El próximo 1 de diciembre, Andrés Manuel López Obrador se convertirá en el próximo presidente de México y tendrá una mayoría inédita en el Congreso, en comparación con sus antecesores, lo que hace necesaria la existencia de una oposición para que haya una verdadera democracia, explican analistas políticos.
De acuerdo con los cómputos distritales del Instituto Nacional Electoral, por diputaciones desginadas por mayoría de votos, la coalición Morena-PT-Encuentro Social obtuvo 210 curules, contra 63 de la alianza PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, y 13 del bloque PRI-PVEM-Nueva Alianza.
Además, Morena en solitario consiguió otras 8 diputaciones, el PAN 5, y el PRI una.
En el Senado el panorama es muy parecido, debido a que el bloque liderado por Morena consiguió 30 escaños.
Por su parte, la alianza PANPRD-MC obtuvo 22 senadurías; mientras que la coalición del PRIPVEM-NA solo se quedó con 12.
La semana pasada se anunció que Ricardo Monreal será el senador que coordinará la bancada morenista. Mientras que para el grupo parlamentario panista en el Senado suenan nombres como el de Rafael Moreno Valle, exgobernador de Puebla; Damián Zepeda, presidente nacional del blanquiazul.
Para el PRD podría perfilarse Juan Zepeda, excandidato al gobierno del Estado de México; mientras que para Movimiento Ciudadano, Dante Delgado y Patricia Mercado serían los que lideren la bancada en la Cámara alta.
En el PRI se espera que sean personajes como Jorge Carlos Ramírez Marín, quien fue presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; o Miguel Ángel Osorio Chong, exsecretario de Gobernación en el sexenio peñista.
“Las oposiciones tienen un incentivo único que es el de la rivalidad para vigilar lo que los gobiernos hacen”, explica Nicolás Loza, profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Por el escaso número de curules y escaños que tendrá la representación antagónica en la próxima legislatura, llegará debilitada y será casi testimonial ante la victoria electoral de Morena, lo que abre un nuevo panorama que no existía antes del 1 de julio, con desafíos que tampoco estaban contemplados.
“Morena está en una posición de mayoría absoluta en ambas cámaras, cuenta con 19 congresos en los estados que es más de la cifra mágica que se necesita para reformar la Constitución y necesita de muy pocos legisladores”, señala el doctor en Ciencias Sociales.
Loza explica que en una situación como esta es necesario que la oposición tenga un papel vigilante y que no sea solamente partidaria ni legislativa, sino también incluye a los grupos de la sociedad civil que tienen intereses particulares, los cuales no sólo tienen derecho legítimo a la acción y a la opinión, sino a estar atentos a lo que presente el nuevo gobierno.
Para el especialista, el verdadero desafío será si en términos testimoniales se logra articular una oposición inteligente que exprese sus puntos de vista con fundamentos y no sólo a partir de sus prejuicios y aversiones, lo cual no será nada fácil, ya que no se ha tenido esa experiencia de oposición donde el presidente tenga mayoría en el Congreso.
El papel del contrapeso
Para Ulises Corona, académico de la UNAM, la figura de la oposición es fundamental porque representa el contrapeso y ésta debe de ser responsable, objetiva, honesta y original, es decir, no simulada como la que ha existido en México con los partidos satélites como el Partido del Trabajo (PT) o el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM).
“Ahora que Andrés Manuel López Obrador llega al ejercicio de poder, su tipo de gobierno deberá de contrastar con quienes jugarán la función de contrapeso, ¿quienes van a ser esa oposición? Por naturaleza las oposiciones son las minorías, me refiero al PAN y al PRI fundamentalmente, al PRD no lo considero como oposición, porque de alguna manera tiene la misma formación”, dice.
Otra de las características que debe de tener esta figura antagónica es que debe de ser muy propositiva y de no existir se estaría más cerca de una tiranía que de una democracia, dice el profesor. El papel que desempeña la oposición es sumamente relevante y para que ésta sea fuerte y real, los legisladores deben de estar muy preparados para poder hacer un frente y no dejarse apabullar por la mayoría, explica el politólogo.
Corona señala que difícilmente los partidos que se perfilan como oposición podrán representar realmente este papel por el poco número de curules que ocuparán en el Congreso, ya que en México no se está acostumbrado a tener debates de altura o discusiones para hacer frente a la mayoría, y muchos de los legisladores no están preparados para ello.
“Yo veo una triste oposición no solamente en su preparación sino en el ánimo con los mexicanos, voy a poner un ejemplo, el papel que deja el presidente de la República y su partido de corrupción, de impunidad, de desprestigio, no les permite jugar o ser una oposición, porque todo lo que digan ellos va a estar dañado por esta imagen que les antecede, por ello veo con mucha preocupación que podrán jugar como legisladores”, señala Corona.
El consuelo que le queda, dice el profesor de la Máxima Casa de Estudios, es que el grupo gobernante tenga sensatez, ya que sabe lo que es el haber sido minoría.