De acuerdo con el Director Regional del Departamento de Derecho en la Ciudad de México en Tecnológico de Monterrey y especialista en ciencias políticas, José Pablo Abreu, la intención del presidente López Obrador de desaparecer o absorber los órganos autónomos es regresar a la época en la que el poder estaba centralizado en el Ejecutivo federal, por lo que se perderían décadas de avances democráticos.
“Antes el Estado tenía una estructura mínima para ordenar la convivencia. Ese reduccionismo fue generando desigualdades, evitando que la sociedad pudiera ejercer sus derechos de la misma manera.
“Con la Segunda Guerra Mundial se le comienza a pedir al Estado que intervenga más en la vida de la ciudadanía para garantizar derechos de corte social, por lo que fue creciendo la estructura estatal de manera exagerada. En México con la Revolución, un solo partido político llegó a concentrar muchas competencias, lo que generó corrupción e ineficiencia en los servicios públicos”, argumenta.
En la década de los 90, con la apertura democrática, dice el especialista, se comenzó a exigir la descentralización del poder para ciudadanizar varios de los aspectos que tenía concentrado el Ejecutivo, como la organización de las elecciones y la defensoría de los Derechos Humanos.
“Se buscó descentralizar el poder para ciudadanizar varios aspectos y para despolitizar algunas actividades que requerían un carácter técnico y no político en su ejecución, como por ejemplo, con el Banco de México, la Cofece y el IFT”, agrega.
Pasaron casi treinta años y los órganos autónomos se fueron fortaleciendo hasta que la actual administración comenzó la embestida en contra de ellos.
“Es un atentado muy importante en contra de los órganos autónomos lo que estamos viendo en aras del discurso de la austeridad”, acusa.
Abreu además explica que con la desaparición y absorción de los autónomos sus labores no necesariamente serán más eficientes, rápidas o baratas, como argumenta el Gobierno federal.
“Desmantelar estructuras gubernamentales podría generar ciertos ahorros, pero lo que habría que hacer es un estudiodiagnóstico para conocer si estos ahorros justifican la pérdida de beneficios y si una secretaría puede llevar de buena manera las actividades que hoy realizan estos órganos constitucionales, descentralizados y desconcentrados, o si más bien generará embudos que harán más lento el actuar estatal y quien se verá afectada es la sociedad”
Finalmente, el especialista cree poco probable, por la conformación del Congreso, que Morena y sus aliados aprueben las reformas necesarias para desaparecer a los órganos autónomos constitucionales, pero advierte que seguro el Gobierno federal seguirá asfixiándolos con recortes presupuestales y falta de nombramientos.
