Aquí vive el Presidente, pero el que manda vive enfrente. La frase pintada en 1930 en el Castillo de Chapultepec y que hacía franca alusión a la permanencia de Plutarco Elías Calles en el poder pese a la llegada de un nuevo gobernante, podría aplicarse a Miguel Ángel Mancera Espinosa.
Él en caso de ganar la contienda por el GDF permanecería bajo la sombra de Marcelo Ebrard Casaubón.
Esa es la lectura que hacen algunos perredistas quienes observan con preocupación cómo el jefe de Gobierno, ha copado con su gente el equipo de campaña del candidato de las izquierdas.
En primera fila junto al candidato aparecen Joel Ortega Cuevas, ex titular de la SSPDF; Héctor Serrano Cortés, operador incondicional de Ebrard; Alejandro Rojas, secretario de Turismo; Alfredo Hernández Raigosa, titular de la Dirección General de Regularización Territorial y René Hernández Cueto, ex vocero en la Procuraduría capitalina.
Todos ellos brincaron del gabinete de Ebrard directo a la campaña.
Sin embargo, en el equipo de personalidades que lo acompañan no todos se sienten cómodos pues corresponden a tribus distintas del PRD.
Pese al espacio que se le dio a estas tribus para colocar a su gente, la mayoría de los cargos clave fueron impuestos por el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard y el poderoso líder René Bejarano.
Amigos o no, los colaboradores en la campaña de Mancera se toleran en esta etapa rumbo a la repartición de secretarías y otros cargos públicos, que ocurrirá en caso de que el ex procurador llegue triunfante al cargo.
Así será si logra mantenerse en primer lugar de las encuestas por arriba de la activista Isabel Miranda de Wallace –quien no termina de coincidir con el PAN en la ruta que habrá de tomar su campaña– y de la priista Beatriz Paredes Rangel, quien demuestra un desdén por los medios de comunicación y apatía por los eventos públicos masivos en la capital.
Pero lo que ocurre al interior de la campaña del ex procurador capitalino preocupa a propios y extraños, quienes relatan episodios de desencuentros en la agenda, roces entre los personajes e intromisiones absurdas de servidores públicos en funciones que tienen participación activa en el equipo.
La voracidad de los integrantes de las tribus por estar en primera fila, junto al candidato, pese al historial personal de cada uno de ellos enturbia la imagen y termina por asfixiar a Mancera.
SOLDADOS DEL VOTO
El mediodía del jueves 12 de abril, algunos jefes delegacionales y diputados locales desfilaron por la oficina de Plaza de Constitución del nuevo secretario de Gobierno del Distrito Federal, Héctor Serrano Cortés.
Uno por uno se entrevistaron con quien había dejado el cargo de coordinador de acción electoral y promoción del voto en el equipo de Miguel Ángel Mancera para sumarse al gabinete en lugar de José Ángel Ávila, quien renunció en busca de una diputación federal.
Más tarde Serrano Cortés, hombre identificado como operador cercano a Marcelo Ebrard, dejó su oficina en el piso 1 del edificio central del GDF para encabezar una reunión que sacudiría al equipo de Mancera.
Cuentan quienes acudieron que alrededor de las dos de la tarde, Héctor Serrano (ya como secretario de Gobierno pues su nombramiento se dio el 27 de marzo) junto con Joel Ortega Cuevas, Rigoberto Ávila y Agustín Guerrero, presentaron como el encargado de promover el voto a Alfredo Hernández Raigosa, alias “El Camarón”, quien aún no renunciaba a su cargo al frente de la Dirección General de Regularización Territorial (DGRT).
Ahí en una reunión privada en la casa de campaña de Martín Mendalde 1037 de la colonia Del Valle, presentaron a Miguel Ángel Mancera una estructura compuesta por 40 personajes a quienes se les comisionó promover el voto en regiones específicas de la capital a favor de su candidatura.
Uno por uno fueron presentados por sus nombres y en las zonas en las que hará proselitismo a favor de Mancera.
Previo a la presentación de los promotores, el jaloneo interno produjo una diferencia entre los presentes. Había quienes no estaban de acuerdo en que el jefe de Gobierno Marcelo Ebrard apoyara la designación de “El Camarón” como el responsable de promover el voto en el DF.
Otros más se pronunciaron a favor de Agustín Guerrero de la corriente de René Bejarano, para ocupar la vacante que había dejado Serrano Cortés.
Después del jaloneo y presentación, según refieren, Serrano hizo una breve explicación de cómo se dividiría la ciudad en dos grandes regiones a partir de las cuales operarían los 40 promotores al mando de “El Camarón”.
La pregunta clave es, ¿qué artículo del Código Electoral para el Distrito Federal violó Héctor Serrano al acudir a esta reunión siendo ya secretario de Gobierno? ¿De qué sanción se hace merecedor él o en su caso el candidato Mancera?
La Fiscalía Especializada en Delitos Electorales Federales (Fepade) de la PGR, establece en su artículo 407 de Delitos Electorales, tipificados en el Código Penal Federal, que se impondrán de 200 a 400 días de multa y prisión de uno a nueve años al servidor público que proporcione apoyo o preste algún servicio a los partidos políticos o sus candidatos, a través de sus subordinados, usando el tiempo correspondiente de manera ilegal.
En tanto que la Fiscalía Especial para la Atención a los Delitos Electorales (Fepade) de la PGJDF establece por el mismo delito arriba citado, que además de las penas señaladas, se destituirá del cargo y se inhabilitará de 1 a 5 años para desempeñar cualquier cargo, empleo o comisión.
Lo mismo aplica para Alfredo Hernández, quien ese día aún no presentaba su renuncia a la DGRT, misma que oficializó el lunes 15 de abril, tres días después de la reunión en la casa de campaña.