[kaltura-widget uiconfid=”39952882″ entryid=”0_39qic34t” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] Los pagos móviles se abren camino en México. El uso de teléfonos inteligentes ha transformado la vida de los consumidores y creado una nueva cultura financiera. El objetivo es claro: limitar el uso de dinero en efectivo.
El mayor aliado en esta revolución digital son los dispositivos móviles conectados a internet. Alrededor del 72.2 por ciento de la población utiliza el teléfono celular en México, esto quiere decir que siete de cada diez personas cuenta con esta clase de dispositivos, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH).
El mismo análisis elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que el número total de usuarios que disponen de un celular inteligente creció de 60.6 millones de personas a 64.7 millones de 2016 a 2017.
Asimismo, se incrementó de 89 por ciento en 2016, a 92 por ciento en 2017 el número de usuarios que se conectan a internet desde estos smartphones.
En este sentido, Baltazar Rodríguez, evangelista tecnológico de IBM México, opina que en el mercado mexicano existen las condiciones ideales para detonar esta tendencia en los servicios financieros digitales, debido a que la población que tiene acceso a teléfonos inteligentes de gama media y alta supera al número de personas que cuenta con una tarjeta bancaria y la cantidad de terminales punto de venta que existen en territorio nacional.
Para el especialista, estos datos llevan a la mesa el debate de cómo apalancar los avances tecnológicos para ofrecer medios de pago con mayor cobertura, sin la necesidad de bancarizar a toda la población.
“La mayor parte de la población que tiene la capacidad de hacer pagos con métodos tradicionales es reducida, por el contrario, tenemos una penetración muy alta de dispositivos móviles en el país, así que una excelente manera de poder fomentar la inclusión financiera es a través de estos mecanismos de pagos móviles”, refiere Rodríguez.
La realidad es que los mexicanos sí muestran interés en la banca electrónica, pese a que su adopción también se enfrenta la barrera de la confianza.
Alrededor de 48 por ciento de los usuarios ingresa a estas plataformas sólo para consultar su saldo, 25 por ciento para realizar pago de servicios y 17 por ciento para la realización de transferencias, de acuerdo con los últimos datos publicados por la consultora The Competitive Intelligence Unit (The CIU).
Juan Pablo D’Antiochia, gerente general de Worldpay para América Latina, considera que los servicios financieros móviles también son una oportunidad para quitar intermediarios en el uso de dinero en efectivo.
Aunque en el país existe una diversidad en la oferta de estos productos, el directivo de la compañía que se encarga de procesar pagos advierte que no todos están orientados para atender a los mismos usuarios, específicamente aquellos que están ligados a una tarjeta de crédito, como Samsung Pay o Apple Pay, que se emplean desde smartphones de gama alta.
Frente a estas opciones que se basan en la interacción de las personas bancarizadas y las aplicaciones de los fabricantes de teléfonos, se ubican los servicios de wallets o carteras digitales que no dependen de una cuenta en cualquier institución financiera y que pueden recargarse en tiendas de conveniencia.
Sin embargo, dentro de esta diversidad de servicios financieros se ubican las aplicaciones nativas de los chips de los celulares que permiten hacer transferencias y recibir dinero al usar como cuenta el número de la línea sin la necesidad de conectarse a una red.
Para D’Antiochia este formato es el que pudiera resultar más exitoso entre los usuarios, además de que es el que permitirá acortar la brecha financiera de forma más eficaz en México, donde se registraron 116.5 millones de líneas de teléfonos móviles al primer trimestre de este año.
“Entre los beneficios de los pagos móviles destaca que permiten la comunicación entre la población bancarizada y la no bancarizada, además de que las transacciones de dinero se realizan en tiempo más corto, es un segmento que va creciendo muy rápido y la tendencia en su desarrollo la marcará la preferencia de los consumidores”, dice.
Efectivo, el rey en la cartera
La tendencia del dinero móvil va en aumento en el país, pero este segmento aún se enfrenta a importantes desafíos. El principal y tal vez el más relevante es que los mexicanos prefieren el uso de efectivo.
Las cifras no mienten. El efectivo es el instrumento de pago más utilizado en México. Hace cinco años, 95 por ciento de la población usaba billetes y monedas físicas en sus gastos personales como transporte, alimentos y despensa, revela el documento ‘Resultados de Estudios Cuantitativos y Cualitativos sobre Efectivo 2017’ del Banco de México (Banxico).
En cuanto a otros medios de pago, alrededor de 8 por ciento de los mexicanos utilizaba tarjeta de débito, 4 por ciento tarjeta de crédito y un porcentaje similar vales de despensa.
En la actualidad, los hábitos de pago de los ciudadanos no han tenido una variación considerable a pesar de los avances tecnológicos, ya que el mismo porcentaje (95) de los usuarios sigue pagando en efectivo, 10 por ciento con débito y 5 por ciento con crédito, según los datos de Banxico
Rolando Alamilla, gerente de Investigación de Mercados en The CIU, comparte que México se está moviendo hacia la tendencia global de pagos móviles, pero, al menos en los próximos años, el efectivo se mantendrá como el rey dentro del bolsillo de los mexicanos.
“El mercado mexicano tiene todo el potencial para alcanzar una fase de plenitud en esta industria que ya está muy bien afianzada en otros países, pero en México aún estamos en una etapa de maduración”, expone el especialista.
Sin embargo, el uso de dinero físico no es el único desafío. México presenta un reto en materia de infraestructura tecnológica para lograr conectividad en todo el territorio nacional.
A nivel nacional, 71.3 millones de usuarios tienen acceso a internet, cifra que equivale al 63.9 por ciento de la población de seis años o más, de acuerdo con datos del Inegi.
Si bien la cifra es alentadora, al analizar la distribución, 86 por ciento de esa cobertura está disponible en áreas urbanas, mientras que el 14 por ciento restante está en zonas rurales.
Javier Matuk, especialista en tecnología, considera que otra limitación para los pagos móviles en México es que su boom va de la mano con la población bancarizada en México, pero ésta aún se encuentra rezagada en contraste con otros países.
“Los mexicanos desconfían de los grandes bancos y conocen poco de las empresas tecnológicas financieras, por lo tanto siguen recurriendo al ahorro informal en tandas o en ‘guardaditos’ con familiares o amigos”, expone Matuk.
El aliado de los pagos móviles
Los teléfonos inteligentes se han convertido en la pieza angular que conecta a los usuarios con los servicios financieros.
Al cierre de junio de 2017, el sector de banca múltiple reportó 13 millones de cuentas que tienen asignado un teléfono celular como medio para realizar transacciones, monto que representa un crecimiento de 43 por ciento anual, según la novena edición del ‘Reporte Nacional de Inclusión Financiera’ (Reporte o RNIF).
Además, la tasa de crecimiento compuesta anual alcanzó 71 por ciento durante el periodo comprendido entre 2013 y 2017.
Aunque las cuentas ligadas a un celular muestran una tendencia al alza, al compararlas con el número de cuentas transaccionales sólo representan 15 por ciento, por lo que el Reporte elaborado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Grupo de Trabajo de Medición del Consejo Nacional de Inclusión Financiera (Conaif) sugiere que aún hay un gran número de usuarios que podrían utilizar este canal para realizar operaciones.
En cuanto al número de instituciones, siete reportan cuentas ligadas a un teléfono celular y el 95 por ciento de ellas pertenecen a dos bancos: Citibanamex y BBVA Bancomer, con 54 y 41 por ciento, respectivamente.
Aunque el dinero en efectivo mantiene un arraigo importante entre los mexicanos, Julián Scopinaro, director de la Unidad de Pagos Móviles de Mercado Pago en México, asegura que la revolución de este sector ya se encuentra presente en el bolsillo de los usuarios.
Millennials, el músculo del sector
El futuro de los pagos móviles recaerá en la generación del Milenio, gracias su gusto por la tecnología y los teléfonos inteligentes.
Sin embargo, Ignacio Bermeo, director general y fundador de la startup mexicana Trato, comparte que para llegar a un máximo nivel de adopción, el sector de los pagos móviles podría necesitar la ayuda de la regulación para que sean cada vez más los espacios de consumo que adopten estos sistemas, pues obligarán de alguna forma a que los consumidores realicen sus compras de forma digital.
“Existen muchos jugadores en el mercado, hay mucha competencia y no existe un acuerdo para establecer cuál de los canales digitales resulta la mejor opción y cuando se decrete cual es el que sobresale, se facilitará la adopción de los servicios financieros móviles entre los consumidores”, expone el director de la proveedora de soluciones de contratos electrónicos.
Los millennials lideran el camino cuando se trata de compras, servicios bancarios y pagos móviles, ya que están dispuestos a usar un banco móvil, según un análisis de Nielsen.
Más de un tercio de los millennials (34 por ciento) dicen que la posibilidad de usar un banco únicamente móvil es alta, comparado con el 14 por ciento de los baby boomers y el 6 por ciento de los encuestados de la generación silenciosa (nacidos entre 1925 y 1945).
Aproximadamente 81 por ciento de los integrantes de esta generación está satisfecho con su servicio de banca móvil, revela el estudio ‘Hábitos de la Banca Electrónica’ de la Asociación de internet.mx
Aunque la generación del Milenio tiene un gran potencial para esta industria, Juan Pablo D’Antiochia, de Worldpay, considera que los usuarios en general serán quienes se encargarán de establecer cuál es la opción que más les conviene, según sus características de velocidad y disponibilidad.
El avance tecnológico y la penetración de teléfonos inteligentes son los estandartes de esta industria. Pero en el camino también se acompañará de la ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, también conocida como Ley Fintech, ya que permitirá regular a la industria de servicios financieros y establecer esquemas innovadores de pagos.
Al respecto, Julián Scopinaro, director de la Unidad de Pagos Móviles de Mercado Pago en México, ve en este marco normativo una oportunidad para impulsar al sector en territorio nacional.
“Siempre es bueno contar con una normativa que sea clara y que establezca las reglas del juego porque eso hace que los competidores se interesen en el mercado. La Ley Fintech contribuirá con el crecimiento de esta industria”.