La dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) anunció un nuevo intento por refundar al instituto con miras a posicionarse como una auténtica fuerza progresista ante el electorado y así mantener el registro en los comicios de 2024. Previo a este esfuerzo, ya habían tratado, incluso, de cambiar de nombre rumbo al proceso electoral que concluyó el pasado 6 de junio.
Ante los principales cuadros del partido, el dirigente nacional Jesús Zambrano, informó que se buscará reorganizarse como el único instituto político que aglutine sectores progresistas, sociales, liberales, feministas y ambientalistas. Para lo que se designó una comisión encargada de organizar dos consejos nacionales en los próximos meses.
Zambrano dejó en claro que, más que un cambio de nombre, la idea crucial es hacer una revisión reflexiva de los 32 años de historia del PRD y su desempeño en las conquistas democráticas de México durante dicho periodo. Sin embargo, otros dirigentes, siendo los más vocales los del estado de Hidalgo, ven altamente probable que el partido cambie sus siglas, estatutos, línea política, programática y operativa.
Ya en 2019, tras la debacle electoral de un año antes, los dirigentes de la corriente Nueva Izquierda impulsaron la plataforma Futuro 21 bajo el argumento de preparar un frente opositor al Presidente Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de medio mandato. Para esto, abrieron las puertas a figuras como Gabriel Quadri, hoy diputado federal externo de Acción Nacional, y a los expriistas José Narro y Beatriz Pagés.
En más de una ocasión, Jesús Ortega, líder natural de Nueva Izquierda, dejó en claro que la intención con Futuro 21 era que el PRD entregara su registro como partido político nacional para dar paso a una nueva organización.
Aunque Ángel Ávila, entonces dirigente perredista y también miembro de la corriente interna, se posicionó a favor y anunció un congreso nacional, este fue aplazado tras concretarse la alianza electoral Va Por México.
Para conocer más sobre este proyecto de relanzamiento, Reporte Índigo entrevistó a algunos de los principales liderazgos del PRD, tanto de su estructura interna como de sus representaciones en el Congreso de la Unión, quienes coinciden en la urgencia de reorganizarse para poder hacer frente a los próximos procesos electorales.
No obstante, algunos advierten que de no concretarse, el partido podría desaparecer, algo con lo que el senador Miguel Ángel Mancera discrepa.
“Nunca ha estado al borde de la extinción o a punto de perder el registro, estamos claros que vamos a iniciar el proceso de organización, de reestructuración interna”, dice el coordinador de los senadores perredistas aún tras perder Michoacán, última gubernatura que mantenía el partido.
Aunque el senador no está afiliado al PRD, pidió a la militancia un cierre de filas con las dirigencias nacional y de los estados para iniciar la reconstrucción de la organización que vio por primera vez la luz el 5 de mayo de 1989, adelantando que, junto a sus compañeros de bancada, Antonio García y Manuel Fócil, “haremos nuestra tarea” en sintonía con Zambrano. También fue claro al señalar que la militancia pide, más que cambiar siglas o nombres, tener contacto directo con la dirigencia.
“Si no nos transformamos en el 2024 podría ser nuestra última elección”, advierte el coordinador de los 15 diputados federales del PRD, Luis Espinosa Cházaro, quien considera que el partido del Sol Azteca no puede continuar así y esta es su última oportunidad de transformarse de manera profunda “para regresar a ser un partido de la sociedad e importante como lo hemos sido históricamente”.
Pese a esta advertencia, el diputado federal señala que en la pasada elección pasaron la prueba: “había mucha gente que pensaba que ya no tendríamos el registro, lo logramos, hay un número importante de gente que todavía vota por nosotros, que cree en nosotros, pero no es suficiente, debemos mejorar muchísimo y pronto para llegar al 2024. Si no nos transformamos podría ser nuestra última elección”.
Verónica Juárez, coordinadora nacional de la corriente Nueva Izquierda, comparte la urgencia al decir que “la experiencia de 2018 y la que acabamos de vivir en el pasado proceso electoral nos obliga a redefinir nuestra estrategia y a redefinirnos como partido para que la gente nos dé nuevamente su confianza y nos vea como opción de gobierno. Después de lo que hemos vivido, estamos obligados a la transformación o estaríamos destinados al fracaso”.
La excoordinadora de los diputados federales adelanta que, como parte de esta renovación, se revisará la política de alianzas del PRD para “pensar en cómo realizarlas, tomar la opinión de las direcciones estatales y que tengamos nuestros propios candidatos en principio, demostrando que tenemos propuestas concretas. A partir de eso, analizar cuáles son las alianzas que convienen dependiendo la realidad de cada tipo de elección y de cada entidad”.
Por su parte, Estephany Santiago, secretaria de Comunicación Política de la Dirección Nacional Ejecutiva, defiende la propuesta del relanzamiento argumentando que “tenemos que meternos hoy en día a todo eso para poder arrancar con nuevos bríos los siguientes procesos electorales, esa es la meta del partido. Arrancar con nuevos bríos, la capitalización, el énfasis y la convicción que existe en nuestra militancia para fortalecerla, aumentarla. Eso es lo que queremos hacer”.
Explicando que se harán mesas de trabajo para actualizar los documentos básicos del partido, Santiago asegura que “este es un cambio histórico del PRD, van a ser meses muy arduos en donde queremos llegar a concretar un cambio real.