La inmobiliaria universitaria
El mega proyecto de infraestructura de la UdeG que busca alojar desarrollos privados inmobiliarios, comerciales y hoteleros, aun bajo el nombre de Centro Cultural Universitario, ha sido fondeado con mil 850 mdp de origen público, de acuerdo con reportes del fideicomiso que lo está ejecutando; de esos, 329.5 mdp fueron tomados directamente del erario universitario.
Luis Herrerahttps://www.youtube.com/watch?v=Nmi0YQc21Uo
El mega proyecto de infraestructura de la UdeG que busca alojar desarrollos privados inmobiliarios, comerciales y hoteleros, aun bajo el nombre de Centro Cultural Universitario, ha sido fondeado con mil 850 mdp de origen público, de acuerdo con reportes del fideicomiso que lo está ejecutando; de esos, 329.5 mdp fueron tomados directamente del erario universitario.
La UdeG seguirá dirigiendo centenas de millones de pesos más del erario a su mega obra, pues aún tiene proyectos por ejecutar por más de 800 millones de pesos, todo mientras deja fuera de sus aulas a más de 27 mil jóvenes a los que no pudo dar cabida en sus carreras.
El próximo año el Conjunto de Artes Escénicas de la mega obra, con una sala de ópera para mil 800 personas, será financiada con deuda por 135 mdp, mientras la conclusión de obras sustanciales como un nuevo centro universitario en Tonalá, que daría cabida a 15 mil estudiantes más, se deja para después.
Llueva o truene, con crisis o sin ella, en los ingresos presupuestarios nada detiene la marcha del mega proyecto de la Universidad de Guadalajara (UdeG) del Centro Cultural Universitario (CCU), busca alojar y explotar inversiones privadas en hotelería, vivienda y oficinas para corporativos.
Las críticas por el hecho de que una universidad pública distraiga sus recursos en un proyecto que favorecerá a intereses comerciales, no hacen mella en la UdeG que ha dirigido ya al CCU casi mil 850 millones de pesos del erario, según informes obtenidos por Reporte Indigo.
Dentro del CCU se han edificado el auditorio Telmex y la Biblioteca Juan José Arreola, pero en ese complejo que detona y urbaniza con recursos públicos, se desarrollan zonas comerciales, residenciales y hoteleras.
Según la descripción que hace de su “proyecto más ambicioso”, las zonas comerciales tendrán: Librerías, tiendas de diseño, restaurantes, cafeterías, gimnasio, tiendas departamentales y de novedades tecnológicas, bares, tiendas de souvenirs y autoservicio, juguetería, ciudad infantil y un cine con 20 salas de las que solo cuatro serán culturales.
El área residencial ofrecerá 750 departamentos tipo loft de 90 a 200 metros cuadrados con estacionamiento propio y “espacios que elevarán la calidad de vida”; y 150 más con servicio de geriatría, comercio para los retirados y un hospital.
La zona de oficinas “albergará desde profesionistas independientes hasta grandes corporativos. Pisos completos de 600 metros cuadrados divisibles, con acceso directo, elevador y estacionamiento propio”.
A todo esto se sumarán tres hoteles, uno de convenciones con 220 cuartos; un “aparta-hotel” con 120 más, que “impulsará el turismo cultural en la región”, y un tercero boutique con 80 cuartos que “alojará a los protagonistas de los grandes eventos”.
Para el financiamiento del CCU, la UdeG creó un fideicomiso que concentra y dispone a discreción de los fondos de la mega obra, presidido por el ex rector de la UdeG, Raúl Padilla López, cuyo grupo hegemónico controla a la institución y, por supuesto, su presupuesto.
Los depósitos que ha recibido ese fideicomiso desde 2001 sumaron mil 848 millones 423 mil 730 pesos de origen público al 2014, todos dirigidos al desarrollo del CCU en Zapopan, en un terreno de 173 hectáreas.
El pozo sin fondo en que se ha convertido el financiamiento de la mega obra de la UdeG está lejos de llegar a su fin, aún hay proyectos por ejecutar por más de 800 millones de pesos, previstos también para ser fondeados con recursos de los contribuyentes.
Del presupuesto propio de la UdeG fueron tomados 329 millones 527 mil 153 pesos para hacer realidad el proyecto que impulsa el ex rector Padilla López, quien ase con firmeza las riendas de la institución; el resto de los mil 850 millones lo ha obtenido de distintos gobiernos.
Incluso, el complejo de cine fue pensado como una sede ex profeso para su Festival Internacional de Cine, otra de las iniciativas de la UdeG que preside el ex rector, junto a la Feria Internacional del Libro.
El uso de todo este recurso público dirigido por la UdeG al CCU, debe contrastarse con los 27 mil 504 jóvenes que en 2015 intentaron ingresar a sus carreras, pero fueron rechazados debido simplemente a que no hubo cabida para ellos.
De los 45 mil 87 jóvenes que aspiraron a un lugar, solo aceptó al 38.99 por ciento: 17 mil 583.
Ópera antes que matrícula
Aunque el diseño, ejecución y fondeo del CCU se han llevado sin un proceso de deliberación pública sobre su conveniencia o beneficios, y sin rendición de cuentas, en 2016 su financiamiento continuará aun a costa de aumentar la deuda de Jalisco.
En el crédito autorizado en octubre al gobernador, Aristóteles Sandoval Díaz, por 3 mil 800 millones de pesos, se incluyó una partida para el CCU y su conjunto de artes escénicas por 135 millones de pesos (mdp).
Es sintomático de la realidad política local y del gran peso de Padilla López, que el gobernador acepte incluir en el crédito 135 millones para su CCU, pero apenas 40 mdp para un nuevo centro universitario en Tonalá que podría atender a 15 mil jóvenes más.
El gobernador, el grupo que domina a la UdeG y los diputados decidieron priorizar el fondeo del conjunto de artes con su sala de ópera con mil 800 butacas, antes que financiar la terminación de instalaciones indispensables para la labor educativa universitaria.
Ese conjunto de artes escénicas del CCU, para el que el gobernador se endeuda (su gestión superará los 19 mil mdp de deuda; inició con 14 mil mdp), tendrá:
Sala de conciertos ópera y ballet para mil 800 personas. “Será un espacio reservado para la presentación entre otras de ópera, ballet, orquestas sinfónicas, ensambles, solistas y grupos de jazz”.
Teatro de las artes para 900 personas. “Diseñado en estilo italiano, de concepto polivalente, con tramoyas e iluminación más especializada, para espectáculos de teatro y danza, además podrá ser utilizado para presentaciones de grupos musicales”.
Teatro estudio para 400 personas: “Estudio consagrado a la experimentación en artes escénicas. Su mobiliario será adaptable y su equipamiento permitirá las adecuadas representaciones y conciertos”.
Sala de música de cámara para 400 personas y anfiteatro para 500 espectadores.
La determinación de Sandoval Díaz por apoyar la iniciativa de Padilla López fue manifiesta desde sus días como alcalde de Guadalajara, en 2010, cuando le entregó 10 mdp a su fideicomiso, la única aportación que le ha hecho ese municipio.
Un monstruo insaciable
Los recursos públicos seguirán alimentando por un buen tiempo más las fauces de ese gran monstruo en que se ha convertido el CCU, la mega obra de la UdeG donde los intereses públicos y comerciales se diluyen hasta volverse indistinguibles unos de otros.
Aunque la UdeG ha dirigido ya a ese fideicomiso casi mil 850 mdp desde su creación, tan solo el Museo de Ciencias Ambientales que alojará requiere de otros 800 mdp para su ejecución.
Esta respuesta fue obtenida en julio pasado a través de un recurso de revisión, dada la reticencia de la UdeG a transparentar su costo:
“El monto total de la inversión necesaria para poner en servicio el Museo de Ciencias Ambientales es de 795 mdp, y falta por definir aspectos financieros en el rubro de equipamiento”.
“La inversión para el Museo será el resultado de la gestión institucional de recursos públicos ante el Gobierno federal y el Estado de Jalisco, así como del trabajo de procuración de fondos a través de organismos sociales y empresariales”.
Son pocas las obras en Jalisco que rivalicen con una magna inversión de 800 mdp como la que quiere la UdeG para su museo. El Puente Atirantado, la última obra icónica de la ciudad, costó 500 millones de pesos.
A esto habrá que sumar lo que vaya a costar el Conjunto de Artes Visuales y Exhibición, Cine Galería y Centro Galero, para 4 mil visitantes diarios, 20 salas y sede del Festival de Cine, hasta julio carecía de un valor estimado.
Y el propio Conjunto de Artes Escénicas aún en obra, cuando alcanzó una inversión de 198 millones 279 mil 291 pesos apenas había avanzado un 25 por ciento, lo que significa que una vez concluido podría rondar también los 800 millones de pesos.
Todo este gasto dispuesto por la UdeG se da pese a que Jalisco está por debajo de media tabla en cobertura de educación superior: Ocupa la posición 19 del grupo de edad de 18 a 22 años matriculados, “con una atención del 29.4 por ciento para el ciclo 2013-2014”, según el Plan de Desarrollo del Centro Universitario de Tonalá.
Uno de los últimos de estos centros edificados, el de Ciencias Sociales, pudo abrir en 2014 apenas una primera etapa con 114 mdp, pero requiere 700 más; por el fideicomiso han pasado fondos suficientes para haber terminado ese y otro igual.
Autonomía sin rendición de cuentas
El desarrollo del CCU se ha estado financiando netamente con recursos públicos pero el manejo de esos casi mil 850 MDP, y la gestión de los proyectos, se lleva sin rendir cuentas, y sin ningún portal que transparente su información.
El 6 de diciembre el Gobierno del DF realizaba una consulta para valorar la conveniencia del proyecto del Corredor Chapultepec, nada así ha sido planteado jamás para el CCU de una UdeG tan autónoma del Ejecutivo como del escrutinio público y la rendición de cuentas.
Tan solo el Gobierno federal ha depositado ya 725.2 MDP al fideicomiso del ex rector Padilla López, y el de Jalisco otros 618.6 MDP. Zapopan sumó 165 MDP y Guadalajara otra decena.
Resultado de la ascendencia política del grupo del ex rector, un factótum con representantes en curules del Legislativo federal y local, en los ayuntamientos, y hasta entre los opinadores de los diarios locales.
El investigador de la UdeG, Román Munguía, crítico del predominio de una sola visión al frente de la institución, ha dicho sobre el CCU:
“No tiene una finalidad estricta y eminentemente cultural, sino más bien empresarial, con toda una perspectiva de lucro y esto no debe ser así, muchos nos oponemos a que se manejen este tipo de proyectos bajo un enfoque eminentemente empresarial, como si fuera cualquier empresa capitalista”.
“En este centro cultural vemos que hay hotelería, centros comerciales, esto no es un centro cultural ¿qué es lo que hay detrás? La búsqueda de intereses económicos, de ganancias”.
La hegemonía del ex rector Padilla López sobre la UdeG se ha normalizado en Jalisco, poco se discute y se cuestiona, y no hay a la vista ninguna reforma para democratizar su interior.
Y finaliza: “Hay una canalización de recursos a actividades dizque culturales que, en realidad, las vemos como negocios privados del ex rector Padilla, que es realmente quien está manejando la UdeG como si fuese el dueño, lo cual es una aberración, un absurdo absoluto”.
Fideicomiso en disputa
Solo ha existido un instante en el que el fideicomiso del CCU dejó de estar en las manos del exrector, Padilla López, y ese fue el 26 de agosto de 2008, cuando el entonces rector, Carlos Briseño Torres, lo despojó de su presidencia.
Briseño Torres había hecho lo impensable: expulsar a Padilla López del poderoso brazo financiero de la mega obra, pero las consecuencias serian inmediatas:
Tres días después, el 29 de agosto, el Consejo General Universitario, órgano supuestamente plural, removió a Briseño Torres de la Rectoría, para retornar así todo a la “normalidad”.
El día que Briseño Torres retiró a Padilla López del fideicomiso, así como de la presidencia del Corporativo de Empresas Universitarias, dijo palabras que no han perdido su vigencia:
“Nuestra función es educar a los jóvenes, es formar profesionistas, cuántas preparatorias y cuántos centros universitarios se podrían construir con lo que Raúl Padilla ha invertido de recursos del contribuyente en obras faraónicas”.
“Cuántos alumnos podríamos haber admitido en la UdeG de los miles de rechazados, si no nos hubiésemos plegado incondicionalmente en su momento a proyectos de esa naturaleza. Habrá que rendir cuentas ante la sociedad”.
Convocaba a la comunidad “a que derroquemos a esta dictadura política en la UdeG”, y decía: “Es tiempo de despertar, es tiempo de entregarle de nueva cuenta la universidad al pueblo de Jalisco. El único propietario no es Raúl Padilla y su séquito”.
Aquel día el rector en funciones aceptó que se “conformó un poder caciquil por encima de la institución”, y decía sobre Padilla López: “No me opongo a que hagan negocios, pero que los hagan con su dinero, no con el dinero del pueblo”.
“Por los miles de jóvenes que semestre tras semestre se quedan frustrados en su intento por ingresar a la UdeG, porque el presupuesto se va a la farándula y a los negocios, porque se invierte en actividades no prioritarias.”
El 19 de noviembre de 2009 Briseño Torres se quitaría la vida con un balazo en la sien derecha.