La independencia de Cuenca de Burgos

La Cuenca Burgos ayudaría a no depender de las importaciones de gas natural de Estados Unidos, sin embargo, Nuevo León se vería afectado por el fracking
Jesús Padilla Jesús Padilla Publicado el
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La Cuenca Burgos ayudaría a no depender de las importaciones de gas natural de Estados Unidos. De acuerdo con el Atlas Geológico de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), ésta se ubica al Noreste de México, entre los estados de Tamaulipas y Nuevo León.

La entidad neoleonesa fue la más afectada por el apagón del 15 de febrero. El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Nuevo León, Oscar Martínez Treviño, reveló que, según un sondeo, 96 por ciento expresó haber tenido afectaciones por la falta de luz y 68 por ciento con el personal de trabajo.

Debido a la disminución del suministro de gas por parte de Texas a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Cámara de la Industria de la Transformación (Caintra) dijo que en sólo dos días de inactividad el sector acumuló más de 7 mil 200 millones de pesos en pérdidas de producción.

En ese contexto y ante el anuncio de la CFE de recortes de energía en diferentes sectores de la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM), el Clúster Energético de Nuevo León sugirió que México debe reactivar la explotación en la Cuenca de Burgos.

“Se reduce el volver a caer en apagones como el que sucedió recientemente, por la falta del insumo con el que la Comisión Federal de Electricidad genera la energía”, consideró el presidente César Cadena.

La Cuenca Burgos cubre una superficie de 73 mil 800 kilómetros cuadrados. La cantidad de gas natural que tiene le daría la capacidad de abastecer a gran parte del país pero el proyecto de extracción fue cancelado por el Gobierno federal.

El candidato por Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Nuevo León, Samuel García, aseguró que en vez de la importación de gas desde Texas, el combustible para las plantas generadoras de energía se puede extraer de Nuevo León.

“Lo peor es que ese gas que se produce en Texas, aquí está en Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, es la misma cuenca. Pero este Gobierno centralista y monopolizador no permite a los estados salir adelante, estamos todos amarrados como con las vacunas”, dijo el pasado 16 de febrero García.

La Cuenca de Burgos podría ser una solución para lograr la independencia energética en México. Su extensión es de 650 kilómetros de largo, desde Piedras Negras en el Norte hasta la costa en el Sur.

Esta región cuenta con reservas por 393 billones de pies cúbicos de gas de lutita (gas shale) y 6.3 millones de barriles de crudo no convencional, según un estudio de la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés).

Incluso, forma parte de la continuación del yacimiento Eagle Ford de Texas, que extrae el gas shale para la producción de energía y es catalogado entre los nueve mayores campos de explotación de hidrocarburos en el mundo.

En 2013 comenzó la perforación de la tierra para extraer gas en los pozos Tangram-1 y Nerita-1, ubicados en el municipio de Los Ramones, en Nuevo León. Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó el fracking.

La amenaza del fracking en Cuenca Burgos

Para extraer gas de la Cuenca Burgos, se tendrían que utilizar grandes cantidades de agua con una mezcla de químicos, lo que podría contaminar los mantos acuíferos en la zona.

La exploración y extracción de gas shale de la Cuenca de Burgos en Nuevo León, a través de la fractura hidráulica en el subsuelo, método conocido como fracking, puede representar una apuesta riesgosa para lograr la independencia energética en México.

En 2017, organizaciones no gubernamentales, encabezadas por la activista Liliana Flores, pidieron al al órgano legislativo del Estado presentar una iniciativa ante el Congreso de la Unión para prohibir el fracking en la entidad.

En la entrega del documento, los activistas señalaron que el fracking sólo generaría impactos al agua, el medio ambiente y la agricultura en los municipios del Norte de este estado.

“Otro riesgo son nuestras aguas subterráneas, es decir, los acuíferos o los pozos con título de asignación otorgados por la Conagua y las aguas superficiales como ríos y presas; cualquiera de ellas puede ser incluida, además, el agua del mar”, dijo el biólogo Antonio Hernández Ramírez.

También han señalado que los reportes sísmicos en Nuevo León, que comenzaron desde 2013, son a consecuencia de la fractura hidráulica, a pesar de que este estado siempre ha sido un territorio semidesértico, nunca una zona sísmica.

“Los ambientalistas han ubicado ocho sitios de fracking, mismos que empezaron a experimentar en el año 2013, donde casualmente la incidencia de sismos aumentó en número e intensidad”, explicó María Teresa Garza, integrante del Movimiento en Defensa de la Madre Tierra y la Vida.

Las actividades más recientes ocurrieron en octubre y noviembre del año pasado, donde se reportaron sismos de 3.6 y 3.9 grados.

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