El director de la Administración Portuaria Integral (API) de Mazatlán, es Alfonso Gil Díaz, quien está en el mismo puesto desde 1994, cuando su hermano Francisco era en Subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda. Entonces el presidente era Carlos Salinas de Gortari.
Más tarde, en el 2000 y hasta el 2006, con la primera presidencia panista de Vicente Fox, Gil Díaz fue secretario de Hacienda, por lo que pudo continuar teniendo una estrecha relación con las aduanas mexicanas, y seguir protegiendo a sus amigos y familares.
En Manzanillo el director de la API era su amigo Luis Roberto Patrón Arregui, cuestionado ya que durante su mandato el chino-mexicano Zhenli Ye Gon ingresó ilegalmente al país 70 toneladas de efedrina desde China, que vendió por más de 315 millones de dólares, según las cifras que la PGR ofreció después de la captura Ye Gon, en 2007.
Pero desde un año antes, a Patrón se le conocía por permitir el contrabando de otros productos ilegales provenientes del gigante asiático.
Patrón incluso fue rechazado por el Senado cuando Agustín Carstens quería designarle la Administración General de Aduanas, en 2006.
“No le entregaremos otra vez las Aduanas al pícaro de Francisco Gil Díaz”, exclamó Manlio Fabio Beltrones, entonces líder del Senado en declaraciones a la prensa.
Después de eso, Patrón Arregui se tuvo que conformar con la administración general de Innovación y Calidad del SAT.
Y es que ha trascendido que Francisco Gil Díaz no solo acomodó a su hermano, sino también a Patrón Arregui, relacionado con ambos hermanos Gil Díaz desde su niñez.
Miguel Badillo, en su columna en el diario virtual “Oficio de Papel” el lunes 18 de diciembre de 2006, cuenta la relación entre los Gil Díaz y Luis Roberto Patrón Arregui.
“Cuando el padre de los Gil Díaz fallece en 1951, la familia Patrón Arregui acogió a Ana María Díaz Perches viuda de Díaz, y desde ahí se hicieron lazos que se trasladaron a la política nacional”.
La relación fue tan cercana que también el primo hermano de Luis Roberto, José Alfredo López Arregui, fue nombrado administrador de la Aduana de Mazatlán.
También el tío de Francisco Gil Díaz, Rodolfo Gil y Gil, y su prima hermana María Cristina Gil del Rincón, de Guadalajara, recibieron patentes aduanales, autorizadas por Gil Díaz, en los 90.
Se cuestionó que las patentes eran ilegales por involucrar de un vínculo consanguíneo, y en segundo porque su prima María Cristina no tiene título profesional, requerido por la Ley General de Aduanas para ser un agente aduanal.
El esposo de su hermana Alicia, Leonicio Fernández Hinojosa, desde 1982 era agente aduanal, y con la influencia de su cuñado creció hasta integrar cuatro empresas de alcance transnacional durante la reforma del sistema aduanero. Un hermano y un hijo de Leonicio también fueron beneficiados por Gil con otras dos patentes.
