La paridad de género no es el final de los esfuerzos legislativos por obtener igualdad para las mujeres

Los congresos en México han apostado por la equidad de género en los puestos de representación popular desde hace algunos años; sin embargo, esto no ha garantizado para las legisladoras participación en la toma de decisiones, por lo que diputadas y organizaciones civiles impulsan nuevas estrategias en favor de la igualdad
Karina Vargas Karina Vargas Publicado el
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La paridad de género en los puestos de gobierno y de representación popular abrió el camino para una mayor participación política de las mujeres en México.

No obstante, especialistas advierten que el siguiente paso es alcanzar la igualdad sustantiva para que el trabajo parlamentario y sus resultados beneficien realmente a todas las mexicanas.

Asimismo, confían en que una base legislativa con perspectiva de género derive en nuevas formas de ejercer la política y la democracia en todos los niveles de gobierno.

En 2018, el Congreso de la Unión quedó conformado de manera paritaria por primera vez en  la historia al contar con el 50.8 por ciento de hombres y 49.2 por ciento de mujeres en la Cámara de Diputados; y con el 51 por ciento de mujeres y 49 por ciento de hombres en el Senado de la República, de acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE).

Para 2021 hubo otro avance: se alcanzó la conformación paritaria absoluta en la Cámara baja, con 250 mujeres y 250 hombres, por lo que, incluso, se acordó denominar a la LXV Legislatura como “de la Paridad, la Inclusión y la Diversidad”.

Esta proporcionalidad fue consecuencia de la reforma constitucional promulgada el 31 de enero de 2014 en la que se legisló el principio de paridad en el ámbito electoral, lo que obligó a los institutos políticos a postular paritariamente sus candidaturas para los congresos federales y estatales.

En ese entonces, había un 37 por ciento de diputadas en el recinto de San Lázaro y un 33 por ciento de legisladoras en el Senado.

Realidad parlamentaria

Aunque hoy en día la mitad de los curules de la Cámara baja son ocupados por mujeres, esto no ha garantizado que las diputadas puedan acceder a cargos con poder real de decisión.

Un balance realizado por el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB) señala que actualmente no hay una sola coordinación parlamentaria encabezada por una mujer.

El presidente de ese organismo es el diputado del Partido Acción Nacional, Santiago Creel Miranda, y el presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura es el priista Ignacio Moreira Valdez.

En tanto, los coordinadores de la Jucopo son Ignacio Mier Velazco (Morena), Jorge Romero Herrera (PAN), Carlos Alberto Puente Salas (PVEM), Alberto Anaya Gutierrez (PT), Jorge Álvarez Máynez (Movimiento Ciudadano) y Luis Ángel Xariel Espinosa (PRD).

“Son esos los espacios más restringidos para ellas. En las comisiones, más mujeres presiden aquellas que, por su jurisdicción temática, tienen menor presencia en la dictaminación de iniciativas y menor presupuesto”, señala el ILSB.

Una revisión al portal digital de la Cámara de Diputados revela que de las 51 comisiones constituidas en el organismo, 27 son presididas por mujeres; es decir, el 53 por ciento.

Sin embargo, gran parte de estas están ligadas con temas sociales, de género, infancias o derechos humanos.

Un ejemplo son las comisiones de Asuntos Migratorios, Atención a Grupos Vulnerables, Bienestar, Cambio Climático y Sostenibilidad, Deporte, Derechos de la Niñez y Adolescencia, Derechos Humanos, Diversidad, Economía Social y Fomento del Cooperativismo, Educación, Igualdad de Género, Juventud, Pueblos Indígenas y Afromexicanos, Seguridad Ciudadana, Vivienda, entre otras; todas ellas presididas por diputadas.

En cambio, los presidentes de las comisiones de Defensa Nacional, Cultura y Cinematografía, Economía, Comercio y Competitividad, Energía, Hacienda y Crédito Público, Infraestructura, Justicia, Marina, Presupuesto y Cuenta Pública, Puntos Constitucionales, Radio y Televisión, Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento, Relaciones Exteriores, Salud, Trabajo y Previsión Social; Transparencia y Anticorrupción; Turismo o de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, son varones.

En el Senado de la República el panorama no es muy distinto: la presidencia de la Mesa Directiva está a cargo del senador Alejandro Armenta Mier y la Junta de Coordinación Política la preside el morenista Ricardo Monreal Ávila; aunque hay cinco coordinadores y cuatro coordinadoras.

Panorama local

El informe “Fuerza Política de las Legisladoras en los Congresos Locales de México” del Instituto Nacional Electoral establece que, a pesar de que las cuotas de género han tenido un impacto considerable en la conformación de los plenos legislativos a nivel federal y local, las legislaturas de México continúan siendo “ampliamente desiguales”, ya que los principales cargos de toma de decisiones parlamentarias son ejercidos mayoritariamente por hombres.

“Si el poder de decisión de un congreso se encuentra repartido equitativamente, hombres y mujeres deberían tener un Índice de Fuerza Política de las Legisladoras (IFLP) de 50 por ciento cada uno. Sin embargo, el promedio de fuerza legislativa de las diputadas locales en México es de 37 por ciento”, menciona el documento.

Además, especifica que al 2021, las legislaturas con el IFLP más alto eran las de Oaxaca, Zacatecas, Michoacán, Jalisco y Coahuila; en contraste, los congresos de la Ciudad de México, Morelos, Tabasco, Durango y Tamaulipas registraron un IFLP menor.

‘Ellas inciden’

La Secretaría General de la Cámara de Diputados, a través de la Unidad para la Igualdad de Género y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB), presentaron en 2022 la estrategia Ellas inciden, con la que buscan impulsar la igualdad sustantiva en los trabajos parlamentarios, así como incidir en las “agendas no tradicionales e innovar en otras formas prácticas de hacer política”, según informaron los organismos en un comunicado conjunto.

A un año del anuncio, el 15 de marzo pasado inició el Seminario de Formación en el que se busca la participación de las legisladoras de todos los grupos parlamentarios con el fin de fortalecer sus herramientas, capacidades políticas y alianzas.

Eugenia Likar, subdirectora del ILSB, dice a Reporte Índigo que, aunque celebran las reformas que reconocen como derecho constitucional el principio de paridad, con la representatividad no se alcanza necesariamente el objetivo de la igualdad sustantiva -acceso al mismo trato y oportunidades para el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales-.

Aunque las reformas que reconocen como derecho constitucional el principio de paridad son un avance importante, con la representatividad no se alcanza necesariamente el objetivo. Foto: Especial
Aunque las reformas que reconocen como derecho constitucional el principio de paridad son un avance importante, con la representatividad no se alcanza necesariamente el objetivo. Foto: Especial

“Con esta estrategia buscamos fortalecer la práctica legislativa de las diputadas federales para, una vez que ya están en los puestos de representación, puedan participar sustantivamente en todo el circuito legislativo y parlamentario.

“Tiene que ver con la formación, pero también con propiciar espacios de articulación para que las diputadas avancen en acciones políticas innovadoras, es decir, transformar las maneras tradicionales de hacer política y derribar las estructuras de poder”, comenta.

Likar explica que la paridad es importante, pero es el comienzo, no el fin, al subrayar la relevancia de dar a conocer que los puestos de representación también se enfrentan a brechas en los ámbitos legislativos porque “son profundamente patriarcales, con una cierta estructura y reglas del juego”.

“Pensar en más mujeres feministas legislando tiene que ver con innovación política, con la democracia y con su fortalecimiento, con nuevas formas de hacer política desde adentro para reconfigurar estos espacios”, añade.

Voces parlamentarias

En el marco del inicio de actividades de la estrategia Ellas Inciden, tras doce meses de preparación, legisladoras reconocen que en el tema de la violencia de género en la Cámara de Diputados se ha avanzado poco, pues prevalece la discriminación y el machismo.

Jessica Ortega de la Cruz, diputada de Movimiento Ciudadano, explica en entrevista que se tiene contemplado la realización de una serie de acciones como parte del programa que incluyen el Foro Regional de Buenas Prácticas, en octubre, y un Laboratorio de Ideas Parlamentarias.

“Todos los partidos políticos tenemos interés de impulsar a las mujeres a través de las capacitaciones y en la Cámara de Diputados tenemos que impulsar iniciativas con perspectiva de género. No se ha resuelto el problema de la violencia de género y por eso este es un tema muy interesante.

“Qué bueno que lo están impulsando, me parece que es fundamental, porque de repente escuchamos posicionamientos de algunas compañeras diputadas que se dicen feministas y que están en contra de lo que realmente se busca: ser solidarias, independientemente de la ideología política”, afirma.

Diputadas de la LXV Legislatura opinan sobre la iniciativa implementada por la Secretaría General de la Cámara de Diputados y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir para combatir la violencia de género. Foto: Especial
Diputadas de la LXV Legislatura opinan sobre la iniciativa implementada por la Secretaría General de la Cámara de Diputados y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir para combatir la violencia de género. Foto: Especial

La diputada perredista Elizabeth Pérez asegura que, a un año de que se anunció dicho proyecto, aún falta mucho por hacer.

“Reconozco todos los esfuerzos de la secretaria de la Cámara de Diputados, Graciela Báez, de sacar este proyecto. En lo particular, creo que hemos avanzado poco como legislatura, es parte de la incidencia de esta Cámara y de este país”, expresa.

Lo anterior al señalar que el problema de la violencia de género no se ha resuelto ni se va a resolver en México porque en cada una de las instancias nacionales, incluida la Cámara baja, se sigue viendo a los temas de género como un “asunto de mujeres”, cuando es algo que involucra a toda la sociedad.

“Cuando asumamos que la responsabilidad es de todas y de todos, entonces las condiciones van a ser distintas.

“Aquí podemos resolver todas las iniciativas, los dictámenes y las minutas y podemos tener todos los proyectos como el de Ellas Inciden, que no es malo, al contrario, ayuda a visibilizar el hecho de que  las mujeres estemos tomando espacios de poder, pero no se resuelve de fondo el problema porque no se ve reflejado en la vida cotidiana de las mujeres afuera de estas cuatro paredes”, manifiesta.

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