La inmovilidad del tricolor

A tres meses de una de las peores derrotas electorales del Partido Revolucionario Institucional, en su interior no se observa un proceso de reflexión para modificar las prácticas que lo llevaron a la debacle aún cuando se cerca la renovación de su dirigencia nacional
Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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Tres meses después del fatídico 1 de julio para el PRI, el tricolor continúa en una inexplicable inmovilidad. Diversos sectores acusan la falta de un verdadero proceso de reflexión interna en el partido para entender las causas que los llevaron a la debacle electoral y sobre todo para encarar los retos inmediatos para su supervivencia.

A unos meses de que se inicie el proceso electoral 2018-2019 (habrá elecciones en 5 entidades) y de cara a la renovación el próximo año en la dirigencia nacional, la cúpula partidista no ha dado luz sobre la forma en que llevará a cabo sus procesos internos, postergando de esta manera decisiones fundamentales para el corto y mediano plazo

Conforme van creciendo las voces críticas al interior del tricolor, también van aumentando las intrigas, una lucha en las sombras por el control del partido que no ha hecho más que iniciar y que podría subir su tono mientras se acerquen los plazos fatales para el priismo.

Esta semana inició con la propagación de una noticia que señalaba que dos de los principales críticos a la actual dirigencia, Ulises Ruiz y César Augusto Santiago formarían un nuevo partido político, una versión que ambos desmintieron y que atribuyeron al fuego amigo, como un intento por desprestigiar los movimientos que encabezan.

Las peticiones de los opositores a la dirigencia actual van en el mismo sentido: la apertura de las decisiones del partido a las bases, recuperar a la militancia mediante su participación directa y terminar con el control del grupo que señalan, hoy tiene secuestrado al partido.

“Al presidente y su grupo, llámese Osorio Chong, llámese René Juárez, llámese Claudia Ruiz Massieu, llámese Enrique Ochoa, a ellos no les pasó la elección, ellos tienen secuestrado al PRI, ellos tienen secuestradas las candidaturas plurinominales, ellos están al frente de las coordinaciones y por su forma de actuar parece que ganamos o a lo mejor ganaron ellos”
Ulises RuizExgobernador de Oaxaca

César Augusto Santiago, exdirigente nacional del PRI y líder del grupo priista Alternativa, denuncia que la cúpula ya está completamente separada de la militancia, un rompimiento que se terminó de consumar en el pasado proceso electoral, donde las bases fueron ignoradas y se privilegió la imposición por acuerdos entre los grupos de poder. Los resultados, señala, se reflejaron en las urnas, pero lo grave es que el partido no ha aprendido la lección.

“La cúpula ya se separó de la militancia desde hace mucho tiempo. El hecho de poner a Enrique Ochoa de presidente del partido no me digas. Yo creo que no conocía cuando llegó al partido a cinco militantes fuera de sus padrinos que lo llevaron al partido. No lo conocía nadie del PRI en ningún lado. Eso es evidentemente un divorcio con la gente, con la militancia del PRI, con la gente que hemos estado en el PRI 50 años.

“Desde que pasó el fatídico 1 de julio, todo mundo esperaba que el PRI hiciera un replanteamiento de su razón de ser. Por qué la gente va a estar con el PRI, y mira cuánto tiempo ha pasado y sigue en lo mismo”
César Augusto SantiagoExdirigente nacional del PRI

Asignatura pendiente

El lunes, el grupo Democracia Interna envíó una carta a la presidenta del CEN priista Claudia Ruiz Massieu en donde exigían que, de cara a las elecciones de 2019 y la renovación de los comités directivos estatales, se abra un proceso de consulta directa a militantes y simpatizantes para que de ahí surjan las candidaturas.

También demandaron que en febrero de 2019 se emita la convocatoria para la renovación de la dirigencia nacional, con plazos que permitan el registro de aspirantes y reglas claras, y la designación de una Comisión imparcial para conducir el proceso electivo. Todo ello en aras de ‘democratizar al partido’, una asignatura pendiente que en caso de ignorarse podría llevar a la institución a una nueva debacle.

En las elecciones de 2019 se elegirán 142 cargos, entre ellas la gubernatura de Baja California y 25 diputaciones en esa entidad. También habrá comicios en Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas. Las voces críticas exigen que la cúpula priista tome acciones inmediatas para enfrentar este proceso, preocupados por la falta de respuesta, y temerosos que se repitan los errores de los últimos años.

La corriente Democracia Interna pidió al CEN priista que los candidatos a la próxima dirigencia sean definidos por militantes y simpatizantes

“Lo que estamos viendo son muy malos mensajes de apertura, muy malos mensajes de que van a seguir con lo mismo si los dejamos, y nosotros estamos en contra de esas prácticas.

“Nosotros vamos a ir por la democratización del partido, es una asignatura que me parece es la única salida que tiene el PRI para poder regresar y recuperar los espacios que hemos perdido. La militancia está harta de las imposiciones, sea de quien sea, sean del presidente de la República, de los gobernadores, de los sectores o del propio Comité Ejecutivo Nacional”, recalca Ulises Ruiz.

En cuanto al proceso de elección de la nueva dirigencia nacional, el exmandatario de Oaxaca asegura que debe ser dirigida por una comisión plural e imparcial, para evitar la tentación de nuevas imposiciones al interior del partido. Además señala que la primera tarea del nuevo dirigente será llamar a la Asamblea Nacional para reconstruir al PRI.

“Desde nuestra perspectiva Claudia (Ruiz Massieu) no tiene la legitimidad para conducir el proceso. Necesitamos una comisión que garantice la imparcialidad, reglas claras y estrictas de la participación; y que este nuevo dirigente que se elija convoque a Asamblea Nacional que es donde vamos a revisar al PRI, se va a refundar el partido en todo lo que se tenga que revisar”, apunta.

Para César Augusto es imprescindible que la actual dirigencia no solamente abra a la militancia al proceso de reflexión sobre los resultados electorales del partido, sino que se involucre a las bases de manera integral en las decisiones internas, o de lo contrario se corre el riesgo de que el PRI continúe y ahonde su crisis.

“Vamos a la democracia interna, qué problema hay, escojan al Presidente del partido en una consulta abierta, por qué no, por qué negarle ese derecho a la gente. Si no se ponen las pilas yo veo un escenario muy difícil para el PRI”, advierte Augusto Santiago.

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