La rebatinga por el dinero

La cercanía del 15 de noviembre, fecha límite para la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el 2016, ha puesto en frenesí a la Cámara de Diputados cuyos integrantes intentan hacerse de recursos para canalizarlos a proyectos que ellos consideran necesarios.

La bolsa de 17 mil millones de pesos extra que se consiguieron con las modificaciones a la Ley de Ingresos no irá totalmente al reparto en los fondos discrecionales. Las solicitudes de recursos se cuentan por cientos. Tan solo de los municipios, las comisiones recibieron alrededor de 20 mil proyectos.

Recursos para carreteras, centros culturales, infraestructura deportiva o de servicios, mejoramiento de instalaciones o proyectos de cultura, los estados y municipios han realizado peticiones por alrededor de 250 mil millones de pesos.

Esto es 14 veces más el dinero de la bolsa de 17 mil millones.

Para la asignación de este dinero no hay un protocolo claro y, más bien, las reglas cambian año con año o son distintas dependiendo de quién sea el presidente de la Comisión de Presupuesto.

Este año se pidió a quienes buscan presupuesto para algún proyecto específico requisitos como la descripción del proyecto y las fuentes de financiamiento que se planean.

Muchos de esos proyectos, sin embargo, llegan a San Lázaro sin estudios de factibilidad o sin un análisis serio de la obra, lo que dificulta su realización final. 

La Cámara de Diputados ha recibido miles de peticiones de presupuesto que no están consideradas en el Proyecto enviado por el Ejecutivo.

“En el caso de los 16 mil millones de pesos que dio la Ley de Ingresos los vamos aplicar a este tipo de necesidades que se están planteando, pero vamos a ver hasta dónde nos alcanza la cobija”, advirtió el priista Baltazar Hinojosa, presidente de la Comisión de Presupuesto.

Además de las peticiones de gobiernos municipales y estatales, los diputados de la Comisión de Presupuesto, cada una de las comisiones entrega un análisis sobre los recursos que considera necesarios para su sector.

Solo de peticiones de las comisiones legislativas, se calcula que serían necesarios alrededor de 100 mil millones de pesos más para cubrir las necesidades más apremiantes de los sectores.

 En estas opiniones sobre el proyecto del PEF, los órganos legislativos tratan de conseguir más dinero para el funcionamiento de programas gubernamentales o la construcción de obras que consideran necesarias.

Por ejemplo, la Comisión de Radio y Televisión, presidida por Lía Limón, diputada por el PVEM, pidió ampliaciones presupuestales por 2 mil 800 millones de pesos.

La Comisión de Educación, a cargo de la perredista Hortensia Aragón, pidió 15 mil millones de pesos extra para proyectos relacionados con el área.

Para la Reforma educativa, por ejemplo, se plantea una ampliación de 3 mil millones de pesos; para el Desarrollo Profesional Docente, pidieron mil 500 pesos más; para Escuelas de Tiempo Completo, mil 500 millones.

Una de las comisiones que más recursos pidió fue la de Cultura. Al recibir 3 mil 439 proyectos de gobiernos locales y estatales, pidió 32 mil 163 millones de pesos más para el sector.

En esta Comisión es donde recaen muchas de las peticiones de los municipios para proyectos que puedan llevar centros culturales o proyectos de desarrollo cultural a las comunidades.

Sin embargo, también es uno de los sectores con más posibilidades de etiquetar recursos de forma discrecional.

Proyectos incompletos

La Comisión de Presupuesto se encuentra en frenesí catalogando y estudiando la viabilidad de las peticiones que le han hecho llegar.

Hasta finales de octubre, recibieron la visita de cientos de alcaldes y funcionarios municipales que cargaban pesados proyectos para solicitar que se les apoye.

Sin embargo, no es suficiente la intención de quienes llevaron sus peticiones; muchas de ellas llegaron sin los documentos necesarios, lo que dificulta que se les den recursos.

La premura por recibir recursos del PEF para el próximo año lleva a que alcaldes o funcionarios de municipios entreguen proyectos sin pies ni cabeza.

“A veces no traen todos los documentos que les pedimos, no traen un estudio de factibilidad serio o un análisis de lo que se trata y las implicaciones que va a tener.

“La verdad es que luego, aunque vengan así, como traen buen respaldo, se les perdonan las fallas y ya se trabaja con eso después. Así ha pasado y va a seguir pasando porque no hay un protocolo bien fijo de qué hacer y eso se presta mucho a que salgan los que vienen apoyados, aunque no estén bien justificados”, comentó uno de los asesores de la Comisión de Presupuesto.