A un año de que comience la contienda oficial por la Presidencia de la República, el Movimiento Regeneración Nacional ya destapó a sus cuatro principales contendientes para relevar a Andrés Manuel López Obrador.
Todos cuentan con plataformas de peso que les permiten mantener relevancia en el debate nacional y desde donde se buscarán posicionar para lograr la tan ansiada candidatura en 2024.
En las últimas semanas, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, comenzó lo que se interpretó como su pre-precampaña, declarando que el país está listo para tener su primera mujer en Presidencia, emprendió una gira exprés por el territorio nacional en un fin de semana e inicia el segundo tramo de su mandato arropada por las otras cinco gobernadoras emanadas de Morena.
Previo a esto, el actual mandamás del Senado de la República, Ricardo Monreal, también había hecho patente, su deseo de ser candidato presidencial argumentando que al norte de la República ya le toca un Presidente de la República.
Además se dijo confiado en poder superar a Sheinbaum y al canciller Marcelo Ebrard cuando llegue el momento de la definición en la contienda interna de Morena.
Con la proyección como secretario de Relaciones Exteriores, Ebrard también se ha destapado hasta en tres ocasiones. Confirmando que trabaja con su equipo de colaboradores para participar en la contienda interna, pero también rechazando declinar por cualquier otro aspirante.
El más reciente as bajo la manga de AMLO es Adán Augusto López, quien no solo cuenta con la posición de ser secretario de Gobernación, sino con la confianza del primer mandatario, quien públicamente lo llama su “hermano”.
Además, fue el propio Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, quien lo señaló como presidenciable apenas días después de pedir a los demás aspirantes que respeten los tiempos electorales.
En entrevista con Reporte Índigo, la doctora Ivonne Acuña Murillo, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, comenta sobre los perfiles de los cuatro punteros para obtener la segunda candidatura presidencial en la historia del hoy partido oficial, destacando que, como ha referido el primer mandatario, “actualmente nos encontramos en el terreno de muchos inéditos”.
Uno por uno, menciona que Sheinbaum suma méritos con su administración de la pandemia y atención a la ciudadanía, si bien tiene la desventaja de no ser una política de “colmillo retorcido” como sus contendientes.
De Ebrard dice que ha destacado por el posicionamiento de México en el extranjero y la gestión de vacunas, mientras que reconoce que Monreal ha sido el operador político de las reformas y Adán Augusto López tuvo su reciente paso por la gubernatura de Tabasco.
Aunque Delgado Carrillo pidió mesura a los aspirantes para mantener la unidad del partido, fue el mismo López Obrador quien dio el banderazo de salida para la contienda extemporánea al anunciar su listado de presidenciables apenas concluyeron las elecciones de junio pasado, el cual también incluyó en su momento a las secretarias Tatiana Clouthier y Rocío Nahle y a los embajadores Juan Ramón de la Fuente y Esteban Moctezuma.
Respecto a esto, Acuña considera que este tipo de adelantos se han vuelto costumbre desde Vicente Fox, quien inició una campaña mediática al margen de Acción Nacional que, a pesar del proceso interno, no tuvo más que darle su candidatura en el 2000. Caso similar al de Felipe Calderón, quien fue destapado como el presidenciable de 2006 desde 2004 por la cúpula del panismo jalisciense que lideraba Francisco Ramírez Acuña.
La académica de la Universidad Iberoamericana recuerda que la hoy diputada federal Margarita Zavala intentó hacer lo mismo, posiblemente asesorada por Calderón Hinojosa, a mediados del sexenio de Enrique Peña Nieto, pero se enfrentó con Ricardo Anaya, a la postre el abanderado panista de 2018 y quien, nuevamente, busca la candidatura para 2024, como confirmó antes de las elecciones intermedias de este año.
Acuña concluye diciendo que, al iniciar el proceso sucesorio, López Obrador también precipitó las contiendas internas en las fuerzas de oposición, lo que ha abierto la puerta a más conflictos entre ellos mismos.