La sequía de los bebederos
Además de la falta de mobiliario y personal docente, las más de 8 mil escuelas de educación básica que tiene la Ciudad de México enfrentan otro problema: escasez de agua potable…
Se trata de un derecho humano al que no todos los niños, jóvenes y adolescentes del Distrito Federal tienen acceso; principalmente en las escuelas de educación preescolar, primaria y secundaria.
Por eso el consumo de refrescos va en aumento, y es, en consecuencia, uno de los principales factores que contribuyen a que México ocupe el segundo lugar en sobrepeso infantil.
Jonathan Villanuevahttps://www.youtube.com/watch?v=sPwHtPveZN8
Además de la falta de mobiliario y personal docente, las más de 8 mil escuelas de educación básica que tiene la Ciudad de México enfrentan otro problema: escasez de agua potable…
Se trata de un derecho humano al que no todos los niños, jóvenes y adolescentes del Distrito Federal tienen acceso; principalmente en las escuelas de educación preescolar, primaria y secundaria.
Por eso el consumo de refrescos va en aumento, y es, en consecuencia, uno de los principales factores que contribuyen a que México ocupe el segundo lugar en sobrepeso infantil.
Y es que hay zonas de las 16 delegaciones territoriales donde, de plano, el líquido solo llega por tandeo.
En otras, el abastecimiento es intermitente, y en la mayoría es de mala calidad.
Por eso el Gobierno del Distrito Federal (GDF) y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) modificaron la Ley de Educación capitalina para garantizar la construcción de bebederos en todos los planteles educativos.
Sin embargo, esta es una tarea titánica para la administración local, pues de poco o nada servirá la nueva infraestructura si no hay forma de garantizar líquido y de buena calidad a todas las escuelas.
Tan claro es el problema que desde hace un año se aprobó la reforma que obliga al GDF a colocar bebederos en los planteles educativos y es la fecha en que todavía no se concretan.
Así lo constató Reporte Indigo en un recorrido por diversos planteles de educación gratuita, en donde el personal directivo y los padres de familia afirmaron que los bebederos en construcción provienen de recursos etiquetados por algunos diputados.
El proyecto
A propuesta del diputado local por Nueva Alianza, Jorge Gaviño, la ALDF aprobó la obligatoriedad de instalar bebederos en todas las escuelas públicas hace un año, el 11 de abril del 2013.
Ocho meses después, el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, y el secretario de Salud, Armando Ahued, anunciaron a los medios de comunicación que este proyecto estaba en marcha.
En el anuncio, las autoridades capitalinas no solo se limitaron a las escuelas, sino que incluyeron todos los edificios de gobierno y lugares de concentración masiva del Distrito Federal.
“Vamos, pues, por bebederos obligatorios con esa propuesta de ley. En este plan se contempla, en primera instancia, la instalación de bebederos en las 74 dependencias capitalinas”, dijo Mancera.
De acuerdo con el secretario de Salud, en los últimos años los capitalinos han elevado de 100 a 300 kilocalorías su ingesta diaria debido al consumo de bebidas endulzantes, como refrescos.
Y en enero de este año, el mandatario capitalino habló públicamente sobre la instalación de bebederos en las escuelas de educación básica, como tarea principal en el combate al sobrepeso.
En la Escuela Primaria de Participación Social de la delegación Iztacalco, inauguró bebederos, argumentando que así contribuyen al bienestar de las niñas y niños de la capital del país.
En su intervención sostuvo que de esta forma se trabaja para reducir las cifras del sobrepeso en los menores, pues según las estadísticas, tres de cada diez niños la padecen.
El decreto de ley contempla, básicamente, reformas a los artículos 4, 33, 119 de la Ley de Educación del DF, y agrega el 144 Bis para hacer obligatoria la habilitación de bebederos.
De acuerdo con la información oficial del Inegi, en la Ciudad de México había, hasta el año 2012, 8 mil 482 escuelas públicas. Y en su mayoría carecen de este tipo de instalaciones.
Al respecto, la diputada local del PRD, Polimnia Romana, sostiene que este proyecto es un reto importante y difícil de cumplir, ya que para la mayoría de los asambleístas no es prioridad destinar recursos para este rubro.
“La razón es sencilla, los niños no votan y por eso a nadie, en la Asamblea, le interesa garantizar que se construyan todos los bebederos que se requieren para dotar de agua potable a los estudiantes”.
Las complicaciones
La escuela luce limpia, al menos, de primera impresión. Recién pintada y con arboles recortados. La diferencia está atrás, donde hay cascajo, donde no hay material para trabajar y mucho menos agua potable.
Es la Escuela Secundaria 261, ubicada en la delegación Álvaro Obregón. Es ahí donde se construye el primer bebedero del plantel, que tendrá cuatro tomas de agua para 620 alumnos.
De acuerdo con la directora Martha Elba Valverde es aceptable la propuesta, pero insuficiente para sus alumnos. En sus quejas está el hecho de que el bebedero se abastecerá del mismo tinaco que tiene años sin lavarse.
“A los padres de familia les preocupa que sus hijos tomen agua de ahí. Que la única diferencia del bebedero esté en un filtro que su vida útil será, cuando mucho, de medio año”.
Esa es la misma queja de las primarias ubicadas en la zona alta de la delegación Álvaro Obregón, Magdalena Contreras e Iztapalapa, donde el problema es mayor, pues su agua llega a través de tandeos.
“Son pipas las que traen el agua y muchas veces de dudosa calidad, entonces no tenemos forma de confiar en los bebederos que aquí se construyen”, agrega la señora Leticia, quien tiene a su hijo en una primaria del oriente de la ciudad.
La queja es recurrente, sobre todo de los profesores y directivos de los planteles, que fuera de entrevista enlistan la serie de deficiencias que hay en sus escuelas y frente al reflector optan por expresarlo a través de los padres de familia.
Mientras tanto, la construcción de bebederos en escuelas avanza, despacio y sin prisas, principalmente en las zonas donde el desabasto del líquido es cosa de todos los días.