‘Ladrones buscan hasta en la basura’

Los ladrones de datos personales buscan documentación vieja hasta en la basura y también con métodos de alta tecnología para obtener información que los lleve a solicitar créditos o adquirir productos a nombre de otros usuarios, por ello es importante destruir todos los documentos que tengan impresos datos personales.

Julio Ramírez Julio Ramírez Publicado el
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85
millones
de registros de datos personales maneja el Instituto Nacional Electoral (INE)

Los ladrones de datos personales buscan documentación vieja hasta en la basura y también con métodos de alta tecnología para obtener información que los lleve a solicitar créditos o adquirir productos a nombre de otros usuarios, por ello es importante destruir todos los documentos que tengan impresos datos personales.

“Existen bandas o delincuentes revisando hasta en la basura de las personas si no rompimos bien una tarjeta de crédito, si tiramos el talonario de la chequera, cualquier cosa que sirva para robar la identidad”, alertó Mario Di Constanzo, presidente de la Condusef, durante un panel organizado por el INAI.

Con el uso de la tecnología también se hacen fraudes, los ladrones envían información que simula ser del banco. Un usuario lo liga y le piden que “confirme” cierta información, cuando en realidad le están robando sus datos personales. A este modo de operar se le conoce como phishing.

“El buró de crédito es el mecanismo hoy más eficiente para detectar a tiempo un posible robo de identidad. Si alguien solicita su buró de crédito, que no es anuncio, pero en la Condusef se otorga de manera gratuita y las veces que se solicite, y se da cuenta que tiene productos no reconocidos, créditos que no se han solicitado, pues lo más probable es que haya sido víctima de un robo de identidad”, explicó.

La comisionada Arely Cano alertó que “han proliferado las fuentes de fácil acceso y ricas en información. Un ejemplo de esto son las redes sociales, de las que es posible obtener datos sobre las personas, lo que eventualmente puede convertirse en una oportunidad para usarlos de manera ilegal, a efecto de suplantar la identidad del titular de los datos y obtener beneficios a su nombre”.

Mencionó que además de los datos personales, la información biométrica, como huellas digitales, el escaneo de retina e iris, los rasgos faciales, entre otra información que hace identificable a una persona tiene un valor intrínseco, por lo que su protección se ha reconocido en el ámbito internacional como un derecho humano.

Esta semana en el pleno del INAI se habló de la problemática que representa el robo e identidad, al analizar un respuesta de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) en la que no se entregaron documentos, estudios, fichas técnicas y propuestas sobre la suplantación de identidad y únicamente se remitieron estadísticas, lo que ocasionó la inconformidad del solicitante de información.

El comisionado Francisco Acuña Llamas destacó el valor de la información como un elemento que contribuye a impedir que se siga generando el aumento progresivo del robo o suplantación de identidad.

“Y especialmente en este tipo de cruzada, se puede decir, sobre el tema de la tutela de la privacidad y de los derechos inherentes a la personalidad, en los que se circunscribe en muchos de los casos los atentados o las tentativas delictivas o la consumación de los delitos en contra de la identidad y la privacidad, relacionados con la identidad para efectos o en carácter de daños con efecto en el patrimonio de las personas”, expuso.

En otro caso, en abril pasado, el INAI determinó que en la entrega de televisores digitales se incumplió con los principios rectores de la protección de datos personales, que son la licitud, finalidad, proporcionalidad, calidad, información, consentimiento, custodia, cuidado y seguridad.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) no debió recabar datos biométricos en el marco del Programa de Trabajo para la Transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT) ni transmitirlos a la Secretaría Desarrollo Social (Sedesol), indicó el INAI tras una investigación que inició en agosto de 2015.

El pleno del INAI recomendó en el acuerdo ACT-PUB/14/04/2016.05 que la SCT se abstenga de dar tratamiento a los datos personales biométricos que recabó, es decir, las 10 huellas dactilares y fotografía de los beneficiarios del Programa TDT, ya que su obtención no se encontraba prevista en el marco legal aplicable.

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