque la apoyó en su campaña para jefa de gobierno.
José Posada, taxista local, descalificó el poco apoyo que han recibido del gobierno capitalino y reclamó que no se puede ignorar a un sector que también apoyó y forma parte de la 4T.
Somos quienes también sufrimos los robos, asaltos, hasta homicidios y nos siguen ignorando.
Don Pablo, a quien llamaremos así, dijo en entrevista para Reporte Índigo que salir con miedo al ir a trabajar, no es vida.
“Me han asaltado cuatro veces en este mes, a un compañero una vez se lo llevaron lejos del sitio y le pegaron para quitarle su coche. La gente a veces no sabe que esta es nuestra fuente de ingresos, dicen que les cobramos mucho pero luego ni lo que marca el taxímetro quieren pagar”, dijo Don Pablo quien se ha dedicado al oficio desde hace 21 años.
Los manifestantes reclamaron en el mitin que las medidas de regulación no son iguales para ellos y para el transporte privado y resaltaron que ellos tienen que pagar trámites como licencia y tarjetón cuando los choferes de aplicaciones no.
A sus 24 años, Julio comenzó a buscar trabajo de su profesión de contador, pero no encontró. Por ello y ante la necesidad de brindarle un futuro a su esposa y su hijo de 10 meses, comenzó a trabajar de taxista.
“Pensé que aunque no me fuera a hacer rico si iba a tener lo suficiente para lo básico como comida y techo y servicios pero a veces ni para eso alcanza. Los de mi sitio dicen que desde que están esas aplicaciones nos han bajado muchos los clientes”, refirió.
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