Las manifestaciones y la toma del Capitolio por parte de los simpatizantes del presidente Donald Trump dejan en claro que existen grupos de norteamericanos que no confían en las instituciones del país, mientras que para la comunidad internacional es una prueba para la democracia de Estados Unidos.
Algunas voces han manifestado su preocupación ante el retraso en la ceremonia de toma de protesta del político demócrata, que está programada para el próximo 20 de enero.
Anoche, al cierre de la edición, los congresistas se mantenían en la sesión para avalar el resultado de la elección presidencial.
El doctor Juan Carlos Barrón, secretario académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), declara que hay condiciones para validar la elección, no obstante se tendría que dar seguimiento a la acción colectiva que se registró en el Capitolio para saber si se verá una organización más elaborada.
El desafío demócrata de Estados Unidos
La polarización que se ha generado en Estados Unidos con la elección presidencial del año pasado y el desconocimiento hacia las instituciones por parte de los seguidores de Donald Trump son parte de la herencia que recibirá la administración que está por llegar a la Casa Blanca.
Si bien el presidente electo emitió un mensaje enérgico con un llamado a la unidad, la polarización de la ciudadanía ha sido una constante, por lo que una vez que se instale en la Casa Blanca, deberá enfocar su Gobierno para hacer efectivo su mensaje de gobernar para todos.
Para los analistas consultados por Reporte Índigo, con estos actos de insurrección no está en peligro la democracia estadounidense, aunque sí es un ataque a las instituciones democráticas y esto podría generar cambios en la política interna de ese país ante el sentido de falta de representatividad de algunos grupos de la sociedad, principalmente aquellos que más identificados se sienten con el empresario neoyorquino y que más se oponen a que los demócratas vuelvan a tomar el control del país.
“Esto lo que nos deja en claro es que Joe Biden sí tiene un problema muy grande a cuestas porque parece que Estados Unidos está cada vez más dividido, y la parte que perdió la elección no está dispuesta a conceder la victoria. Esa falta de legitimidad va a ser muy importante”, considera el analista político Juan Pablo Galicia.
Trump del futuro
¿El trumpismo llegó para quedarse? Esa es la pregunta que ha resonado después del caos generado por seguidores del presidente Donald Trump en el Capitolio para evitar que legisladores dieran su aval a la elección presidencial.
El mandatario republicano mantiene la Presidencia en la mira en y, aunque no ganó la elección de noviembre de 2020, ha logrado que algunos de sus seguidores validen su discurso respecto a que ha sido víctima de un fraude electoral, con lo que buscaría mantenerse en pie para llegar a la contienda electoral de 2024.
Sin embargo, está en vilo el respaldo que el Partido Republicano podría darle al empresario neoyorquino después de que algunos legisladores se desmarcaran de los hechos ocurridos en Washington y que fueron clasificados por algunos analistas como la antesala de un golpe de Estado.
Bernardino Esparza, especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, considera que Trump ha creado un discurso que ha generado mucha división entre la población, pese a que sus alegatos para invalidar la elección no han sido aceptados por las Cortes Supremas en los estados, con lo que deja claro que no entiende la función del Estado de Derecho.
“El capital político que ahora surgió lo va a ir perdiendo en los próximos años porque pierde el Poder Ejecutivo y su imagen. Ahora tendrá que atender sus asuntos personales y quizá no tendrá tiempo para insistir en una candidatura para los próximos cuatro años”, puntualizó Esparza.
Respuesta ciudadana
El llamado a defender los votos que Trump alcanzó provocó que los seguidores del Presidente se enfrentaran a integrantes del movimiento #BlackLiveMatters tras lo ocurrido en Washington.
Con esto, el 6 de enero es un día negro para la historia de la democracia estadounidense y legisladores lo dejaron claro al reiniciar la sesión para ratificar los resultados de la elección.
Senadores aprovecharon el estrado para calificar como “actos terroristas” las acciones de los partidarios de Donald Trump.
“El trumpismo como un culto político radical ha tomado un camino desde la ilegalidad y eso es muy preocupante y peligroso, no podemos saber qué alcance pueda tener, pero por ahora queda claro que se ha cruzado una línea”, comenta Juan Carlos Barrón, secretario académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sin embargo, para el analista político Juan Pablo Galicia, los manifestantes han planteado que hay un descontento que podrían seguir mostrando en las calles durante la toma de posesión de Joe Biden y a lo largo de su administración, lo que puede ser aprovechado por Donald Trump para mantenerse vigente en la vida política de su país.