La interferencia mexicana

El gobierno cubano reveló declaraciones tomadas a cuatro mexicanos a quienes deportó a raíz de que confesaron que el objetivo de su visita en marzo fue incitar a protestas durante la visita del papa Benedicto XVI.

Andrea Rodríguez Andrea Rodríguez Publicado el
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El gobierno cubano reveló declaraciones tomadas a cuatro mexicanos a quienes deportó a raíz de que confesaron que el objetivo de su visita en marzo fue incitar a protestas durante la visita del papa Benedicto XVI.

La televisión estatal transmitió por la noche un video con los comentarios de los mexicanos que, según se informó, habían sido “reclutados” por grupos anticastristas de Miami y un colaborador del Partido de Acción Nacional (PAN), de México, para venir a la nación caribeña con la intención de distribuir material “subversivo” y entregar equipo de cómputo y comunicación a disidentes.

Los hombres fueron identificados como Luis Antonio Nequis, Moisés Torres, Bruno Aguilera y Refugio Castellanos, y su detención se produjo entre el 17 y 24 de marzo.

Según Granma, Cuba sigue siendo atacada con planes subversivos desde el extranjero como el de estos cuatro mexicanos que, una vez detenidos, reconocieron “haber sido pagados, entrenados e instruidos por Orlando Gutiérrez Boronat, del Directorio Democrático Cubano, de Miami, para llevar a cabo esa operación de abastecimiento y propaganda” y por un René Bolio Halloran ex senador suplente del PAN.

Las autoridades ofrecieron en el video pocos y confusos detalles de la operación, y no quedaron claros los vínculos entre los involucrados, la forma en la cual fueron reclutados, ni por qué se difundió esta situación cuatro meses después de suceder. Otros cuatro mexicanos aparentemente lograron salir sin ser detectados.

Benedicto XVI visitó Cuba entre el 26 y 28 de marzo procedente de México.

“El chiste era pasar desapercibidos, ser como un turista más y de esa manera no provocar escándalo, no llamar la atención de la seguridad y entonces hacer el trabajo sigilosamente y que quedara clandestino”, expresó Castellanos. “Y de alguna manera hacer quedar mal la imagen del gobierno” cubano, agregó.

Otros de los involucrados declararon traer volantes contrarrevolucionarios para tirar en las calles, computadoras portátiles, unidades de memoria y celulares, y documentos para disidentes. 

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