A pesar del amplio despliegue tanto de la Guardia Nacional como de elementos policiales estatales, la violencia en Zacatecas no cesa

‘La violencia en Zacatecas tiene horario de oficina’

A pesar del amplio despliegue tanto de la Guardia Nacional como de elementos policiales estatales, la violencia en Zacatecas no solamente no cesa, sino que se recrudece en todas sus formas

Alejandro es conductor de la plataforma Uber desde hace un mes, y aunque no ha padecido en carne propia la inseguridad de Zacatecas, sí ha tenido contacto con ella de manera indirecta, ya que esta problemática arrecia durante el horario laboral.

El pasado 2 de agosto a las 15:00 horas, Alejandro recogió un pasaje en pleno centro de la capital. Minutos antes habían atacado a balazos a un hombre en un negocio de tatuajes. Estuvo a pocos metros de que le tocara la refriega.

El conductor asegura que los rondines de la policía, el Ejército y la Guardia Nacional han aumentado y son constantes, pero solo de siete de la mañana hasta las ocho de la noche.

“Después de las ocho ya está solo, ya casi no hay gente en la calle. Ya se sabe que para no tener problemas, es mejor quedarse en casa, y la Policía también, después de esa hora casi no ves rondines”.

A pesar de la presencia policiaca estatal y de las fuerzas federales, considera que la estrategia es fallida, ya que los hechos violentos ocurren a la misma hora de los rondines.

“En las carreteras, particularmente las salidas hacia Durango, hay tramos donde asaltan o paran a los vehículos. Por eso los choferes ya no se detienen, aunque tengan a alguien enfrente, para evitar ser asaltados”.

Por otra parte, cuenta que compañeros choferes de la plataforma han sido utilizados por el crimen organizado para su traslado.

“Uno de los compañeros no sabía que trasladaba —fuera de la plataforma—  a alguien vinculado con la delincuencia, era como si fuera su chofer. Cuando se enteró, mejor dejó el trabajo y decidió dedicarse a otra cosa.

“También varios amigos míos que tenían una papelería, otros una tienda de abarrotes y un café internet tuvieron que cerrar porque comenzaron a extorsionarlos, y eran negocios chiquitos. Decidieron dejar su patrimonio y dedicarse a otra cosa porque se vuelve interminable eso de ‘pagar derecho de piso’”.

Una fuente consultada por Reporte Índigo que solicitó no revelar su identidad por miedo a represalias, narró que desde que se endureció la violencia por el crimen organizado en la entidad y un familiar cercano fue secuestrado, decidió dejar Zacatecas y administrar sus negocios a la distancia.

“Realmente ninguna de las personas que trabajan ahí (en mis negocios) tienen mis datos, para que si preguntan por mí no den nada de información”, revela.

El común denominador de los testimonios de los zacatecanos es que siempre han vivido en una entidad violenta y en constante pugna entre grupos rivales del crimen organizado, pero en las últimas fechas los hechos violentos han aumentado no solo en número, sino en agresividad.

Los narcobloqueos, los homicidios a plena luz del día, falsos retenes y los ataques a balazos ahuyentan la posibilidad de que Zacatecas conozca pronto la paz.

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