La paradoja de la pobreza en México, un país con menos pobres pero con más carencias en el sistema de salud y educativo

El periodo de recuperación económica luego de la pandemia, la política progresiva en materia salarial y las transferencias monetarias de programas sociales figuran como los factores responsables de dinamizar la economía mexicana
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador afirma que la estrategia de su gobierno ha funcionado y el número de pobres se ha reducido de forma histórica, millones de personas en México siguen sin tener acceso a educación y salud.

Si bien la última medición de la pobreza multidimensional elaborada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) apunta a que  8.9 millones de mexicanos dejaron el umbral de la pobreza de 2020 a 2022, el estudio también señala que el rezago educativo afecta a 19.4 por ciento de la población y 39.1 por ciento de los mexicanos tienen dificultades para acceder a servicios médicos.

La deserción escolar provocada por la migración al modelo educativo a distancia y la modificación del sistema de salud nacional que aún no termina de consolidarse, ambos ampliamente influenciados por la pandemia, son responsables de la afectación en esos servicios considerados como derechos sociales, explica Nabor Cruz, Secretario Ejecutivo de CONEVAL, en entrevista con Reporte Índigo.

El aumento de 24.4 a 25.1 millones de personas que presentan problemas para la asistencia escolar y la conformación de la educación obligatoria refleja el complejo escenario en el país, donde 435 mil personas de tres a 29 años dejaron de educarse en el momento más complicado de la emergencia sanitaria por COVID-19, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En el caso del acceso a los servicios de salud, hay 50.4 millones de personas que tienen dificultades para acceder a estos, lo que significa un aumento de 14.7 millones respecto a la edición anterior de la medición de la pobreza.

Este último dato, coinciden analistas de CONEVAL, demuestra la dificultad derivada de transitar de un sistema de salud establecido en anteriores administraciones, al que propone la actual administración, lo que mantiene en estado de incertidumbre al sector.

“Estos resultados son un espejo de México en cuestión de derechos sociales, ya que podemos identificar cómo a pesar de que hay una recuperación del ingreso, que se explica en el marco de la recuperación económica posterior al punto más álgido de la pandemia, tenemos una permanencia notable de las carencias sociales, lo que da cuenta de la magnitud de la deuda social del Estado mexicano”, apunta Claudia Maldonado, investigadora académica del consejo.

La educación y la salud son dos de los seis ejes de análisis para determinar las carencias sociales que conforman el concepto de pobreza multidimensional.

Aunque actualmente el país muestra retrocesos en estos dos rubros, la medición del consejo sobre carencias sociales también expone que el acceso a la seguridad social, la calidad y espacios de la vivienda, los servicios básicos y el acceso a la alimentación nutritiva y de calidad registran avances.

Reducción histórica

La medición de la pobreza multidimensional también reporta lo que en palabras del Gobierno de México es el avance más pronunciado durante las últimas décadas, ya que de 2020 a 2022, 8.9 millones de mexicanos dejaron el umbral de la pobreza.

El periodo de recuperación económica luego de la pandemia, la política progresiva en materia salarial y las transferencias monetarias de programas sociales figuran como los factores responsables de dinamizar la economía mexicana a tal grado que exista un reflejo en la disminución de las carencias económicas en el país, según los analistas del consejo.

Sin embargo, a futuro existe la incertidumbre sobre una continuidad de la buena racha en el combate a la pobreza al no contar con otro período de reapertura económica, por lo cual, el secretario ejecutivo de CONEVAL, enfatiza sobre la necesidad de un mayor desarrollo del empleo formal, con lo cual podría existir la continuidad de una incidencia positiva vía ingresos y reducción de carencias sociales.

“Por un lado, existe la recuperación del ingreso de las personas, también hay un mayor acceso a la alimentación y un mayor porcentaje de la población de 65 años o más con acceso a seguridad social, pero hay al mismo tiempo retos persistentes en la población en pobreza extrema, una mayor proporción de personas sin acceso a servicios de salud y un alto porcentaje de personas ocupadas sin acceso a la seguridad social”, reflexiona Guillermo Cejudo, investigador académico del consejo.

Transferencias: ayuda, no solución

A pesar de la relevancia que muestran las transferencias monetarias de programas sociales en el combate a la pobreza, su alcance se acota a ser un mecanismo de apoyo, pues no puede fungir como toda la estrategia, advierten expertos.

Gracias al apoyo económico que reciben millones de personas en México vía transferencias económicas, 2.7 por ciento de la población ha salido de la pobreza y 1.8 por ciento de la condición de pobreza extrema, expone la medición de la pobreza multidimensional 2022 elaborada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

Por lo tanto, la relevancia de los programas sociales como instrumento redistributivo del ingreso no puede ser la única acción a ejecutar para combatir las carencias económicas que aquejan a casi 47 millones de personas en el país, explica John Scott, investigador académico del CONEVAL.

“Las transferencias no son la única solución al problema de la pobreza, ya que el componente principal del ingreso de los hogares es el laboral, pero sí pueden generar un efecto importante para los grupos más pobres, ya que para ellos las transferencias representan una proporción más alta de su ingreso”.

A pesar de la existencia de 11 mil 914 programas y acciones de desarrollo social en el país entre el orden municipal, estatal y federal, de acuerdo al Inventario Nacional de Programas y Acciones para el Desarrollo Social, actualmente no se encuentran articulados para generar un sistema integral de protección social, lo que implicaría un gasto más eficiente por parte del Estado y una atención puntual a cada uno de los segmentos de la población.

Por otro lado, Nabor Cruz, titular del CONEVAL, señala que el mejor apoyo que pueden tener las transferencias económicas por programas sociales es un mercado laboral formal consolidado, con empleos bien remunerados y que ofrezcan seguridad social, ya que una persona con condiciones laborales dignas será una persona que no requerirá de un apoyo.

¿Futuro pobre?

La población infantil y adolescente del país se ve particularmente afectada por la pobreza.

Suele decirse que el futuro de una nación está entre sus jóvenes, pero la mayoría de ellos se enfrentan a las desventajas económicas y estructuras de la desigualdad.

Casi la mitad de la niñez y adolescencia del país se encuentra en condición de pobreza.

En específico, 48.1 por ciento de la población de cinco años o menos enfrenta esta realidad, 47 por ciento de las infancias de seis a 11 años se ven afectadas por las carencias económicas y 43 de cada 100 adolescentes viven en un entorno adverso por diversas carencias, expone el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

En México la pobreza se hereda y se perpetúa; ya que siete de cada 10 personas que nacen en los estratos más bajos, nunca logran salir de ahí. Foto: Especial
En México la pobreza se hereda y se perpetúa; ya que siete de cada 10 personas que nacen en los estratos más bajos, nunca logran salir de ahí. Foto: Especial

Por lo tanto, queda claro que la pobreza en México se hereda y se perpetúa; ya que siete de cada 10 personas que nacen en los estratos más bajos, nunca logran salir de ahí, de acuerdo al Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

En opinión de Rogelio Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, actualmente no existe un panorama positivo para la juventud mexicana, ya que parten de un escenario adverso y esas desventajas sociales y económicas marcarán su vida adulta.

“La pobreza durante la niñez y la juventud lo que hace es acumular desventajas para la vida adulta, crea un círculo vicioso donde al tener mayor desnutrición, menor desempeño educativo y más deserción escolar temprana, llegan con diversas barreras a la vida adulta, lo que muchas veces les impide incorporarse al mercado laboral”, explica Hermosillo.

Por su parte, Emilia Ramírez, directora de estrategia de jóvenes oportunidad en YouthBuild México, dice que como resultado de las carencias que se viven desde los primeros años y de las pocas oportunidades laborales para mejorar sus condiciones económicas y sociales, la juventud está optando por rechazar los empleos, lo que a la larga puede resultar en un incremento de la pobreza.

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