La mancha de la UDEG
La camada de nuevos políticos en el poder tiene un pasado en común.
Una formación política los vincula desde hace 25 años a la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Institución que los forjó y pulió desde la política estudiantil y que les enseñó cómo negociar y operar en el sistema político actual.
En un contexto donde el PRI fue oposición y los grupos estudiantiles de la UdeG se dividieron.
Son priistas que tuvieron que negociar con panistas en el poder, o que rompieron completamente con su partido.
Paloma Robles
La camada de nuevos políticos en el poder tiene un pasado en común.
Una formación política los vincula desde hace 25 años a la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Institución que los forjó y pulió desde la política estudiantil y que les enseñó cómo negociar y operar en el sistema político actual.
En un contexto donde el PRI fue oposición y los grupos estudiantiles de la UdeG se dividieron.
Son priistas que tuvieron que negociar con panistas en el poder, o que rompieron completamente con su partido.
Estos personajes no le temen a las alianzas que a veces van contra los intereses partidistas.
Y todos comparten una formación, un contexto estudiantil, una generación.
Las preparatorias 5 y 7 de la UdeG están íntimamente ligadas al proyecto político de esta generación.
Y es que los egresados de esos bachilleratos –a principios de los años 90- hoy se encuentran en posiciones claves del gobierno.
También en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) de Jalisco, el Instituto de Transparencia e Información Pública de Jalisco (ITEI); en los gobiernos municipales y próximamente en el gobierno de Jalisco.
La lealtad a las grandes instituciones no es bandera de esta generación.
Los políticos que dirigirán el destino de Jalisco no son como los de antes. Los nuevos hacen y deshacen compromisos sin que apremie el rigor de un partido.
Y es que utilizan la política de manera pragmática, sin ideologías; de este modo han llegado a donde están y no parece que la fórmula vaya a cambiar en los próximos años de gobierno.
A finales de los años 80 y principio de los 90 las rupturas y fracasos de las grandes instituciones y partidos políticos marcaron a esta generación.
Los acontecimientos políticos del estado, como la caída del PRI en el año 1995 y la entrada a la era del Partido Acción Nacional, también dieron un giro a este grupo de políticos y funcionarios.
De lado del tricolor, muchos de los jóvenes se refugiaron en la política estudiantil de la recién creada Federación de Estudiantes Universitarios (FEU).
Por su parte en el PAN, los espacios políticos se diversificaron y hubo lugar para una generación emergente de panistas.
Enquistados en las instituciones, algunos aprendieron a resistir, otros a acomodarse.
Todos con un objetivo común: llegar al poder y mantenerse.
Por su edad no sorprendería que estos jóvenes funcionarios pretendan permanecer en el poder un par de décadas más.
UdeG, laboratorio de política
En las preparatorias de la UdeG los estudiantes aprenden a hacer política, así lo afirma Juan Manuel Jurado Parres, director fundador de la Preparatoria 5, la cual ha dirigido por más de 23 años.
Jurado Parres ha visto egresar a la mayor parte de las generaciones de este bachillerato, entre ellas, la de los políticos y funcionarios que están en el poder.
El mejor laboratorio para practicar la política es la universidad pública, en este caso los bachilleratos de la UdeG, ya que se aprovecha la estructura de poder real de la institución.
Los valores de estas prepas públicas se promueven en ejercicios de elección popular, representatividad comunitaria y democracia.
Además de incentivar las manifestaciones públicas por objetivos sociales.
Jurado Parres recuerda a sus ex alumnos -hoy políticos y funcionarios- como líderes que aprendieron a hacer política desde la preparatoria y presume la formación que se les dio en la institución que dirige:
“Yo un líder estudiantil de preparatoria se lo juego a muchos de los señores que han llegado a la política desde otro orden y que de política saben muy poquito”, refiriéndose a la capacidad que tienen los estudiantes formados en la UdeG en comparación con los de otras instituciones educativas.
Otras de las virtudes para el ejercicio público que practican en la UdeG es aglutinar, buscar consensos, conocer las reglas explícitas, pero también aprender las implícitas que siempre se dan en la política real.
El académico asegura que todos los jóvenes que egresaron de esta prepa y que hoy están en grandes puestos fueron muy cercanos entre ellos desde la adolescencia, lo cual ha ayudado a que hoy sepan negociar.
“Tienen el concepto de grupo, son compañeros que se reconocen y se agrupan y desde entonces van caminando con objetivos claros”, afirma.
‘La eterna mancha’
“La Mancha”, como se autodenominan, es un grupo de amigos que se conoció en su época universitaria hace más de 20 años.
Muchos de ellos hoy son funcionarios y políticos aparentemente con ideologías y prácticas de gobierno distintas.
Sin embargo si hay algo que ha quedado claro en la reciente gestión de estos personajes es que su forma de hacer gobierno no siempre es a favor de la democracia.
Generalmente negocian a cualquier precio el llegar y mantener el poder.
Actores relevantes en la democracia jalisciense como Enrique Alfaro presidente de Alianza Ciudadana, o Tomás Figueroa, presidente del IEPC, son algunos de los fundadores de este grupo.
La forma de operar se ha dado paulatinamente y ayudándose unos a otros. Este grupo ha favorecido a sus integrantes, dándose empleos entre sí, recomendándose para distintos puestos en instituciones y espacios públicos, y haciéndose favores políticos.
Este camada mantiene un vínculo afectivo y de complicidad que traspasa la frontera de las formas institucionales. Uno de los ejemplos de este tipo de relaciones que no mide los límites entre lo personal y lo público fue en el 2011.
Enrique Alfaro, entonces alcalde de Tlajomulco, hizo un viaje presuntamente laboral, pero que escondía una finalidad bastante cuestionable: iba a buscar al cantautor Silvio Rodríguez.
Y para este fin fue acompañado por dos miembros del IEPC, y también fans de Rodríguez, el consejero presidente Tomás Figueroa y el también consejero Víctor Hugo Bernal.
De hecho, el IEPC es otro lugar marcado por este grupo: Tomás Figueroa ha permitido y promovido la entrada al instituto a varios de sus amigos provenientes de La Mancha, sin importar su talento o habilidad para el desempeño de distintos puestos.
Por mencionar a algunos, Víctor Hugo Bernal, consejero; Isaac Preciado, asesor de presidencia; Álvaro Munguía, también asesor de presidencia; Moisés Pérez, director editorial; Carlos Alberto Silva Moreno, jefe de Capacitación y Educación Cívica, y José de Jesús Gómez Valle, director de Comunicación Social.
Otros políticos o funcionarios relacionados a este grupo son: Juan Luis González, asesor de Héctor Robles, presidente municipal de Zapopan; Hugo Luna, líder de Movimiento Ciudadano en Jalisco y Clemente Castañeda diputado de Movimiento Ciudadano.
En el PRI, cazafortunas
A finales de los años 80, la permanencia en el poder universitario de Raúl Padilla dividió a la comunidad estudiantil del momento.
Algunos optaron por la disidencia, otros prefirieron mantenerse en el cobijo institucional de lado de la entonces recién creada FEU. Fue el caso de la mayoría de los jóvenes priistas provenientes de la Prepa 7 a inicios de los 90, entre ellos el hoy gobernador electo, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
La política estudiantil de ese bachillerato aglutinó a personajes como Juan Alcalá Dueñas, hoy consejero electoral; Rodolfo Guadalajara, director de egresos del municipio tapatío; Pedro de Alba, secretario de Desarrollo Social de Guadalajara, y Ricardo Villanueva, brazo derecho de Sandoval Díaz.
No se les puede considerar como un grupo sólido, solo mantuvieron afinidades políticas, muy ligadas al PRI y a la FEU y eso tuvo efectos en sus carreras.
Sandoval Díaz, Alcalá Dueñas, junto con Héctor Pizano, Francisco Ayón y Enrique Alfaro, participaron en las brigadas de juventudes priistas en 1995 durante la Campaña de Eugenio Ruiz Orozco.
Tras la derrota, se anticipó la descomposición del PRI. La formación de cuadros políticos quedó al margen de las necesidades de dicho partido.
Los priistas de vieja guardia optaron por negociar con los que entonces gobernaban: los panistas.
Los jóvenes priistas se replegaron a donde pudieron; Sandoval Díaz, por ejemplo, se mantuvo al interior de la universidad en puestos directivos del área jurídica.
En el año 2000, el PRI parecía volver a la gubernatura de la mano de Jorge Arana Arana, no obstante, tras una segunda derrota, la generación de jóvenes priistas no logró figurar en la repartición del poder.
Aguardaron al año 2006, parecía entonces que Aristóteles Sandoval tendría posibilidades, pero el grupo Universidad postuló a Leobardo Alcalá Padilla. Por segunda ocasión la generación emergente se mantenía al margen.
En este momento viene la ruptura de Enrique Alfaro con el PRI y se une a las filas del PRD para apoyar en Jalisco a Andres Mánuel López Obrador.
Fue hasta el año 2009 cuando “el nuevo PRI” aparece como opción real. El tricolor recuperó las alcaldías de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), en su mayoría, salvo por el caso de Tonalá, con perfiles jóvenes.
Hoy, el grupo de la Prepa 7 que apenas raya los 40 años se prepara para llegar a la gubernatura.
En el PAN, los privilegiados
La llegada del PAN al poder le abrió las puertas a una nueva generación de políticos jóvenes panistas. Una generación privilegiada que desde muy temprana edad se acostumbró a puestos de alto nivel en diputaciones y secretarías.
De menos de 42 años edad, se trata de un grupo favorecido de panistas que coincidieron más allá de las aulas.
La mayoría de ellos estudiaron en colegios y universidades privadas a diferencia de sus homólogos de otros partidos.
Nombres como Eduardo Rosales, Gustavo González, Hernán Cortés, José María Martínez, Jorge Salinas, destacan como una generación que crecieron al amparo del ex gobernador Francisco Ramírez Acuña.
Entonces el PAN ya no solo gobernaba desde el Ejecutivo sino en todas las alcaldías de la Zona Metropolitana.
Jorge Salinas, por ejemplo, de ocuparse de la comunicación social en el gobierno de Ramírez Acuña brincó al Congreso del Estado, y fungió como presidente de la Comisión de Hacienda; de la mano del secretario general Alfredo Argüelles Basave (de la misma generación), se apoderaron del control del Legislativo.
El propio Argüelles Basave se mantuvo más de seis años en el Congreso como secretario general y luego diputado local.
Otro caso similar es el de José María Martínez, uno de los pocos que se salvó de la última debacle del PAN en 2012 y hoy se sostiene como senador plurinominal del Acción Nacional. Él fue diputado y regidor por su partido.
Eduardo Rosales, como secretario de Promoción Económica con Ramírez Acuña, fue presidente estatal del PAN y tras la derrota del 2009 terminó depuesto por la militancia panista.
Rodolfo Ocampo, titular del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) –también de la misma generación- terminó su gestión en medio de una serie de escándalos por el monumental desfalco de mil 200 millones de pesos que fueron mal utilizados en su administración.
Hay panistas que cursaron la preparatoria en la UdeG y posteriormente se fueron a colegios privados.
Miguel Ángel Monraz, el actual presidente del Acción Nacional, estudió en la misma prepa que el gobernador electo Aristóteles Sandoval Díaz en la Prepa 7.
Ha sido diputado federal y dos veces diputado local en la 56 y 59 legislaturas.
Hernán Cortez, ex alcalde de Tlaquepaque y hoy diputado local también estuvo en la Prepa 7 en la misma generación de Monraz y Sandoval Díaz.
En la Prepa 5, en la misma generación, estuvo el ex diputado federal Gustavo González Hernández, quien desde 1995 se inició en la política desde la Secretaría General de Gobierno.