El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) dejó fuera, aunque lo marca la Constitución, al monopolio que Televisa ejerce sobre la televisión de paga.
La reforma constitucional en telecomunicaciones considera como agente económico preponderante “A cualquiera que cuente, directa o indirectamente, con una participación nacional mayor a 50 por ciento”.
Medido este porcentaje “por el número de usuarios, suscriptores, audiencia, por el tráfico en sus redes o por la capacidad utilizada de las mismas…”
De acuerdo a CNNExpansión, en México Grupo Televisa se lleva cerca del 60 por ciento del mercado de televisión de paga a través de Cablevisión, TVI, Cablemás y Sky; mientras que Megacable cuenta con 17 por ciento y Dish con 13.3.
Además, el grupo de Emilio Azcárraga posee el 95 por ciento del mercado de televisión vía satélite, a través de la empresa Sky con 1.7 millones de suscriptores.
En la televisión de paga atiende a 4.3 millones de hogares y es dueña de 30 canales de televisión restringida.
Los datos oficiales de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec) revelan que ninguna otra empresa competidora tiene ese nivel de dominio en televisión abierta y en televisión de paga.
El consorcio de Azcárraga llega al 68 por ciento de los televidentes mexicanos y acapara 70 por ciento de la publicidad destinada a medios electrónicos.
En su columna publicada el 11 de marzo en El Universal, el senador panista Javier Corral advierte que mientras que a las empresas de Carlos Slim la resolución del IFT le impuso duras y costosas medidas asimétricas, a Televisa se le ha tratado con vista gorda y una obsequiosidad inexplicable por parte del nuevo órgano regulador.
”Estamos ante un relumbrón del Ifetel con relación a Televisa. Deberían atemperar sus trompetas los que el viernes ironizaban que los mariachis callaron”, remarca Corral.
Tan es así, remarca en su columna, que a Televisa no se le exige de manera alguna poner un determinado porcentaje de su capacidad de multiprogramación a oferta de la producción independiente.
‘Bajo el imperio de la televisión’
Por INDIGO STAFF
De acuerdo al texto ‘Bajo el imperio de la televisión’, del investigador de la UNAM, Raúl Trejo, en México la disponibilidad de canales adicionales a los que se transmiten por televisión abierta era privilegio de pocas familias.
“Hasta los últimos años del siglo XX no más de 3 millones de viviendas (…), disponía de algún servicio de televisión restringida, fundamentalmente televisión por cable”, cita en su estudio.
En ese entonces, prosigue Trejo en su texto, había dos empresas de televisión satelital. DirectTV era en México una franquicia del consorcio internacional de ese nombre, manejada por empresarios distintos de las dos cadenas televisoras.
“Televisa estableció el servicio de Sky, también de televisión satelital y le prohibió a DirectTV que retransmitiera las señales de sus canales de televisión abierta. Lo mismo hizo Televisión Azteca”.
En México, asegura el investigador en su artículo, no había reglas que obligaran a los canales de televisión abierta permitir que sus señales fueran incluidas entre los canales de pago.
Eso, cita Trejo en el documento, ocasionó que el sistema DirectTV fracasara, porque sus suscriptores dejaron de contar con las señales de televisión abierta.
“DirectTV terminó transfiriéndole a Sky su cartera de clientes en 2004. Para entonces, había 5 millones de suscriptores de televisión de pago, el 60 por ciento de ellos afiliados a algún sistema de televisión por cable y el resto a la de carácter satelital”, refiere.
Televisa tendría el monopolio absoluto de la televisión de pago, de no ser porque en 2009 comenzó a funcionar un nuevo servicio satelital, propiedad de la empresa Multivisión. El sistema Dish.
De acuerdo al estudio de Trejo, gracias a la expansión de Dish, j, en junio de 2011 había más de 10.5 millones de viviendas con algún servicio de televisión de pago. Es decir, que en 12 años, la cobertura de la televisión de pago pasó de 1.3, a casi 4 de cada 10 hogares en México.