La mira electoral está en la Cámara de Diputados

Mantener la mayoría en San Lázaro es fundamental para Morena y sus aliados, de lo contrario sería muy complicado para el presidente poder cumplir con sus planes de la Cuarta Transformación
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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Uno de los principales focos de atención durante la jornada electoral del próximo domingo será el Palacio de San Lázaro y la nueva conformación de la Cámara de Diputados federal.

Mientras Morena y sus aliados le apuestan por seguir conservando la mayoría que les permita realizar cambios constitucionales para cimentar la Cuarta Transformación, los partidos de oposición, el empresariado y los inversores extranjeros buscan acabar con la aplanadora guinda.

Con una mayoría del 66 por ciento fue como Morena y sus aliados lograron aprobar en “fast track” reformas estructurales pese a las críticas del empresariado, la falta de análisis, la nula consideración a la opinión de especialistas y ante los intentos de contención de los partidos de la opción.

Durante este año y pese a la pandemia de COVID-19, los legisladores de Morena lograron aprobar tres polémicas reformas que cambian el juego para la iniciativa privada.

El 23 de febrero, el pleno de la Cámara de Diputados dio el visto bueno, gracias a los votos de Morena y sus aliados, a la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, con la cual se le da prioridad a la energía producida por la Comisión Federal de Electricidad sobre la de la iniciativa privada.

La polémica legislación ha ocasionado una lluvia de recursos legales y amparos incluso de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) por afectar la libre competencia y concurrencia en el sector energético, además de generar un impacto negativo al medio ambiente por dejar en un segundo plano a las energías limpias.

Menos de dos meses después, el 13 de abril, la Cámara baja, otra vez con el voto guinda y sus aliados, consiguió las reformas que regularían, en el sector privado y en el sector público federal, el outsourcing.

Estos cambios pusieron en jaque al sector empresarial, que en un tiempo récord tuvo que modificar la manera en la que contratan a sus empleados.

Por último, el pasado 14 de abril, el pleno aprobó la Reforma de Hidrocarburos, al igual que en la de la industria eléctrica, se le otorga a Pemex mayor control.

Hace dos semanas dos jueces federales suspendieron de manera indefinida y con efectos generales los principales apartados de la reforma por considerarla inconstitucional.

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