La fallida estrategia

El 31 de diciembre es el plazo para que salga el equipo que acompañó a Fernando Macías Cué en su paso por la coordinación general de Comunicación Social.

Mientras tanto, la cara visible que convoca y atiende a los medios en los eventos es Ella Grajeda, la directora de información.

Así fue el acuerdo que se pactó entre el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, y su exvocero, quien desde el pasado viernes soltó las riendas en materia de comunicación social.

Icela Lagunas Icela Lagunas Publicado el
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En estos días, la cara visible que convoca y atiende a los medios en los eventos del GDF es Ella Grajeda, directora de información
"Modelo de coordinación institucional para todas las dependencias del GDF, para lograr mejor posicionamiento y mejor arranque en la imagen de las dependencias"
Control XPresentación del programa
Fernando Macías dio libertad para que cada secretaría o delegación se hiciera responsable de sus políticas de comunicación social

El 31 de diciembre es el plazo para que salga el equipo que acompañó a Fernando Macías Cué en su paso por la coordinación general de Comunicación Social.

Mientras tanto, la cara visible que convoca y atiende a los medios en los eventos es Ella Grajeda, la directora de información.

Así fue el acuerdo que se pactó entre el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, y su exvocero, quien desde el pasado viernes soltó las riendas en materia de comunicación social.

Fernando Macías, quien se convirtió en la sombra que aparecía detrás del jefe de Gobierno Mancera en casi todas las entrevistas, llegó al GDF con un grupo de colaboradores compacto.

Entre ellos está Óscar Hernández, quien operaba las relación con columnistas y titulares de espacios de información, y Ella Grajeda, cuya misión es atender las peticiones cotidianas de los reporteros de la fuente.

Sin coordinación

En general durante estos dos primeros años del sexenio mancerista, Fernando Macías dio libertad para que cada secretaría o delegación se hiciera responsable de sus políticas de comunicación social, salvo cuando por la gravedad del tema se involucrara al jefe de Gobierno.

Consultados al respecto, algunos responsables de dichas áreas de comunicación refieren que hablar con Fernando Macías no era común, pues él se enfocaba estrictamente a atender la agenda personal de Mancera Espinosa y de las relaciones públicas de éste con propietarios de los medios de comunicación.

En todo caso el vocero del GDF los remitía con sus dos pilares: Óscar Hernández y Ella Grajeda, para que desahogaran sus pendientes en la materia.

Sin embargo, hubo momentos de crisis en el gobierno de la Ciudad de México en el que la Coordinación de Comunicación Social asumía el control de daños, haciendo a un lado o controlando al personal de la dependencia directamente involucrada.

La muestra más reciente fue el tema de los disparos que realizaron dos policías en Ciudad Universitaria, donde se instruyó a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) dejar el manejo del tema al área central del GDF debido a las repercusiones a nivel federal que hubo de esos hechos.

También lo fue el tema de Línea 12, desde que anunció el cierre parcial de once de las 20 estaciones y luego, cuando la Contraloría General del Distrito Federal dio a conocer la lista de los inhabilitados.

Pero hubo otros escándalos locales en los que la Coordinación de Comunicación Social del GDF dejó que las delegaciones hicieran frente al problema, como fue el caso de los permisos para realizar fiesta en la Rotonda de las Personas Ilustres que se ubica en el Panteón Dolores, que mantuvo en jaque al delegado Víctor Hugo Romo por casi un mes.

Lo mismo ocurría en materia de conferencias. 

“A menos que el jefe de Gobierno acudiera a algún evento o puesta en marcha de algún programa para acompañar al delegado era que el área de comunicación del GDF se hacía presente”, detalla uno de los funcionarios consultados.

Salvo esas coincidencias no había reuniones semanales ni mensuales a las que se convocaran a los titulares de comunicación social para fijar líneas de trabajo en esa materia.

Y es que a dos años de gobierno ¿es atribuible sólo a Fernando Macías el mal manejo de la estrategia de comunicación social y de imagen del jefe de Gobierno?

El Control X sin impacto

Previo a su llegada a la jefatura de Gobierno, otro personaje contribuyó a los aciertos y desaciertos en torno a la figura del ejecutivo local, su nombre: Luis Pérez de las Heras, quien desde el arranque de la presente administración impulsó el programa denominado Control X.

Pérez de las Heras ideó esta estrategia que tenía como fin posicionar la imagen del GDF al interior y exterior del país, así como detonar las cualidades de los programas que Miguel Ángel Mancera y sus secretarios anunciaran.

La idea de Control X era conseguir grandes impactos a través de innovadores métodos de comunicación que conseguirían posicionar los programas del GDF en toda la ciudad.

Para tal efecto, Luis Pérez de las Heras y su equipo instruyó la instalación de software en algunas áreas de comunicación social y secretarios particulares de los funcionarios, a fin de que desde ahí se anunciara el nombre de sus proyectos o programas y la fecha estimada que tenían pensado aterrizarlo.

Coordinadores de comunicación social de algunas delegaciones políticas confirman que al arranque de este sexenio se les instruyó informar al gobierno central de su agenda, a través de este software instalado en sus computadoras.

La idea era que las áreas de las secretarías del GDF y delegaciones lucieran con lineamientos ordenados desde la jefatura de Gobierno, sin excepción.

“Un modelo de coordinación institucional para todas las dependencias del GDF, para lograr mejor posicionamiento y mejor arranque en la imagen de las dependencias”, explicó el equipo de Luis Pérez de las Heras a los usuarios del programa.

Desde el 2012, Luis Pérez de las Heras había homologada publicidad e imagen en las campañas de los entonces candidatos de la izquierda en el Distrito Federal.

Con ese criterio el empresario intentó, a través del fallido Control X, que los programas del GDF permearan entre la ciudadanía a corto y mediano plazo.

Y aunque el software se instaló en algunos equipos de las oficinas de la administración local fue un rotundo fracaso, pues al cabo de unos meses no hubo quién diera seguimiento a los agendas y calendarios de cada dependencia, secretaría o delegación.

En medio de estas fórmulas fallidas, Mancera Espinosa está a escasos días de arrancar el tercer año de su gobierno y a su administración le urge marcar una ruta. 

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