Autoridades locales han presumido que el sistema de salud de la Ciudad de México es uno de los mejores a nivel nacional; sin embargo, no se ha podido erradicar la violencia obstétrica.
El pasado 12 de mayo, la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, señaló que la capital del país ya cuenta con uno de los mejores sistemas de salud en el país y que mejorará más cuando se federalice.
“Si ya tenemos uno de los mejores sistemas de salud del país, vamos a tener el mejor sistema de salud y estamos construyendo junto con el Gobierno de México uno de los mejores sistemas de salud de todo el mundo”, indicó.
No obstante, una recomendación emitida en 2022 por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) revela que la violencia obstétrica aún es un pendiente: la práctica persiste en los hospitales locales.
Especialistas consideran que la violencia obstétrica se da porque el diseño del sistema de salud es autoritario y el parto se ha tratado como una enfermedad.
Además, señala que la violencia obstétrica consiste en cualquier acción u omisión por parte del personal de salud que cause un daño físico o psicológico a la mujer durante el embarazo y que se exprese en la falta de acceso a servicios de salud reproductiva, un trato cruel, inhumano o degradante, o un abuso de medicalización, menoscabando su capacidad decidir de manera libre e informada sobre los procesos reproductivos.
El caso
La recomendación 01/2022, publicada por la Comisión el 17 de mayo de 2022, se origina de un caso que tuvo lugar en el año 2015, donde una mujer originaria de la alcaldía Tlalpan padeció diversos maltratos durante su embarazo.
Según el documento, el 16 de noviembre de 2015, la mujer con casi 40 semanas de embarazo acudió al Hospital Materno Infantil de Xochimilco por malestar general.
En el nosocomio estuvo más de 3 horas esperando atención y cuando le hicieron caso, no le realizaron estudios necesarios, ni tampoco quisieron reconocer el estado de su embarazo certificado con ultrasonidos de otras clínicas.
La relatoría de los hechos de la recomendación explica que en un primer momento, le dijeron a la pareja de la víctima que la mujer ya tenía rota la fuente, que probablemente el bebé se había perdido y que lo mejor era sacarlo, lo que provocó sufrimiento a la víctima.
La mujer quedó en observación en el hospital y 2 días después, el 18 de noviembre, dio a conocer a sus médicos tratantes que ya no sentía al bebé.
Entonces, el personal del nosocomio le informó que debía entrar en labor de parto y la iban a trasladar a otra área, pero la regañaron por pujar y le dijeron que el bebé se podía salir y lastimar.
Posteriormente, una vez en al área especializada para partos, la regañaron por no pujar lo suficiente.
“El 18 de noviembre de 2015, a las 05:40 horas, mediante parto nació la niña a quien Elizabeth pudo ver ‘solo unos segundos’ debido a que fue trasladada al área de neonatos, De acuerdo con la Información con la que cuenta este Organismo, del expediente clínico de la víctima directa 1, no se elaboró nota de evolución posterior al parto de Elizabeth hasta la del día de su alta”, detalla el documento.
A raíz del estudio del caso y de la revisión de los informes del Hospital Materno Infantil de Xochimilco, así como de información proporcionada por la Secretaría de Salud (Sedesa) y de la Fiscalía General de Justicia (FGJ), el organismo considera en la recomendación que la violencia obstétrica es una constante en el sistema de salud local.
Por lo cual, ordenó a la Sedesa reparar el daño de manera integral a la víctima, garantizar la no repetición y crear un programa integral para eliminar la violencia obstétrica.
“En un plazo que inicie a los 60 días naturales y que culmine a los 365 días naturales después de aceptar la recomendación, presentará un plan de acción para la prevención da la violencia obstétrica en los Hospitales Pediátricos y Materno Infantiles de fa Red de Hospitales de la Ciudad de México”, detalla.
La causa de la violencia obstétrica
La violencia obstétrica sigue presente porque se ha medicalizado el embarazo y el parto: se le ve como una enfermedad, dice en entrevista Roberto Castro Pérez, académico del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Además, explica, el diseño del sistema de salud está elaborado para que la atención sea proporcionada de manera autoritaria por los especialistas en salud.
También, dice, los hospitales están organizados para que las mujeres no puedan estar acompañadas durante el parto, a pesar de que es su derecho.
“Este problema de diseño estructural de los hospitales hace que tengan a sus bebés muy solas. Es un diseño que las pone en una situación muy vulnerable, solo están acompañadas por personal de salud”, afirma.
Ante esta situación, recomienda, el parto y el embarazo se deben dejar de tratar en hospitales y tienen que ser atendidos en casas de partos.
“En estas casas de parto se les debe tratar de forma humana, por parteras, no por médicos en un hospital”, indica.